El poemario Al taco (Club Hem, 2017) de Luciana Caamaño acerca nuevamente la voz tan particular de la autora marplatense. Con frescura, humor e ironía, los versos de este libro se preguntan sobre el deseo, la identidad y la madurez. En ese sentido, el apartado Los días de perros escrito en conjunto con Matías Moscardi y que forma parte de esta edición, no hace más que confirmar el poder de provocación y reflexión que puede tener la poesía.
Sobre la autora
Luciana Caamaño nació en Mar del Plata en 1984. Publicó una gran cantidad de libros de poesía, como No le digas que murió Chabrol! (Spyral Jetty, Buenos Aires, 2011), Los grados del escándalo (Sacate el saquito, Mar del plata 2013), Plan bestia (Neutrinos, La paz, 2015). Formó parte de distintas antologías y algunos de sus poemas fueron traducidos al inglés y publicados en Palabras errantes, latin american literature in translation. Desde 2009 hasta la actualidad forma parte de la organización del Festival de poesía de acá que se realiza anualmente en la ciudad de Mar del Plata.
Conocer el mundo por sus filos
Provocar hasta sin querer hacerlo. Esa puede ser una de las tantas definiciones posibles para la poesía y el libro Al taco (Club Hem, 2017) de Luciana Caamaño va en esa dirección: versos frescos, sinceros y agudos, donde el yo aparece bajo la luz principal, pero no todo se agota ahí. Hay una pregunta personal en este libro, pero también hay un cuestionamiento más abarcativo que incluye lo social.
«El problema no es el calor/ el problema no es el frío/ el problema es cuando hay/ mucho de una cosa/ y nada de la otra». Esa reflexión sobre los orígenes de las incomodidades es una constante en Al Taco, donde también puede leerse: «No soy mejor que antes/ pero tengo mis límites/ digamos que soy un cuerpo/ y que ajusté las cercas». Consciente del paso del tiempo y también de los cambios que vienen con eso, hay un redescubrimiento personal en estos poemas que tienen su inevitable correlato con todo aquello que la rodea.
Expresiones como «tendría que haber un hilo dental para los dientes de la cabeza» o «estoy a media cuadra de hacer cosas que no dan» reflejan esa incertidumbre que es protagonista en Al taco: ¿quién soy ahora?, ¿qué puedo hacer y qué no?, ¿cuáles son mis verdaderos gustos?, ¿cambió todo o cambié yo?
Todo lo dicho hasta ahora puede verse aún más en Los días de perros, apartado del libro escrito junto a Matías Moscardi -autor que comparte esta edición con Caamaño con su poemario Strobel Street, tal como acostumbra Club Hem en sus publicaciones de poesía-. Esos versos a cuatro manos van a mostrar un tono irónico aún más notorio a la hora de buscar explicaciones («cuando no se garcha/ se escribe») hasta llegar a afirmar que «vamos tocando el borde de las cosas/ como quien conoce el mundo/ por sus filos»
De esta manera, la propuesta novedosa llevada a cabo por Caamaño en colaboración con Moscardi y Club Hem, da como resultado poemas que incomodan, provocan y ayudan a reflexionar algunas veces. Lo que se dice y no se dice entran en un intercambio constante y el amor puede ser visto como un fósforo que empieza el incendio de los cuestionamientos en «una noche en que pensar en vos/ es el peor de los mundos/ pero el único posible».