El caso de la desaparición forzada de Santiago Maldonado no solo desnudó un fuerte retroceso en materia de Derechos Humanos y garantías constitucionales en Argentina, sino que también puso en escena la importancia de los medios independientes en el actual mapa mediático. Revistas y sitios web se encargaron de desarmar las construcciones que los grandes grupos concentrados, en sintonía con el Gobierno, armaron alrededor del accionar de Gendarmería.
1 – «La tierra siempre tuvo dueño»
La revista Cítrica, una de las primeras en viajar hacia el lugar y echar luz sobre la desaparición de Santiago Maldonado en Esquel al entrevistar a un miembro de la comunidad mapuche, señala con respecto a este tipo de expresiones, que tiene a Jorge Lanata a la cabeza, «que no hay que ser ningún experto en historia para saber que originalmente las tierras no tienen dueño». En la entrevista con Facundo Jones Huala, el periodista estrella del Grupo Clarín llegó a afirmar que «la tierra es privada desde siempre».
Este tipo de expresiones van de la mano con la constante monetización de cada aspecto que envuelve nuestra vida cotidiana. Ante cada problema o accionar del Estado, un grupo importante de periodistas se encargan de detallar «cuánto le cuesta al Estado» responder a las demandas de un sector de la población. Eso engloba la búsqueda de una mujer desaparecida, «limpiar» después de una manifestación o recuperar los días de toma de clases. De esa manera, billetera mata derechos.
2 – «No se puede decir que sea una desaparición forzada»
Con La Nación, Clarín e Infobae a la cabeza, se insiste en no querer hablar de una desaparición forzada, aún a pesar de que la carátula misma lleva ese título actualmente. En una clara defensa al Gobierno de Mauricio Macri, se sostiene que «no existe un plan sistemático» para desaparecer personas, comparándolo con la última dictadura cívico militar. Sin embargo, desconocen una vez más la letra fina a la hora de hablar, privilegiando defender a sus intereses.
Tal como sostiene la Organización de Estados Americanos (OEA) y Amnistía Internacional, entre otros, se define a a una desaparición forzada como «la privación de la libertad de una o más personas por parte de agentes del Estado o grupos o individuos que actúan con su apoyo, seguida de la negativa a reconocer dicha privación o su suerte, con el fin de sustraerla de la protección de la ley». La responsabilidad de la Gendarmería Nacional, el Ministerio de Seguridad Nacional y el encubrimiento del Gobierno Nacional, no dejan dudas entonces: el caso de Santiago Maldonado es una desaparición forzada y la causa judicial avanza en esa dirección.
(Leer nota: ¿Por qué Santiago Maldonado es víctima de una desaparición forzada?)
3 – «Los mapuches son chilenos»
En relación con el primer punto, basta con repasar cualquier libro de historia, incluso los de primer grado, para darse cuenta que el pueblo mapuche es preexistente a cualquier formación de un Estado Nación. Regionalmente, esta comunidad originaria se instaló en lo que ahora es la zona sur de ambos países sudamericanos, quedando divididos luego durante el siglo XIX con la independencia en el sur del continente. Acudir a estos chauvinismos no hace más que evidenciar aún más los manotazos de ahogado de distintos sectores.
4 – «Utilizan el caso políticamente por que estamos en elecciones»
Este es uno de los latiguillos más repetidos por los grandes medios y sus voces más representativas. Con la idea de «tirarle un desaparecido» (sic) a Macri y sus funcionarios, muchas veces se pide que no se «aproveche políticamente» este fenómeno de cara a las elecciones legislativas de octubre. La idea de no poder hablar de una desaparición forzada en democracia por la cercanía de una votación es, cuanto menos, peligrosa y dañina para los derechos de la población en su conjunto.
La desaparición de Maldonado es una de las heridas más graves que tiene la reciente democracia, por lo que englobarlo como una más de otras «estrategias electorales» no hace más que quitarle importancia, dejando que el caso caiga en falsas confrontaciones políticas que sirven para llenar horas y horas de televisión.
5 – «No los vi reclamar así por otros desaparecidos»
En relación al punto anterior, los intentos por incluir la desaparición forzada de Santiago Maldonado dentro de la confrontación mediática – política Cambiemos vs Kirchnerismo, lleva a que muchos denuncien que muchos dirigentes y organizaciones sociales no levantaban la voz ante desapariciones anteriores. Además de ser, en muchos de los casos, una afirmación falsa, también incluye un fuerte desconocimiento.
Por ejemplo, se suele utilizar el caso de Jorge Julio López para equiparar. Si bien muchos de los sectores políticos que alzan la voz por Maldonado hicieron lo mismo en ese caso, no se tratan de casos semejante. El propio hijo de López, Rubén Eduardo López, rechazó la comparación en redes sociales y en distintos medios: “La diferencia es que Macri niega lo que pasó con Santiago. A quienes utilizan el nombre de mi viejo para deslegitimar el reclamo por Maldonado les diría que primero encuentren y digan dónde está Santiago”, también manifestó que no permite la comparación con el caso de su padre: “Sobre todo a los funcionarios, porque nunca hablaron de Jorge Julio López, no tienen nada que hacer. (…) La desaparición forzada de Santiago fue en un acto de represión de la Gendarmería, una fuerza federal a cargo de Patricia Bullrich”.
Lo mismo sucede con las víctimas de trata de personas. Tal como señalamos anteriormente en La Primera Piedra, en los casos de desaparición por trata de personas o secuestro de mujeres para ser explotadas sexualmente, violentadas y convertidas en objetos, las responsabilidades y complicidades son múltiples. En ese sentido, es necesario mencionar que todas estas situaciones se dan bajo la tutela de un Estado patriarcal que, desde sus instituciones, es responsable y cómplice de la suerte de las mujeres que se ven ultrajadas. Sin embargo, querer callar un reclamo enarbolando otros (a los que nunca se le dio suficiente voz), es otro fuerte rastro de lo canalla que pueden llegar a ser los grandes medios en Argentina.