El jueves pasado fueron anunciados 50 nuevos despidos en la planta de la avícola Cresta Roja en el partido de Esteban Echeverría. Gracias a la movilización de sus trabajadores, durante la madrugada de ayer el Ministerio de Trabajo firmó la conciliación obligatoria que restablece los puestos de trabajo por 15 días. Tras haber sido un símbolo de la reactivación económica para el oficialismo, Cresta Roja vuelve a ser ejemplo de la precariedad laboral en Argentina. (Foto de portada: China Diaz)
En diciembre de 2015, el conflicto de Cresta Roja era una pieza clave para el flamante gobierno de Mauricio Macri. Al momento de su asunción, la crisis había llevado a la empresa a la quiebra y sus empleados despedidos exigían una solución por parte del Estado. Luego de reprimir a los trabajadores con balas de goma y carros hidrantes al costado de la autopista Ricchieri, el gobierno de la provincia de Buenos Aires anunció la ayuda económica para que la empresa mantuviera abiertas sus puertas.
La recuperación de Cresta Roja fue un símbolo del discurso del presidente Macri, quien asumía su mandato con la promesa de alcanzar la pobreza cero y revolucionar el trabajo en Argentina. La planta fue entregada a otra empresa para su explotación, aunque, en realidad, nunca fueron reincorporados todos los trabajadores despedidos, y las condiciones laborales se flexibilizaron.
La recuperación de Cresta Roja fue un símbolo del discurso del presidente Macri, quien asumía su mandato con la promesa de alcanzar la pobreza cero y revolucionar el trabajo en Argentina.
El jueves 20 de julio, tras la multitudinaria marcha en contra de los despidos y la represión organizados por los trabajadores de PepsiCo, 51 trabajadores se encontraron con la noticia de que habían sido despedidos sin previo aviso, reavivando un conflicto que sólo había encontrado una solución transitoria. Mientras la empresa aludía a conflictos con los delegados gremiales, los trabajadores denunciaron un lockout patronal, al igual que sus pares frente a la multinacional de snacks y gaseosas, y los obreros de AGR-Clarín.
El lunes la planta no abrió sus puertas, impidiendo no sólo la reincorporación de los trabajadores despedidos sino el normal desempeño del resto de los 1200 empleados. Frente a este escenario, los trabajadores se organizaron en asambleas para buscar una solución al conflicto. El lunes la Gendarmería se apostó frente a la planta para evitar nuevos cortes en la autopista, pero se decidieron de todas formas cortes parciales para visibilizar el reclamo.
#CrestaRoja Trabajadores reunidos en el Ministerio de Trabajo. #BastaDeDespidos pic.twitter.com/w4tvB79DbJ
— CrestaRojaTrabajador (@CrestaRojaLucha) July 26, 2017
Durante la madrugada de ayer, los trabajadores negociaron en el Ministerio de Trabajo una salida al conflicto. Lograron que se dicte la conciliación obligatoria por 15 días, permitiéndoles retomar sus puestos de trabajo mientras la empresa negocia con el Ministerio de Trabajo. Esta mañana la planta abrió sus puertas y retomó sus actividades, aunque el conflicto queda pendiente de resolución.
Durante la madrugada de ayer, los trabajadores negociaron en el Ministerio de Trabajo una salida al conflicto. Lograron que se dicte la conciliación obligatoria por 15 días, permitiéndoles retomar sus puestos de trabajo mientras la empresa negocia con el Ministerio de Trabajo.
Siempre contando las malas. Hoy una buena. En Cresta Roja entraron todos a laburar. #ConciliacionObligatoria por 15 días #BuenMiércoles pic.twitter.com/t4lyKZZZmQ
— Martin Bustamante (@BustamantMartin) July 26, 2017
La reincorporación de los despedidos en Cresta Roja sienta un precedente positivo para los trabajadores despedidos en el contexto de precarización laboral que vive nuestro país, pero aún continúa la lucha por una reincorporación definitiva de todos los despedidos y un correcto pago de indemnizaciones. Sin embargo, es signo claro de la situación general de los sectores obreros en todo el país.