Hoy se estrena En pedazos, la película dirigida por Fatih Akin y protagonizada por Diane Kruger que figuró en las listas de los festivales internacionales más prestigiosos. Ganadora como Mejor Película de Habla No Inglesa en los Golden Globes y en los Critics Choice Awards, preseleccionada en la misma categoría para los Oscars y con su protagonista como ganadora del premio a Mejor Actriz en el Festival de Cannes, esta historia sobre la lucha de una mujer en busca de justicia llega a nuestro país con toda la potencia que el tema merece.
En pedazos es una película fuerte hasta para los paladares más recios, y es probable que deje a los espectadores sensibles en la misma condición que anuncia el título. Lo primero que habría que destacar es la potente actuación de Diane Kruger. Actriz inmensa. Merecido premio el que obtuvo en Cannes. Desde el primer minuto se establece una empatía inquebrantable con su personaje (Katja): se empatiza con su dolor, con su angustia, con su impotencia y su desesperación. Imposible quedar indiferente ante una tragedia como la suya.
Las primeras escenas nos presentan a una Katja feliz, graciosa, bromista con su esposo Nuri (Numan Acar) y protectora con su pequeño hijo Rocco. Nadie podría imaginar el contraste entre ese inicio casi inocente y los poderosos minutos finales. La alegría de Katja se desmorona pronto, porque cuando regresa a buscarlos con su auto se encuentra con un vallado policial y la noticia de que allí mismo, en la puerta de la oficina de su esposo, han puesto una bomba. El saldo: dos víctimas. Un hombre y un niño. Su familia.
A partir de allí comienza el periplo de esta mujer en busca de justicia. Los policías comienzan la investigación y se topan con los antecedentes de Nuri, preso durante cuatro años por tenencia de drogas. Se plantea la hipótesis de la mafia turca a raíz del origen del hombre, pero Katja asegura que los culpables fueron los nazis y que desde el nacimiento de su hijo, Nuri había abandonado el mundo delictivo.
La primera parte de En pedazos se centra en la contienda judicial: la batalla argumental entre abogados, la presentación de pruebas y evidencias, el diseño de coartadas minuciosas, el crudo relato forense detallado hasta la repulsión y el veredicto final de los jueces; al mismo tiempo, Akin muestra el padecimiento de la protagonista puertas adentro, con su familia, con su amigo abogado (Dennis Moschitto) y con sus propios fantasmas. El tormento privado.
La segunda parte va hacia el thriller y se enfoca en las decisiones que toma Katja luego de haber oído el fallo de los jueces. La justicia no sirve; eso es claro (acá y en todas partes del mundo). La justicia no sólo es completamente incapaz de equilibrar su bendita balanza, sino que empuja a los individuos de a pie hacia los límites de la ley y los bordes de su propia moral. Entonces, ¿qué hacer? ¿Justicia por mano propia?, ¿resignación de por vida?, ¿condena eterna? No es fácil elegir, sobre todo cuando los implicados lo han perdido todo.
El film de Akin logra mantener la tensión a lo largo de todo el metraje a pesar de su linealidad. En pedazos es una película sensible y honesta; una historia potente que plantea preguntas importantes en estos tiempos (lamentablemente aún siguen siendo necesarias). Es innegable que, a este ritmo, los peores males que el mundo ha padecido pueden volver a caer sobre nosotros.