Los poemas de Aprender a dormir (Audisea, 2017), de John Burnside, dialogan entre el escepticismo y la esperanza de curar un dolor que tiene múltiples causales: desde la inmediatez de la coyuntura a una pena atávica por lo que se perdió. Con una precisión clara en las imágenes y con la frialdad que caracteriza a los poetas anglosajones, esta traducción de Daniel Lipara es una verdadera joya a tener en cuenta.
Sobre el autor
John Burnside nació en Dunfermline, Escocia en 1955. Estudió inglés y lenguas europeas en la Universidad Anglia Ruskin. Después de trabajar como programador de software, está completamente dedicado a escribir desde 1996. Es miembro honorario de la Universidad de Dundee y lector de escritura creativa en la Universidad de St Andrews. Sus libros de poesía recibieron distintas distinciones y han sido traducidos a una docena de lenguas.
Intentar curar el dolor
¿Qué remedio existe para una pena que no se termina de comprender? En una sociedad medicalizada, los sentimientos siguen siendo esa porción que queda a la deriva, casi sin poder de curación. La poesía, tal vez, puede intentar cumplir ese rol, o al menos es lo que intenta John Burnside con Aprender a dormir (Audisea, 2017). Este libro, traducido por Daniel Lipara, trae una voz fresca e impiadosa -como gran parte de la poesía anglosajona- para intentar curar el dolor.
Desde los primeros versos de Aprender a dormir se puede notar una desilusión galopante, mezclada con escepticismo y, al mismo tiempo y aunque parezca contradictorio, con una última esperanza de cambiar el rumbo de las cosas: «despierto con mis libros hasta tarde,/ a la luz de la lámpara, mi corazón es un anzuelo,/ me alimento de todo lo que encuentro». Versos más adelante, Burnside es explícito: «debo aceptar que sos propenso al dolor:/ y no es un don, en absoluto, sino un tesoro que cuidar/ como al latido de un pájaro cantor/ que se cayó,/ y es levntado y protegido/ hasta que se anima y vuelve a volar».
Esa desilusión que se encuentra en los poemas del autor escocés no nace solo del presente o del calor de la coyuntura, sino de la añoranza de un pasado, la cual muchas veces nace esa distancia que hay entre el mundo de la niñez al que queremos llegar de chicos y el mundo que nos toca en la adultez. Escribe Burnside en el prólogo a esta edición traducida sobre esa sensación, señalando que se trata de un «sentimiento de pérdida que muchos llevamos con nosotros cada día, desde hace mucho tiempo: la pérdida del tiempo pasado(…)».
En esa dirección, la ausencia de relatos que guíen nuestras conductas, que se presenten como un faro donde direccionar el timón, convierten a los poemas de Burnside muchas veces desgarradores. Sin embargo, en ese gesto está el llamado de alerta y la intención de buscar otro camino, a la vez de intentar encontrar una cura: «Pero no es lo que esperás, cuando termina la cura,/ es sólo una cuestión de aprender a vivir como un fantasma,/ la música de glorietas vecinas, mientras la luz del verano/ se empolva en los marcos dorados».
En definitiva, con un estilo que seduce pero no se muestra complaciente, este libro es una de las joyas que se tradujeron durante el 2017 en materia de poesía. La edición bilingüe no sólo permite apreciar el trabajo de Lipara, sino que deja ver la respiración natural de los poemas en su lengua. Aprender a dormir podría definirse, en palabras del propio John Burnside, como un libro ideal para aquellos que todavía no tienen «el corazón sin recovecos/ donde pueda infectarse el amor».