Una de las claves de este año político en Argentina fue el claro blindaje mediático que disfrutó el gobierno de Mauricio Macri por parte de los principales medios del país. Ya sea en gráfica, radio o televisión, los cuestionamientos fueron muy escasos por parte desde los sectores. El procedimiento fue tan notorio que en las redes sociales se empezó a popularizar el término «militando el ajuste» para ridiculizar lo que estaba ocurriendo. A continuación, recopilamos algunos ejemplos de lo que fue este 2017 en materia informativa.
Militando el ajuste y los tarifazos
Una propaganda del diario Clarín, en tiempos de gobierno kirchnerista, afirmaba que a la realidad se la puede tapar o hacer tapa. Poco tiempo después, el efectivo slogan se le volvió en contra y tanto ese medio impreso como otros grandes medios argentinos demostraron que el periodismo objetivo es una utopía. La cercana relación del gobierno de Mauricio Macri con los grandes medios queda en evidencia en las pocas preguntas que lograron incomodar tanto a él como a sus funcionarios en estos años de gestión.
Desde notas que causan gracia hasta tapas que bastardean la inteligencia de sus lectores y el rol del periodismo, la expresión «Militando el ajuste» se volvió cada vez más popular para nombrar que muchos medios hacen en el día a día. En ese sentido, un recurso que nunca falla es recurrir a al grieta entre kirchnerismo y macrismo, cerrando el análisis en profundidad sobre cada caso y tapando las miserias de uno con el otro.
Estos dos ejemplos que pueden causar cierta risa por su extremo que roza lo ridículo también tocó grandes temas y problemáticas nacionales, dejando a Macri y a su gabinete bien parado, por lo general, ante la opinión pública. Así subas tarifarias, represiones injustificadas y desmedidas a la protesta social o la desaparición forzada de Santiago Maldonado y el hallazgo del cadáver 3 meses después fueron tratados de una forma que dejó mucho que desear.
Disfrazados de «tips para ahorrar» o, en el mejor de los casos, consejos útiles para proteger el medio ambiente, los medios dedicaron una gran cantidad de horas y espacio para que los altos precios de los servicios, así como la inflación que el gobierno no pudo controlar a pesar de su promesa de campaña, no se «sintieran en los bolsillos». Eso, claro, dio lugar notas pocas decorosas donde las necesidades se disfrazaban de «modas», «tendencias» o el retorno de «clásicos».
Militando el ajuste: de 678 a 876
Como señalamos al principio, otra clave para entender el blindaje mediático actual es la poca capacidad de incomodar a los políticos de primera línea por parte de los periodistas con «más peso» en los grandes medios. Lo mismo sucede con cualquier invitado que hable bien de la actual gestión. Lejos de repreguntar, simplemente se reafirma. Un claro ejemplo es el de Cris Morena, productora televisiva que afirmó sin mucho fundamento político que Maria Eugenia Vidal es «mágica», a lo que Santiago Del Moro respondió repitiendo sus mismas palabras. De esta manera, Macri que afirmaba que no iba a tener «su propio 678», parece tener varios.
Otro claro ejemplo son los centenares de denuncias y frases rimbombantes para llamar la atención o simplemente desviar el foco de problemas graves que atraviesa el país como es el creciente desempleo, la perdida de poder adquisitivo de la clase media y las clases bajas y la ampliación de la brecha salarial entre los que más tienen y los que menos tienen. Uno de esos personajes del año fue el escritor Federico Andahazi, que regaló este increíble zócalo.
Militando el ajuste y la represión
Por último, aunque ejemplos hay de sobre, cabe destacar el lamentable rol que tuvieron los grandes medios y muchos comunicadores a la hora de hablar de la represión institucional a los distintos reclamos que tuvieron lugar este año. Desde las marchas por la desaparición forzada de Santiago Maldonado, el reclamo docente o las masivas movilizaciones contra la reforma previsional, los principales micrófonos hablaron de «incidentes», manifestantes «violentos» y hasta quisieron plantear un clima destituyente para invisibilizar las críticas al gobierno de Macri.
El caso más burdo, quizás, sucedió el pasado viernes 15 de diciembre, cuando al otro día de la sistemática represión de Gendarmería y la Policía de la Ciudad en las inmediaciones del Congreso a los manifestantes que se pronunciaban en contra de la reforma previsional, no se mostró ninguna imagen que haga quedar mal a las fuerzas de seguridad. Tampoco se habló de «represión» o «violencia» por parte de las mismas, sino que solamente se mostró a los manifestantes. Lo mismo sucedió con la represión a los docentes a mediados de año.