Se conoció la sentencia de la Megacausa que tuvo lugar en Mendoza, denominada «Juicio a los jueces» por la cantidad de ex integrantes del Poder Judicial imputados: 12 condenas a perpetuas, entre las que se encuentran los jueces que fueron partícipes y actores centrales de la dictadura. Los delitos de lesa humanidad juzgados incluyen la apropiación de una menor, secuestros, torturas, delitos sexuales, desapariciones forzadas y asesinatos. Una sentencia histórica que logra justicia y marca el camino para juzgar a los partícipes civiles del genocidio. (Fotos: H.I.J.O.S. Capital)
En la capital de Mendoza se vivió el final de un juicio emblemático, tras tres años de audiencias y testimonios, se lograron 12 condenas a prisión perpetua a militares, policías y jueces. La denominada “Megacausa” refiere a la acumulación de alrededor de 20 causas por delitos de lesa humanidad que se debatieron desde el 17 de febrero de 2014, en el IV Juicio de Mendoza. Allí, se dieron 215 jornadas cargadas de testimonios de sobrevivientes, abundantes pruebas y diversas intervenciones. Es el juicio oral más importante de la provincia y un juicio histórico para todo el país que juzgó a 28 implicados en el genocidio.
En la capital de Mendoza se vivió el final de un juicio emblemático, tras tres años de audiencias y testimonios, se lograron 12 condenas a prisión perpetua a militares, policías y jueces.
Los delitos juzgados incluyen la apropiación de una menor -la nieta restituida Celina Manrique Terrera-, secuestros, torturas, delitos sexuales, desapariciones forzadas y asesinatos contra más de 200 víctimas. Estos crímenes de lesa humanidad fueron perpetrados por las Fuerzas Armadas, la cúpula y subalternos de Policía de la Provincia, los responsables de las torturas en la Penitenciaría Provincial, y jueces que omitieron investigar los asesinatos y otros crímenes, constituyéndose en cómplice civiles del genocidio.
Una sentencia histórica contra la complicidad civil del genocidio
El «Juicio a los jueces» y su sentencia es emblemático por el carácter que adquiere que un poder judicial revise el accionar de quienes lo integraron durante la dictadura cívico-militar, es decir: jueces que juzgaron jueces. En la causa había cinco jueces imputados, uno de ellos falleció, pero hoy fueron cuatro los que estuvieron en el banquillo de los acusados. Fueron ellos quienes tuvieron las herramientas para evitar las muertes y desapariciones, pero en vez de colaborar con las víctimas fueron parte fundamental del accionar genocida.
Los ex magistrados, Otilio Romano Ruiz, Guillermo Max Petra Recabarren, Luis Francisco Miret y Rolando Evaristo Carrizo, estaban acusados como partícipes primarios en los delitos, porque los hechos que no investigaron desembocaron en desapariciones de personas. Fueron juzgados como actores centrales, igual a cada uno de los represores. Sentando un precedente fundamental y un momento histórico, se condenó a los jueces, cómplices, participes y actores centrales, a prisión perpetua.
Los ex magistrados, Otilio Romano Ruiz, Guillermo Max Petra Recabarren, Luis Francisco Miret y Rolando Evaristo Carrizo, estaban acusados como partícipes primarios en los delitos, porque los hechos que no investigaron desembocaron en desapariciones de personas. Esto quiere decir que lo que antes se percibía como acciones pasivas, como el silencio de jueces y fiscales, en la Megacausa de Mendoza y en esta sentencia se tomaron como acciones activas de los miembros del Poder Judicial. Es decir, que fueron juzgados como actores centrales, igual a cada uno de los represores. Sentando un precedente fundamental y un momento histórico, se condenó a los jueces, cómplices, participes y actores centrales, a prisión perpetua.
En esta Megacausa se evidencia una vez más, y se comprueba, la pata cívica con la que contó la dictadura en todo el país. Natalia Galamba, militante de H.I.J.O.S. San Rafael, antes de la sentencia comentó en el programa radial La Imposible: “Es un hecho histórico, porque por primera vez se puede enjuiciar a los jueces que tenían en sus manos todas las herramientas para haber evitado secuestros, desapariciones y torturas y, en lugar de eso, fueron parte del accionar terrorista”. A su vez, aseguró: “Las heridas no sanan, pero la justicia ayuda a cicatrizar”.
Esta sentencia histórica que tuvo lugar en Mendoza colabora en revertir la impunidad de la que gozaron los genocidas y, en especial, la corporación judicial desde la dictadura hasta la actualidad. Estos delitos condenados bajo crímenes de lesa humanidad y en marco del delito de genocidio son un hecho fundamental para seguir el camino por la Memoria, la Verdad y la Justicia, y lograr la condena de quienes fueron partícipes necesarios del accionar genocida.
Acá se juzga genocidas:
Alcides Paris Francisca Beccaria: prisión perpetua
Mario Alfredo Laporta Chielli: 15 años de prisión
Ricardo Benjamín Miranda Genaro: 10 años de prisión
Luis Alberto Rodríguez Vázquez: prisión perpetua
Amando Osvaldo Fernández Miranda: prisión perpetua
Pablo José Gutierrez Araya: prisión perpetua
Marcelo Rolando Moroy Suárez: 18 años de prisión
Diego Fernando Morales Pastrán: 15 años de prisión
Miguel Ángel Tello Amaya: prisión perpetua
Rubén Darío González Camargo: 20 años de prisión
Julio Héctor La Paz Calderón: 20 años de prisión
Antonio Indalecio Garro Rodríguez: 3 años de prisión condicional
José Antonio Lorenzo Constantino: 3 años de prisión condicional
Armando Hipólito Guevara Manrique: 5 años de prisión
Juan Carlos Ponce Ochoa: absuelto
Héctor Rubén Camargo Granda: absuelto
Miguel Ángel Ponce Carrera: absuelto
Oscar Alberto Bianchi Bartell: 6 años de prisión
Pedro Modesto Linares Pereyra: 6 años de prisión
Paulino Enrique Furió Etcheverri: prisión perpetua
Ramón Ángel Puebla: 20 años de prisión
Dardo Migno Pipaon: 20 años de prisión
Carlos Horacio Tragant Garay: prisión perpetua
José Antonio Fuertes Fernández: prisión perpetua
Otilio Romano Ruiz: prisión perpetua
Guillermo Max Petra Recabarren: prisión perpetua
Luis Francisco Miret: prisión perpetua
Rolando Evaristo Carrizo: prisión perpetua