Abuelas de Plaza de Mayo nació el 22 de octubre de 1977, con un pequeño grupo de madres que buscaban a sus hijos desaparecidos durante la dictadura cívico-militar y que al enterarse de la existencia de sus nietos nacidos en cautiverio, comenzaron una búsqueda inclaudicable. En el marco de la semana en la que Abuelas de Plaza de Mayo cumple 40 años de lucha, en La Primera Piedra preguntamos qué hizo y hace este organismo por los Derechos Humanos del país.
40 años de historia
El organismo Abuelas de Plaza de Mayo, autodenominado en un principio como “Abuelas Argentinas con Nietitos Desaparecidos”, surgió en el mes de octubre de 1977. En ese momento, un grupo de madres que se encontraban en las rondas de Plaza de Mayo y que con un pañuelo blanco reclamaban por el paradero de sus hijos, secuestrados y desaparecidos por la dictadura cívico-militar, se enteraron de sus nietos nacidos en cautiverio.
Se convirtieron en Abuelas de Plaza de Mayo, sin sospechar, en un comienzo, la apropiación ilegítima de la identidad que se iba a ejercer de forma sistemática y planificada. En ese momento, además de seguir reclamando por sus hijos, comenzaron a trabajar en recuperar a los nietos que tenían el conocimiento de que habían nacido en cautiverio y que fueron apropiados por los militares o sus cómplices, como se enteraron años más tarde.
Esas mujeres que tenían entonces una edad entre los 50 y los 60 años se convirtieron en Abuelas de Plaza de Mayo, sin sospechar, en un comienzo, que la apropiación ilegítima de la identidad se iba a ejercer de forma sistemática y planificada como el secuestro, la tortura y la desaparición. En ese momento, además de seguir reclamando por sus hijos, comenzaron a trabajar en recuperar a los nietos que tenían el conocimiento de que habían nacido en cautiverio y que fueron apropiados por los militares o sus cómplices, como se enteraron años más tarde.
Las doce fundadoras del organismo de Derechos Humanos que desde ese entonces busca a los nietos apropiados al nacer son: Mirta Acuña de Baraválle, Beatriz H. C. Aicardi de Neuhaus, María Eugenia Casinelli de García Irureta Goyena, Eva Márquez de Castillo Barrios, María Isabel Chorobik de Mariani, Delia Giovanola de Califano, Clara Jurado, Leontina Puebla de Pérez, Raquel Radio de Marizcurrena, Vilma Delinda Sesarego de Gutiérrez, Haydee Vallino de Lemos y Alicia Zubasnabar de De la Cuadra. Estela de Carlotto, referente del organismo en la actualidad y quien a partir de 1989 lo presidirá, se unió a Abuelas de Plaza de Mayo unos meses después de su conformación, cuando se enteró de que su hija estaba embarazada.
Las maternidades clandestinas en las que nacieron los bebés apropiados funcionaron en distintos centros clandestinos como la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), Campo de Mayo o el Pozo de Banfield. Allí, unos 500 hijos de detenidos-desaparecidos fueron apropiados y luego entregados a familias de militares, pero otros fueron abandonados en institutos como NN y otros vendidos. En todos los casos les anularon su derecho a la identidad y los privaron de vivir en libertad con sus legítimas familias.
Desde el comienzo de su búsqueda, las Abuelas de Plaza de Mayo recorrieron cada juzgado de menores, cada orfanato y todas las oficinas públicas. También investigaron las adopciones de la época y las denuncias que recibían sobre posibles niños y niñas apropiados. Hoy, los nietos que buscan son adultos, y muchos de ellos con hijos que tampoco tienen su derecho a la identidad. En este sentido, las campañas de difusión del organismo siempre apuntaron a la edad que iban teniendo las personas que habían sido arrancadas de sus padres al nacer.
Frente al dolor de una historia que sigue pisando fuerte en Argentina y un genocidio que sigue teniendo secuelas hasta la actualidad, la lucha de Abuelas de Plaza de Mayo en 40 años fue un pilar fundamental para recuperar la memoria, conocer la verdad y lograr justicia.
En estos 40 años de su historia, han podido recuperar muchos nietos, resolviendo 124 casos en los que se pudo conocer la verdad sobre lo sucedido, recuperando identidades o cerrando casos de bebés que nunca llegaron a nacer porque los genocidas también asesinaban a mujeres embarazadas. Sin embargo, aún quedan por recuperar más de 300 personas apropiadas que viven una identidad que no es la suya. Frente al dolor de una historia que sigue pisando fuerte en Argentina y un genocidio que sigue teniendo secuelas hasta la actualidad, la lucha de Abuelas de Plaza de Mayo en 40 años fue un pilar fundamental para recuperar la memoria, conocer la verdad y lograr justicia.
Una lucha que es pilar de Argentina
Abuelas de Plaza de Mayo se convirtió en un símbolo de la lucha por la Memoria, Verdad y Justicia en Argentina y su larga trayectoria es reconocida a nivel mundial. Con el objetivo de localizar y restituir a sus legítimas familias todos los niños desaparecidos por la última dictadura argentina, forjaron una historia de 40 años que es ejemplo y pilar de la lucha por los Derechos Humanos en Argentina y en todo el mundo.
Abuelas de Plaza de Mayo se convirtió en un símbolo de la lucha por la Memoria, Verdad y Justicia en Argentina y su larga trayectoria es reconocida a nivel mundial. Forjaron una historia de 40 años que es ejemplo y pilar de la lucha por los Derechos Humanos en Argentina y en todo el mundo.
En este sentido, en 1980 y como un método más de búsqueda del organismo, se comenzó a pensar si era posible identificar a los nietos con la sangre de sus abuelos. Tras reuniones con científicos de todo el mundo, nació el “índice de abuelidad” que hasta el momento no existía en ninguna parte del mundo y que garantiza un 99,99 por ciento de eficacia en la determinación de parentesco. Frente a esto se impulsó la creación de un banco para almacenar sus perfiles genéticos y garantizar la identificación de sus nietos.
En 1987, el Congreso de la Nación creó por ley el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG): “Este organismo es un legado de las Abuelas para la restitución de los nietos nacidos en cautiverio y para todos los países que hayan sufrido estas tragedias”, sentenció a La Primera Piedra Mariana Herrera Piñero, Directora General del BNDG, este año al cumplirse los 30 años desde su creación.
A su vez, el organismo tuvo un importante rol en la búsqueda de justicia para juzgar los delitos de lesa humanidad cometidos durante el genocidio. En este sentido, Abuelas de Plaza de Mayo junto con otros organismos impulsaron el juzgamiento a los responsables de la dictadura cívico-militar y en particular a los apropiadores de sus nietos. De este modo, en la Justicia se incorporaron como prueba los análisis de sangre mencionados y los datos que comenzó a proveer el BNDG.
En democracia, con la sanción de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, y los posteriores indultos, el proceso para lograr justicia parecía cerrarse. Sin embargo, gracias a la lucha de Abuelas, los casos por robo de bebés quedaron afuera de estas normas y se convirtieron en el único espacio para obtener algo de justicia durante décadas de impunidad. Entre 1986 y 2003, con mucha demora, se lograron 18 condenas por 13 casos de robo de bebés. A partir de que el Congreso de la Nación, en 2003, anuló las leyes de impunidad y se inició la reapertura de causas por delitos de lesa humanidad, Abuelas de Plaza de Mayo fue querellante en varias de ellas. En 2012 llegó a sentencia la causa sobre el “Plan sistemático de apropiación de menores”, donde se investigaron 35 casos -25 de ellos son nietos restituidos-, y Jorge Rafael Videla fue sentenciado a 50 años de prisión.
En democracia, con la sanción de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, y los posteriores indultos, gracias a la lucha de Abuelas, los casos por robo de bebés quedaron afuera de estas normas y se convirtieron en el único resquicio para obtener algo de justicia durante décadas de impunidad. Entre 1986 y 2003, con mucha demora, hubo 18 condenas por 13 casos de robo de bebés.
Estos ejes son solo ejemplos en los que la lucha del organismo fue un faro para garantizar la vigencia de los Derechos Humanos en todo el país. Abuelas de Plaza de Mayo, junto al Banco Nacional de Datos Genéticos y la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad, ya han logrado resolver 124 casos sobre bebés que nacieron y fueron apropiados durante la dictadura cívico-militar. Hoy, más de 300 personas siguen viviendo en la mentira, mientras que sus apropiadores siguen cometiendo un delito de lesa humanidad. Sin embargo, tanto como el delito de apropiación se sigue cometiendo en la actualidad, las violaciones a los Derechos Humanos siguen persistiendo en democracia.
En este sentido, el organismo también ha sido una de las voces que interpeló al Estado frente a cada vulneración de derechos. Así es como en la actualidad ha sido uno de los tantos organismos de Derechos Humanos que reclamó por Santiago Maldonado y exige saber que pasó con el joven que la última vez que se lo vio con vida era perseguido por Gendarmeria Nacional.
En este sentido, sin dudas se puede manifestar que los Derechos Humanos no tienen una plena vigencia en la actualidad poniendo en tensión el significado de la democracia. Sin embargo, la lucha de 40 años de Abuelas de Plaza de Mayo como la de otros organismos de Derechos Humanos colaboran en crear una democracia donde la brecha de las injusticias sociales sea cada vez menor.