A partir de las 13 hs., se llevará a cabo frente al Congreso (Av. Callao y Rivadavia) un festival solidario en apoyo a los trabajadores de Pepsico, despedidos hace más de un mes. Tras haber sido reprimidos y desalojados de la planta en la que intentaban defender sus puestos de trabajo y su dignidad laboral, la situación del colectivo no ha mejorado pero su resistencia se ha convertido en un símbolo de estos tiempos. La lucha continúa y el arte acompaña.
La cultura responde y resiste. Siempre resiste. Es por eso que hoy a partir de las 13 hs., varios músicos estarán acompañando a los trabajadores de Pepsico en la carpa que instalaron hace más de un mes, tras haber sido reprimidos y desalojados de la planta por la brutalidad de las fuerzas policiales. La lucha continúa, y no hay mejor forma de enfrentarla que de la mano de la música y el arte.
Este conflicto no es excepcional, sino que representa un mal de estos tiempos y se ha transformado en un símbolo de la organización popular y las luchas
En este evento que circula a través de distintos canales de difusión como Festival Solidario, actuarán artistas de la talla de Lisandro Aristimuño, Javier Malosetti y Rodolfo García (ex Almendra), pero también habrá lugar para bandas del under como Karamelo Santo o Flema, e incluso para el grupo musical conformado por varios miembros de Pepsico: Proletarios.
Este conflicto no es excepcional, sino que representa un mal de estos tiempos y se ha transformado en un símbolo de la organización popular y las luchas que ya ni siquiera apuntan a mejorar las condiciones laborales, sino a sostener los puestos de trabajo y evitar episodios como los que debieron atravesar los trabajadores de Pepsico durante la represión y el desalojo en manos de las fuerzas de seguridad. Mientras tanto, en la Casa Rosada y el Congreso Nacional nadie atiende. La gestión de Mauricio Macri y buena parte de los espacios políticos que integran el parlamento siguen ausentes, dándole la espalda a los reclamos populares y permitiendo que los empresarios hagan y deshagan a su antojo. En ese acto de hacer y deshacer, se juega la suerte de miles de familias.