La Asamblea Permanente de Trabajadoras del Arte propuso un compromiso de práctica artística feminista para ayudar en la lucha por la igualdad de género y el fin de los abusos de todo tipo que sufren las mujeres a diario en la sociedad argentina. El documento que se compartió busca crear conciencia «sobre las formas patriarcales que, como una membrana invisible, moldean el ejercicio del poder en el mundo del arte».
La lucha de género en Argentina ha cobrado un impulso notable en los últimos años desde que la formación del colectivo Ni Una Menos. En ese sentido, y dentro del marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer que tendrá lugar el próximo sábado 25 de noviembre, la Asamblea Permanente de Trabajadoras del Arte propone un compromiso de práctica artística feminista que también colabore a borrar las huellas del patriarcado en ese ambiente.
«En este compromiso de prácticas feministas proponemos expandir la conciencia acerca de los comportamientos patriarcales y machistas que dominan el mundo del arte y que regulan nuestras formas de posicionarnos», afirman en el documento difundido. En esa dirección, aclaran que esta búsqueda «se identifica, en primer lugar, con la histórica exclusión y desvalorización de las artistas mujeres, pero sus propuestas pueden ser asumidas por mujeres, varones o cualquier identidad no normativa».
«En este compromiso de prácticas feministas proponemos expandir la conciencia acerca de los comportamientos patriarcales y machistas que dominan el mundo del arte y que regulan nuestras formas de posicionarnos»
Dentro de los reclamos y propuestas, se encuentra la paridad de selección, premiación y difusión de obras entre hombres y mujeres, asumiendo también la importancia de visibilizar las identidades no normativas como las personas trans, travestis o de género fluido. Esa misma paridad también se exige en los cargos directivos de las instituciones artísticas, los jurados de concursos y así evitar los tradicionales puestos asociados a lo «femenino» como pueden ser los roles de secretaria o administrativa.
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Más adelante, propone una reflexión sobre las conductas que pueden reproducirse aún de manera inconsciente: «Cada vez que estemos por criticar, en voz alta o no, a otra mujer, detengámonos a analizar si no estamos ejerciendo un odio aprendido. La misoginia está en el inconsciente colectivo y tenemos que desarmarlo dentro de nosotrxs mismxs. Ante la duda, comparemos: ¿qué pasaría si esto lo estuviera haciendo un hombre?», se pregunta el documento.
En esa misma dirección, alienta a todos los artistas y especialistas del mundo de arte a no tener miedo a catalogarse como feministas: «No evitemos identificarnos como «artistas feministas» o “historiadoras del arte feministas” cuando en nuestras prácticas confluyen arte, política y activismo feminista. Sintamos el orgullo de denominar o que denominen a nuestras obras como feministas cuando en ellas cuestionamos el sistema hetero-patriarcal dominante». De esa manera, se busca acabar con la estigmatización y los lugares comunes que muchas veces rodean al feminismo a la hora de analizarlo.
Sintamos el orgullo de denominar o que denominen a nuestras obras como feministas cuando en ellas cuestionamos el sistema hetero-patriarcal dominante
Esta propuesta, informan, se activó ante la partida inesperada y prematura de la artista argentina Graciela Sacco, quien persistentemente confrontó muchos de los comportamientos que aquí se describen. A partir de ese hecho, el 7 de noviembre de 2017 se estableció la Asamblea Permanente de Trabajadoras del Arte desde la que se promueve el compromiso de práctica artística feminista.
*Para adherir a este compromiso o leer el comunicado completo, se pueden enviar las firmas hasta el 24 de noviembre a: nosotrasproponemos@gmail.com