Los poemas que integran Terrores nocturnos (El Ojo del Mármol, 2017) de Paula Jiménez España se proponen densos en su brevedad. A través de una falsa inocencia que da la mirada infantil, lo que no se dice -o se explica- tiene un rol fundamental en todo el libro, donde el lector tiene que abrir sus sentidos para meterse en la profundidad de la voz poética de la autora.
Sobre la autora
Paula Jiménez España nació en Buenos Aires en 1969. En poesía publicó, entre otros, Ser feliz en Baltimore, La casa en la avenida, Espacios naturales, El corazón de los otros. En prosa publicó Pollera pantalón / Cuentos de género. Recibió distintos premios provinciales y nacionales y fue traducida al italiano y al inglés. Desde 2008 colabora con «Soy» y «Las 12», suplemento del diario Página/12.
La pura densidad gozosa
¿Es necesario ser explícito o hay que aprovecharse de la ambigüedad que viene escondida detrás de cada palabra? La poesía, como género narrativo, parece estar preguntándose eso desde el principio de los tiempos. Si bien no hay una respuesta definitiva, hay muchos libros que parcialmente se acercan. Terrores nocturnos (El Ojo del Mármol, 2017) de Paula Jiménez España es un claro ejemplo.
Con una apuesta fuerte por la densidad de la poesía, donde se explica poco, este libro es breve en su extensión general, así como también sucede con la mayoría de los poemas. Eso, sin embargo, no brinda una sencillez al lector. Ya lo dice Diana Bellessi en la contratapa: «Qué me decís, me repito ante cada poema de este breve libro, y si para algo no soy sorda es para el canto lírico…Debe haber, pues, otra forma de leerlo con todos los sentidos».
En ese sentido, puede leerse: «No se propaga el fuego únicamente./ Más que el calor la detención avanza/ a la velocidad de la luz/ Cuando el chispazo azul nos abandona/ se pulsa el sueño de la dilución, el abandono/ de los días recordados/ de los breves amores/ sin tiempo». O también: «Lo que la carne imprime en el aire es su impaciencia,/ el eléctrico apuro de sus células/ por encontrar descanso».
Con una voz poética tan intrigante como seductora, Paula Jiménez España va dando pasos firmes en una dirección que no termina de estar clara, y ahí es donde quizás radique la magia de Terrores nocturnos. Después de todo, la autora parece saber que en la cabeza del lector «se reducen las significaciones./ Se minimiza el planeta/ del lenguaje» para poder seguir con su juego libremente, sin detenerse a pensar de más en aspectos secundarios de la escritura.
Por último, cabe señalar que la adopción de una voz infantil que esconde mucho a pesar de no disimular el asombramiento y el cuestionamiento que caracteriza a esa etapa de la vida, es el motor principal de este libro, el que garantiza su éxito parcial -después de todo, nunca hay victorias definitivas en la poesía-. De esta manera, la autora parece comprender que a la hora de escribir, «la pura densidad gozosa y convertida/ mañana es polvareda».
