Cuando hablamos de «amor» enseguida aparece alguna idea en nuestra cabeza. Buena parte de esas ideas se encuentran íntimamente asociadas a los productos culturales que hemos consumido a lo largo de toda nuestra vida: libros, obras de teatro, series y —sobre todo— películas. Muchas de ellas nos han enseñado cómo enamorarnos, cómo amar, cómo separarnos o incluso de qué manera atravesar un duelo. Pero, ¿cuáles son las películas que se atreven a poner en tensión esa construcción? La Primera Piedra te recomienda cinco.
1. El amor (primera parte) – 2005
Esta producción argentina prácticamente se ha convertido en una película de culto. Se trata de una pieza co-escrita y dirigida a cuatro manos por Alejandro Fadel, Martín Máuregui, Santiago Mitre y Juan Schnitman. Aquí se retrata el nacimiento, crecimiento, desarrollo y muerte de una joven pareja: Pedro (Luciano Cáceres) y Sofía (Leonora Balcarce) andan por los veintitantos, se conocen, se gustan y comienzan una relación. Los albores de ese vínculo son, como casi todos, idílicos. Sin embargo, desde el minuto uno se nos advierte que no todo es color de rosas y que esta historia, inevitablemente, acabará en una ruptura.
Los directores recrean con gran verdad (una verdad que por momentos roza lo documental) el periplo de una pareja común y corriente a la que no le ocurre nada extraordinario sino, por el contrario, la rutina que todo lo erosiona. Las interpretaciones registran un tono sutil que hace creíble cada situación: desde el enamoramiento frenético inicial hasta los pases de factura finales. Film realista y con los pies bien clavados en la tierra, narrado con inteligencia y grandes recursos para proyectar pequeñas metáforas en la cabeza del espectador.
2. Beginners – 2010
Esta película escrita y dirigida por Mike Mills mezcla drama y comedia en dosis justas, y está organizada estructuralmente en un sistema de flashbacks que le permiten reflexionar al protagonista —Oliver (Ewan McGregor)— sobre diversas cuestiones de la vida. Su padre Hal (Christopher Plummer) ha muerto recientemente, pero antes procuró lanzar la gran confesión de su vida: ser homosexual. Hal consigue un novio y se rodea de amigos gays, lo que resulta un shock para su hijo.
Simultáneamente, Oliver conoce a Anna (Mélanie Laurent), una actriz francesa con quien comenzará una relación. Las noticias sobre la vida amorosa de su padre repercuten en sus propios vínculos, pero él está dispuesto a enfrentar los tabúes. Una historia de amor alternativo que no se acostumbra a ver en la gran pantalla y que incluye no sólo el relato en clave homosexual, sino también un grupo etario muy poco considerado en las producciones de Hollywood.
3. Crazy heart – 2009
Esta pieza escrita y dirigida por Scott Cooper y protagonizada por el siempre genial Jeff Bridges, permite deconstruir los ideales tradicionales del amor romántico porque pone en escena una historia perfectamente creíble con un final realista. Aquí Bridges interpreta a Bad Blake, un compositor y cantante de música country, alcohólico y en decadencia. Tras un breve período de gloria, Bad intenta resurgir de las cenizas tras algunos matrimonios fallidos, un hijo que no le habla y varios problemas de salud: lo único que le queda es tocar sus viejos éxitos en tugurios de mala muerte.
Pero en ese ínterin conoce a Jean (Maggie Gyllenhaal), una periodista que intenta conocer la verdadera persona que hay detrás de ese rostro de pocos amigos. Sin embargo, en su condición de madre soltera nada será tan sencillo. Bad es un hombre inestable que disfruta emborrachándose hasta el vómito y puede traerle algunos dolores de cabeza. El guión es magnífico y las interpretaciones de ambos construyen un relato potente con excelentes piezas musicales.
4. Ruby Sparks – 2012
Este film es una buena opción a la hora de revisar nuestras ideas sobre el amor porque —sin ser una obra maestra— se atreve a oponer el ideal que nos venden los productos de la industria cultural con la cruda realidad. Ruby Sparks (Zoe Kazan, actriz renombrada del universo indie y guionista) es un personaje ficticio dentro de esta ficción. Calvin (Paul Dano) es un escritor bastante solitario y ermitaño que entre sus creaciones da el soplo de vida a Ruby y ella, ni lenta ni perezosa, decide aparecer en la vida real.
Pero nada resulta sencillo. Aún cuando él tiene cierto poder sobre ella por haberla creado y por tener la posibilidad de alterar la personalidad de la «chica de sus sueños» a su antojo, esos cambios tendrán repercusiones indeseables. La película expone con gran ingenio esa dicotomía y permite una reflexión sobre esos desfasajes entre ficción/realidad, entre sueño/vida real. Además, la química entre Kazan y Dano en pantalla es innegable, ya que son pareja más allá de la ficción.
5. Blue Valentine – 2010
Con los potentes protagónicos de Ryan Gosling y Michelle Williams, Blue Valentine pretende narrar el desamor entre Dean y Cindy, una joven pareja con una hija que ve cómo su historia se desgasta hasta derrumbarse por completo. Paradójicamente, se trata de un gran relato porque condensa los mejores momentos y los peores en una sola noche de hotel destinada a recordar y reconstruir ese periplo paso a paso.
En esa yuxtaposición de pasado y presente, queda demostrado que no todo era color de rosa al inicio de la relación y que, aún en ese presente convulso, puede haber algún que otro destello redentor para una pareja que intenta esquivar lo ineludible. Gran retrato, potente, realista.