La Franela lanzó Aire, su cuarto álbum de estudio que ya puede adquirirse a través de todas las plataformas digitales y en el tradicional formato CD. El material fue grabado en los estudios Romaphonic, Tónica y Tucansoniq, mezclado por Edu Pereyra, masterizado por Daniel Osorio y producido por Oscar Righi en colaboración con Romina Gaetani. Su presentación oficial será el sábado 22 de julio en La Trastienda (Balcarce 460) a las 21 hs. Antes del anhelado evento, La Primera Piedra pudo charlar con Lucas Rocca —bajista de la banda—, quien adelantó algunos detalles.
En un bar de Palermo, los músicos de La Franela se pasean de unas mesitas a otras entre saludos cordiales, presentaciones y flashes de cámaras que enceguecen las pupilas. Afuera hace frío, y quien pase por la vereda quizás ni siquiera sospeche que ahí dentro se esté presentando un disco. Aire es el nuevo trabajo de La Franela, una banda que ya lleva casi diez años de carrera, cuatro discos de estudio y miles de seguidores en su haber. En una de esas mesas se acomoda Lucas Rocca, bajista de la banda, e invita a un pequeño grupo de periodistas a sumarse al fogón y “a divertirse”.
— En este disco hay composiciones de varios miembros de la banda. ¿Cómo fue el proceso de selección de la lista de temas que quedaron finalmente?
— El primer disco lo hizo “Piti” [Daniel Fernández] solo, en el segundo se sumaron algunos temas del “Tucán” [Martín Bosa] y de Fran [Francisco Aguilar], en el tercero nos sumamos Jose [José María de Diego] y yo, y en este disco se afianzó la composición de los cinco miembros. La elección final la hace el productor: esa es la realidad. Nosotros decimos que las canciones compiten entre sí; las presentamos y después no necesariamente quedan las mejores, sino aquellas que mejor cuadran con el disco que estamos armando. En ese proceso, la figura del productor es clave.
— Es la primera vez que incorporan a alguien externo a la banda para producir el material. ¿Por qué tomaron esa decisión?
— Repetir fórmulas nos aburre. Tucán había producido antes y es parte de la banda, hicimos tres discos y… necesitábamos aire, algo distinto de lo que veníamos haciendo. Igualmente Tuqui hizo algunas cosas, produjo algunos temas propios, pero estuvo bueno incorporar a alguien nuevo porque Osqui [Oscar Righi] tiene una manera muy distinta de trabajar. Me parece que eso nos hizo crecer y el producto final quedó muy bueno.
La vida está buenísima, a pesar de los abismos
— ¿En qué frecuencia musical estaban durante el proceso de grabación? ¿Qué cosas escucharon durante ese período?
— Bueno, ahí tendría que hablar desde un plano más bien personal. Yo siempre trato de escuchar todo lo que está saliendo, aunque soy fanático de bandas más viejas como Sumo, por ejemplo. De todas maneras, me parece que cuando estamos en el proceso de grabación no nos ponemos a escuchar música porque las influencias ya están, y sería como ir a robar. Es un momento en el que te metés muy para adentro y —si bien ya está todo hecho— tratás de sacar lo mejor de vos para que vuelva a ser auténtico y tenga esa impronta original. Siento que este es un disco más maduro por las letras: cada uno compuso las canciones en su casa, pero cuando las presentamos nos dimos cuenta de que había una gran unión en lo que queríamos contar.
— ¿Sentís que estaban en una misma frecuencia emocional?
— Sí. Cuando nos reunimos para presentar lo que cada uno había escrito en la intimidad, nos sorprendimos de esas coincidencias. “Aire” se lo hizo Jose a una amiga que murió en un accidente (Flavia Cuellas, esposa de Gustavo “Tavo” Kupinski); Piti habló de la vida; Tucán habló de disfrutar la vida porque después se acaba. Son temas más profundos, no tan pasatistas. En este disco experimentamos eso y fue lo que de algún modo nos unió.
Siento que este es un disco más maduro por las letras: cada uno compuso las canciones en su casa, pero cuando las presentamos nos dimos cuenta de que había una gran unión en lo que queríamos contar
— En tu caso personal, ¿de dónde viene la inspiración en la fase creativa?
— Viene de todos lados: de las músicas y las letras que uno escucha. Es mucho el tiempo que pasamos en casa pensando una idea y tratando de que salga; algunas quedan en el camino y otras se concretan. Una misma idea atraviesa distintas etapas. Finalmente intentamos expresar nuestra mirada sobre el mundo, porque tenemos la suerte de poder hacerlo a través de una obra de arte, de una canción. La inspiración es la vida misma, lo que nos pasa a todos: a vos o a mí. Lo que nos pasa a nosotros no es distinto de lo que le pasa a cualquiera, con todo lo bueno y lo malo que tiene esta vida, con sus alegrías y sus tristezas. Pero desde un concepto general, intentamos expresar que la vida está buenísima, a pesar de los abismos.
— ¿Se trata de dejar un mensaje?
— No. Pensar eso sería un error. Dejar un mensaje suena a iglesia, ¿no? Y parece algo más bien demagogo. Nosotros contamos lo que nos pasa, y si a alguien le sirve inevitablemente se produce un encuentro y eso está buenísimo, pero yo no soy quien para decirle a nadie lo que tiene que hacer. De hecho, los temas nuestros que más pegaron fueron los más sencillos. Piti no quería poner en el disco “Hacer un puente” porque pensaba que no le iba a interesar a nadie. Él se había separado de la mujer y para ir a ver a su hijo Antonio tenía que viajar 1000 kilómetros todos los fines de semana, entonces quería hacer un puente para llegar en una hora y no en diez.
— ¿Así fue como surgió ese tema? ¿Por qué Piti no quería incluirlo?
— Sí, surgió de un hecho simple y cotidiano. Pero al Piti siempre le pasan esas cosas; por eso cuando él dice que el tema es una mierda, nosotros lo ponemos sin dudar. Con “Bicho de ciudad” de Los Piojos le pasó lo mismo.
— Y ya que hablás de Los Piojos, hace poco el Piti dijo en una entrevista que no veía tan imposible una vuelta de la banda. ¿Ves la posibilidad de tener a Ciro como artista invitado en algún recital?
— Bueno, eso tendría que decidirlo Piti. De todas formas, creo que lo más importante que se dijo en esa nota fue que las heridas sanan con el tiempo, y eso es lo más lindo de la vida: te da oportunidades. Ojalá que eso pase: yo los quiero ver juntos de nuevo. Para mí es como esos matrimonios que tuvieron muchos hijos, después pasó lo que pasó y se respeta, pero sería lindo que se reunieran. Igualmente es algo muy personal.
Nosotros ya pasamos los 40, perdimos amigos, vivimos muchas cosas, se nos fue la adolescencia, entonces necesitábamos algo renovador y eso es Aire
— ¿Cómo definirías este nuevo disco?
— Bueno, Aire es lo que todos necesitamos para vivir y al mismo tiempo es volátil: si no lo tenemos, morimos. Tiene que ver con esa amiga que no está pero igual está, con esas cosas importantes que uno muchas veces no ve; hoy todo es instantáneo y fugaz, entonces está bueno rescatar eso que es volátil y parece imperceptible. Nosotros ya pasamos los 40, perdimos amigos, vivimos muchas cosas, se nos fue la adolescencia, entonces necesitábamos algo renovador y eso es Aire. Me parece que este disco marca un quiebre respecto a los anteriores por lo que nos toca vivir hoy.
— ¿Qué rol creés que tiene la música en general y el rock en particular hoy?
— Bueno, antes era un lugar de resistencia, de crítica. Hoy no creo que siga siendo así: el rock perdió un poco su rebeldía. El sistema toma los elementos de esa rebeldía y los convierte en capital para el mercado. Hay que escaparle a eso; no estoy seguro de que se pueda, pero al menos hay que intentarlo.
Exclusiva: La Franela tiene prevista la grabación de un videoclip para el 25 de julio junto a “Pinta Argentina, colores del alma”, un grupo de artistas que realizan intervenciones en villas y barrios carenciados por toda Latinoamérica. El material podrá verse en agosto.
Presentación de Aire: sábado 22 de julio a las 21 hs. en La Trastienda Samsung de CABA (Balcarce 460)
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