El libro de poemas Venus en Acuario (Qué diría Victor Hugo?, 2016) de Claudia Sobico pone al cuerpo en primer plano, con todo el factor erótico que eso conlleva. Con una provocación que no se aprovecha del atajo del escándalo, la autora muestra a través de sus versos una concepción de la sexualidad y el cariño más allá de la idealización y las costumbres impuestas por la sociedad.
Sobre la autora
Claudia Sobico nació en Buenos Aires en 1973. Es profesora de inglés graduada en el Joaquín V. González y trabaja en el departamento de Lenguas Modernas de la Facultad de Filosofía y Letras. La Grafa, su primera novela, fue publicada en noviembre de 2015 por la editorial Alto Pogo. Venus en Acuario es su primer libro de poesía.
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El cuerpo al poder
«La masculinidad es una, presiento/ atrapada de a poco/ en distintos cuerpos». Esos son los primeros tres versos de Venus en Acuario (Qué diría Victor Hugo, 2016), de Claudia Sobico, y sirven como adelanto para pensar de lo que será el resto del libro: el cuerpo puesto al poder. Eso va a llevar, ineludiblemente, a que la sexualidad ocupe un rol central en el poemario y se vea interrogada por la autora.
A partir del verso libre, Sobico muestra otro tipo de libertades, como el sexo sin la necesidad del ideal del amor a su lado o el placer más allá de los planteos mentales. Se puede leer, en esa dirección: «Avanzo/ -es difuso el entorno-/ ¡y qué me importa la mirada!/ Soy dedo urgente/ en el 5to B!». O también: «Nos damos un obsequio/ alas nuevas.// Otros vuelos». Esa lenguaje, que evita caer en los lugares comunes de la poesía actual a la hora de hablar del sexo, es uno de los rasgos más fuertes de Venus en Acuario.
Otro rasgo interesante que se desprende de los poemas de Sobico es el rol de la mujer tomando la iniciativa en distintas situaciones más allá del acto sexual, sin esperar nada de nadie, eligiéndose dueñas de su destino. Escribe la autora: «Soledades ancestrales/ nos acompañan./ Así crecimos, mamá./ Una tras otra./ Todas nosotras». Esta actitud estética y ética en el libro queda aún más al descubierto en el poema que cierra el libro («Oda a las mujeres que no»), donde se puede leer la queja explícita: «Como si solo a través de/ un varón puente/ lograras alcanzar/ el ansiado placer/ sexual».
De esta manera, Sobico ofrece en Venus en Acuario poemas escritos desde la sensibilidad y la furia del cuerpo, donde el afecto y el placer pueden alterar sus porcentajes constantemente. Un erotismo empoderado necesita, después de todo, la mirada atenta de la poesía para no dejar pasar esos detalles imperceptibles en medio de la lujuria o la incetidumbre de que «tal vez un día un viento/ suave nos sople/ hasta encontrarnos».