Por primera vez en décadas, durante el último fin de semana no hubo noticieros en la Televisión Pública Argentina. Los trabajadores del canal nucleados en el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA) denunciaron «provocación y extorsión por parte de la empresa y las autoridades» gubernamentales y alertaron sobre posibles recortes en las transmisiones deportivas de interés nacional. Además, lanzaron un tuitazo con el hashtag #NoAlVaciamientoEnTVPública, un video con el slogan #MenosNoticiasEsCensura y continúan en estado de asamblea permanente.
El conflicto entre las autoridades del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos (SFMCP) y los trabajadores de la Televisión Pública Argentina (TPA) se inició semanas atrás, cuando se difundió en la página web del canal y en el sitio oficial de la Jefatura de Gabinete de Ministros una información provocadora que incluía, entre otros datos, cifras precisas con el promedio de salarios brutos y niveles de ausentismo en Canal 7.
“Actualmente existen en el canal situaciones de privilegio con sueldo bruto promedio superior a los 85.000 pesos, ausentismo del 30% y jornada laboral reducida”, informaba el comunicado publicado el 5 de enero (Link al comunicado oficial), además de señalar un incremento de la planta entre 2002 y 2015 que los implicados niegan taxativamente y denuncian como parte de una campaña de demonización contra los trabajadores, destinada a legitimar el vaciamiento y ajuste de los medios públicos.
Aún no existe ninguna programación conocida, prevista o en marcha para 2018, y los únicos programas producidos íntegramente en el canal son Cocineros Argentinos y los noticieros en sus distintas franjas horarias (…) Los trabajadores piden explicaciones a Lombardi sobre el destino del presupuesto para la TPA, el costo de contratación de la empresa Mercer América Latina que proporcionó los polémicos datos sobre su situación laboral y las perspectivas para una nueva programación en 2018
Esta actitud por parte de las autoridades contrasta notablemente con dos de las premisas que esgrimen como sus principales caballitos de batalla: por un lado, el compromiso de ir hacia una televisión pública “moderna, participativa, transparente y sustentable” y, por otro, la comunicación de cara a la opinión pública con una impronta plagada de sonrisas, diálogo y pluralidad de voces.
¿Cuál es la realidad actual en la Televisión Pública Argentina?
Tras la renuncia de Horacio Levin —ex director ejecutivo de la Televisión Pública— en diciembre de 2017, aún no existe ninguna programación conocida, prevista o en marcha para 2018, y los únicos programas producidos íntegramente en el canal son Cocineros Argentinos y los noticieros en sus distintas franjas horarias.
En sucesivas entrevistas con Pablo Sirvén (La Nación +), Pablo Villouta (La Red) y Reynaldo Sietecase (Radio Con Vos), Hernán Lombardi —titular del SFMCP— se ocupó de estigmatizar a los trabajadores con el difundido mito de “esto se paga con la plata de los contribuyentes”, algo que ellos refutaron argumentando que casi todo el dinero de sus salarios proviene de un gravamen a empresas audiovisuales privadas, de la venta de contenidos propios y de la publicidad. Además, Lombardi anunció de manera complaciente la reducción del horario de trabajo y una paralización total del canal durante los fines de semana, que sin dudas empobrecerán la calidad de la TPA.
Considerando que la implementación de estas medidas, como así también los despidos en Radio Nacional, TDA, Canal Encuentro, Paka Paka y DeporTV, se sustentan en el argumento del “ahorro” y los «privilegios», resulta curioso que Carla Piccolomini —esposa del ministro de Modernización Andrés Ibarra— haya cobrado 196 mil pesos a lo largo de sus casi dos años en el canal, sin siquiera haber concursado por el cargo de directora de Relaciones Institucionales en Radio y Televisión Argentina.
Los trabajadores piden explicaciones a Lombardi sobre el destino del presupuesto para la TPA, el costo de contratación de la empresa Mercer América Latina que proporcionó los polémicos datos sobre su situación laboral y las perspectivas para una nueva programación en 2018. El comunicado de los trabajadores finaliza con la siguiente declaración: “La información no es una mercancía ni un espectáculo; es un derecho”.