«El gobierno de Mauricio Macri pretende imponer olvido y negación de los hechos mas aberrantes ocurridos en nuestro país», asegura Margarita Cruz de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos (AEDD). Sobreviviente de la dictadura cívico-militar, fue parte del juicio histórico por el Operativo Independencia ocurrido en 1975 en la provincia de Tucumán. «Las secuelas del genocidio no se si se superan pero te puedo decir que se contrarrestan con mas memoria, mas justicia y menos impunidad de los crímenes de ayer como los que se suceden hoy», señala a La Primera Piedra.
— Desde la AEDD, ¿cómo ven la situación social y política actual en Argentina?
— Vemos necesario alertar a la sociedad sobre que la política que lleva adelante el gobierno de Mauricio Macri pretende imponer olvido y negación de los hechos mas aberrantes ocurridos en nuestro país, como los acontecidos en la ultima dictadura cívico-militar. Sin embargo, la impunidad que intentaron para los genocidas con el 2 x 1 recibió como respuesta una enorme movilización de rechazo en todo el país. Pero además, el desconocimiento por parte del gobierno a la lucha de los organismos de Derechos Humanos en su conjunto, es parte de ese negacionismo. Miles de trabajadores luchan en solidaridad junto a los que pierden sus puestos de trabajo como en el INTI, Hospital Posadas, o los trabajadores de fabricaciones militares en Azul ante el cierre de sus fuentes de trabajo. También, se movilizan como lo hicieron en las jornadas del 14 y 18 de diciembre frente al Congreso, en contra de la reforma previsional. Esto quiere decir que no hay resignación, ni disciplinamiento alguno ante estas medidas.
— En este sentido, ¿cómo ves el contexto represivo? Entendiendo que el gobierno de Mauricio Macri cumple el mayor récord en materia represiva desde la vuelta a la democracia.
— Vemos un gobierno intolerante ante el reclamo social. El aval a hechos de violencia, represión y muerte por parte de las fuerzas de seguridad como la desaparición y muerte de Santiago Maldonado, la represión a los pueblos originarios en el sur del país, el asesinato de Rafita en Bariloche, son algunos ejemplos del accionar por parte del Estado ante situaciones de reclamos legítimos. El Ministerio de Seguridad a través de su ministra lo expresa permanentemente cada vez que tiene un micrófono en mano: el disciplinamiento social a través de la represión. Pero no se puede resolver a balazos ningún conflicto o tensión social ya que es el Estado el que se encuentra en falta para dar solución al reclamo histórico de los pueblos originarios, por ejemplo. Estas acciones represivas van llevando a un espiral de violencia cada vez mayor, y solo produce persecución y estigmatización de quienes solo reclaman que les devuelvan la tierra.
(Leer nota: El gobierno de Mauricio Macri mata cada 23 horas)
— Más allá de lo concreto, como lo son las detenciones, las desapariciones y la tortura. ¿Cómo se pueden superar las secuelas del genocidio?
— No se si se superan pero te puedo decir que se contrarrestan con mas memoria, mas justicia y menos impunidad de los crímenes de ayer como los que se suceden hoy. Las practicas que mencionaba recién son resabios de practicas aberrantes que solo fueron posible por parte de un Estado que ejercía el terror a través de ellas. Es el Estado con sus instituciones la que debe velar para que nada de esto ocurra, pero sucede en estos momentos que desde el mismo Ministerio de Seguridad lo alientan felicitando a quienes se extralimitan quitando la vida a las personas, como son los centenares de casos de gatillo fácil, y luego los felicitan como paso con el caso Chocobar de publico conocimiento.
(Leer nota: La única forma de que el Gobierno te defienda es siendo policía)
—Hace un año me respondiste que durante la dictadura cívico-militar desaparecieron a una generación de lucha, que quizás hoy estaría en lugares claves de la sociedad para poder dar dignidad al pueblo. ¿Cómo se puede, en este contexto, dar dignidad a nuestro pueblo?
—La dignidad a nuestro pueblo es y debería ser permanente, aunque a veces se puede estar en situaciones muy difíciles. Muchas veces la lucha, o el acompañamiento hacia una sociedad plena de justicia en todos los aspectos, es ya una salida en dignidad. Creo que mientas haya sectores de nuestro pueblo que sufren la exclusión y el desamparo no podemos sentirnos como pueblo enteramente dignos. Me refiero a que las cosas no son sectoriales ni individuales sino que todos debemos luchar para tener una sociedad mucho mas justa para todos y todas.
La dignidad a nuestro pueblo es y debería ser permanente, aunque a veces se puede estar en situaciones muy difíciles. Muchas veces la lucha, o el acompañamiento hacia una sociedad plena de justicia en todos los aspectos, es ya una salida en dignidad.
(Leer nota: ¿Cuáles son las secuelas de la dictadura cívico-militar en la actualidad?)
— ¿Qué opinan del desarrollo actual de los juicios de lesa humanidad?
— El proceso de juzgamiento a algunos represores en todo el país, sigue estancado y esto favorece a un flujo permanente de prisiones domiciliarias a represores. Se ha puesto en evidencia el desmantelamiento de varias áreas en el Ministerio de Defensa, áreas esenciales que tiene el Estado para la investigación, como la Dirección de Derechos Humanos y sus equipos de Archivos. Esto genera lentitud de la elevación a juicios y las penas mínimas ante delitos aberrantes, sumado a las prisiones domiciliarias.
— Si bien no es alentador el panorama, ¿es factible que se condene a los cómplices civiles del genocidio?
—Sí, todo es factible. Es posible en la medida que exista como reclamo llevar adelante estos juicios por parte importante del movimiento popular. La complicidad civil no son ni mas ni menos que los grupos económicos o aquellos sectores que necesitaban que el genocidio fuera lo que fue para cambiar de una manera radical las formas concretas de nuestra manera de ser sujeto social y crear un nuevo modelo de país que es el que rige hasta nuestros días.
La complicidad civil no son ni mas ni menos que los grupos económicos o aquellos sectores que necesitaban que el genocidio fuera lo que fue para cambiar de una manera radical las formas concretas de nuestra manera de ser sujeto social y crear un nuevo modelo de país que es el que rige hasta nuestros días.
— Diste testimonio y fuiste parte del juicio por el Operativo Independencia en Tucumán, ¿Cómo viviste el proceso judicial? ¿Qué te pareció la condena?
— Creo que lo importante es que ese juicio se haya podido realizar con mas de 200 testigos de hechos aberrantes sucedidos hace ya 43 años, y que la sociedad tucumana haya tenido la real dimensión de todo lo que destruyo el Operativo Independencia, quiénes y qué historia tenían esas personas que desaparecieron en esos años bajo un gobierno constitucional, previo al golpe de estado. Sin embargo, la condena de los genocidas no están a la altura de los los hechos aberrantes que cometieron: fueron crímenes de lesa humanidad.
(Leer nota: Sentencia en la Megacausa Operativo Independencia, el inicio del genocidio antes de la dictadura)
—¿Para que crees que sirve demostrar, con dicha condena, que el genocidio comenzó antes del 24 de marzo de 1976?
— Sirve para saber que el aparato represivo del Estado sembró terror, muerte y desaparición para cambiar las relaciones sociales y productivas de una provincia que nunca volvió a ser lo que fue, en el marco de su identidad y solidaridad. Produjo un gran disciplinamiento social y las grandes multinacionales financiaron también dicho operativo. Les vino muy bien deshacerse de sus luchadores con la complicidad de los grandes poderes del Estado junto a los medios de comunicación.
— ¿Qué significó para vos agruparte tras la vuelta a la democracia con ex detenidos-desaparecidos? ¿Cómo fue ese comienzo y vuelta a la lucha?
— Saber que un colectivo de esas características tiene una comprensión mas relevante de lo que nos sucedió como pueblo, por su valor testimonial y porque es necesario seguir, siempre, dando cuenta desde que historia de lucha venimos: porque siempre seguiremos las banderas de nuestros 30 mil compañeros.
