A cuatro años de la presentación del proyecto de ley que busca fomentar las revistas culturales independientes y autogestivas, no hay respuesta del Estado a favor de proteger y promover publicaciones alternativas. En el contexto de una creciente desregulación y concentración mediática, las voces de los medios independientes se hacen cada vez más necesarias para mostrar lo que los grandes medios ocultan y para el fortalecimiento de la democracia. (Fotos: AReCIA)
En el año 2013, la Asociación de Revistas Culturales Independientes de Argentina (AReCIA) impulsó la presentación de un proyecto de ley para enmarcar y proteger el trabajo de las publicaciones autogestivas en nuestro país, tanto en soporte gráfico como en digital. La propuesta, que aún no ha sido aprobada por el Congreso Nacional, busca integrar a las revistas como patrimonio cultural de la Nación y facilitar su acceso a financiamiento a través de créditos, publicidad oficial y un fondo creado para tal fin. Además, el proyecto plantea que la difusión y protección de las publicaciones dependa directamente del Ministerio de Cultura de la Nación, que se encargaría de garantizar la circulación de revistas independientes.
La propuesta, que aún no ha sido aprobada por el Congreso Nacional, busca integrar a las revistas como patrimonio cultural de la Nación y facilitar su acceso a financiamiento a través de créditos, publicidad oficial y un fondo creado para tal fin.
Los fundamentos del proyecto establecían que el objeto de la ley sería «saldar una vieja deuda de la democracia con la producción independiente y autogestiva de comunicación cultural». De esta forma, se establece que no se busca la protección del trabajo periodístico independiente únicamente en relación a la creación de puestos de trabajo, sino a políticas que entiendan el acceso a la información como un derecho humano: una sociedad informada toma mejores decisiones, y la democracia política tiene mucho que ver con la democracia comunicacional. Cuando la información que circula en la opinión pública queda supeditada únicamente a los intereses de los grupos de poder económico detrás de los medios de comunicación dominantes, deja de haber lugar para las voces alternativas.
En el contexto de la lucha por el reconocimiento de estas publicaciones, AReCIA realiza cada año un censo para conocer la situación de los medios de comunicación del sector. Según su quinto informe, en el año 2016 hubo un 9% de publicaciones menos que el año anterior, sumando una caída del 28% desde el 2014. El escenario en el que se desarrollan las revistas independientes se ve afectado por la falta de regulación y de protección por parte del Estado, además de que la crisis económica lleva a muchos editores a abandonar sus proyectos culturales.
Según su quinto informe, en el año 2016 hubo un 9% de publicaciones menos que el año anterior, sumando una caída del 28% desde el 2014.
El año pasado por primera vez, según los registros de esta asociación, las revistas culturales que utilizan únicamente el soporte digital superaron a las que sólo se publican en papel. Uno de los reclamos que llevan adelante las publicaciones gráficas es el constante aumento en los costos de impresión y la fuerte concentración del mercado de la distribución, hecho a medida de los grandes medios. A pesar de las dificultades que enfrentan, las revistas culturales autogestivas suman 5 millones de lectores y mantienen más de 1000 puestos de trabajo.
Tras la anulación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y las decisiones que por acción u omisión el gobierno de Mauricio Macri ha tomado a favor de la concentración de medios en Argentina, la lucha por un escenario democrático para los medios de comunicación independientes y autogestivos se vuelve cada vez más urgente. La protección y el fomento deben partir del Estado, y mientras no lo sea, todas las voces alternativas deberán mantenerse unidas para hacerle frente al ruido ensordecedor de los medios de comunicación hegemónicos.