Nací en una generación. Periodismo, monotributo y cultura (Milena caserola, 2017) de Walter Lezcano propone un largo recorrido sobre el trabajo periodístico de este escritor, al mismo tiempo que sirve para ver una suerte de film de autor sobre los últimos años de la escena cultural. Dueño de un estilo propio, que se alimenta no solo por la calidad, sino también por la cantidad, Lezcano da su visión del mundo en este interesante libro sobre los héroes humanos.
Sobre el autor
Walter Lezcano nació en Goya, Corrientes, en 1979. Es docente y periodista freelance. Colabora en Tiempo Argentino, Ni a palos (suplemento joven del diario Miradas al Sur), Brando, Rolling Stone, Revista Ñ, Eterna cadencia y Crisis. Es editor en Editorial Mancha de Aceite, la primera editorial de San Francisco Solano. En ficción publicó Los mantenidos (Funesiana, 2011), Tirando los perros(Gigante, 2012), Los Wachos (Editorial Conejos, 2015), entre otros. Algunos de sus libros de poesía son: 23 patadas en la cabeza (Eloísa Cartonera, 2015), La vida real (Viajera Insomne, 2015), El condensador de flujo (La carretilla roja, 2015).
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Sobre los héroes humanos
¿Qué puede aportar el periodismo en los tiempos de sobreinformación en los que vivimos? Entre otras cosas, un recorte y un orden, sobre todo dentro del ámbito cultural. En ese sentido, el libro Nací en una generación. Periodismo, monotributo y cultura (milena caserola, 2017) de Walter Lezcano es una clara muestra de eso: 49 artículos periodísticos entre entrevistas, biografías y notas sobre música, literatura, cine y hasta una crónica con Luis Ventura, el periodista de espectáculos, de protagonista.
Algo similar a lo que ocurre cuando se lee la obra de literatura de Lezcano, Nací en una generación muestra el estilo fluido, cercano que caracteriza al autor, que trata al lector como a un igual, como si muchas de estas notas pudieran haber sido contadas de forma oral en un bar. Lejos de ser algo negativo, es lo que explica que este libro capte el interés de una editorial para ser publicado y del lector de leerlo, por que en definitiva acá hay alguien hablándote de igual a igual y, encima, te ofrece una cantidad de información de forma didáctica y entretenida. Eso, en los tiempos que corren, no es poca cosa.
Algo similar a lo que ocurre cuando se lee la obra literatura de Lezcano, Nací en una generación muestra el estilo fluido, cercano que caracteriza al autor, que trata al lector como un igual, casi como si muchas de estas notas pudieran haber sido contadas de forma oral en un bar
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«Yo no estudié periodismo ni comunicación», se sincera Lezcano para mostrar todas las cartas en la primera oración de su prólogo. Sin embargo, la curiosidad del autor, su capacidad de lectura y su forma de generar algo nuevo aún de fenómenos tan populares como Kurt Cobain y Andrés Calamaro, hacen que Nací en una generación venga a aportar una nueva mirada. Después de todo, lo que nos rodea puede ser visto desde una nueva óptica, sin importar qué tan familiar o extraño nos resulte un rostro y Lezcano da cuenta de eso.
Spinetta, Vicente Luy, Andrés Caicedo, Sergio Bizzio, Mariana Enríquez, Ricky Espinoza, entre muchos otros, integran el amplio abanico del interés del autor, confirmando que la fuente de recursos de la que un escritor y cualquier persona inquieta puede nutrirse es tan variada como infinita. La endogamia dentro del arte es el principio de su fin y un diálogo trivial puede guardar más profundidad que un relato en una edición de lujo.
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La variedad que hay en Nací en una generación es, en ese sentido, una de sus mayores riquezas: ensayos críticos, entrevistas, biografías exprés y más al servicio de ensanchar el mundo. Los héroes humanos que desfilan en este libro, cumplieron con su objetivo y Lezcano les rinde su homenaje.
El periodismo cultural es vital y móvil, y encontrar el error en la matrix que permita que en los diarios haya una escritora, un músico o un guionista que cobre voz y sacuda al lector aturdido por el ruido de la información constante, es una de sus funciones más importantes.
Otro factor clave para leer este extenso material es el político: lo independiente, lo autogestivo, la poesía y el teatro pueden ganar terreno en los medios de circulación masiva, y Lezcano tiene esa misión. Después de todo, pese a que muchos insistan en decir lo contrario, el periodismo cultural es vital y móvil, y encontrar el error en la matrix que permita que en los diarios haya una escritora, un músico o un guionista que cobre voz y sacuda al lector aturdido por el ruido de la información constante, es una de sus funciones más importantes. Nací en una generación es, entonces, una luz de esperanza dentro de ese terreno.
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Para ir terminando, se podría decir que Lezcano es una Pyme que no deja de producir literatura y periodismo, intentando (como en los pequeños negocios de barrio) no rebajar la calidad y tratar con respeto a su clientela. En esa dirección, la producción y publicación de su obra siguen en curva ascendente, pero eso que podría ser leído como algo negativo, Lezcano lo vuelve su inspiración. Tal como señala Javier Sinay en el prólogo, el autor tiene «la sensibilidad para habitar un mundo propio en el que el periodismo se complementa con la poesía, la novela y el ensayo».
Así entonces, y visto como un film de autor, Nací en una generación muestra ese mundo propio en un intento de hermandad con el lector, un guiño para que sepa que no está solo y hay todo un mundo a su favor para descubrir. Muchas veces, basta con voltear rápido las primeras hojas del diario y llegar hasta el suplemento cultural para empezar a revertir un partido que quieren convencerte que está perdido.