El libro Devociones (Zindo & Gafuri, 2017) de Alan Ojeda propone a la guerra como un tema central, donde la batalla no es únicamente contra un otro, sino también contra uno mismo y la capacidad del lenguaje de poder dar cuenta de lo que ocurre. Con versos cortos y directos, el autor desprecia los atajos narrativos y efectistas par ir de lleno a una batalla que de antemano parece perdida. Después de todo, ¿qué otra cosa es la poesía?
Sobre el autor
Alan Ojeda nació en Buenos Aires en 1991. Es periodista (TEA) y licenciado en Letras (UBA). Colaboró para distintos medios y actualmente lo hace con frecuencia en el portal Arte Zeta. Además, organiza distintos ciclos literarios en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires. Ciudad Límite (Llantodemudo, 2014) y Devociones (Zindo & Gafuri, 2017) son sus dos poemarios publicados.
Lo que las palabras no tocan
«Ahora todo intento nos dice/ ‘hay que ir demasiado lejos para llegar'». Esos versos son unos de los primeros del libro Devociones (Zindo & Gafuri, 2017) de Alan Ojeda y sirven como antesala para lo que vendrá a lo largo de todo el poemario. Con un estilo corto y directo, que muchas veces roza el género de los aforismos, estos poemas hacen de la brevedad una eficacia que logra impactar al lector.
Lejos de caer en atajos narrativos, Ojeda propone en Devociones repensar el concepto de guerra sin una connotación a priori negativa y sin estar necesariamente delimitada a la batalla con un otro. La guerra puede ser con uno mismo y su cultura: ese lenguaje que al fin y al cabo muchas veces es una manta en invierno que no llega a cubrirnos del todo. Ya lo dice el propio autor: «Compartir con la suerte y el cristal/ los riesgos de todo lo que se hace pedazos fácilmente».
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Uno de los riesgos que asume este libro es rechazar las expresiones y los modismos de su coyuntura, sino asumir un registro propio de otros tiempos para hacer que el mensaje llegue a quien tenga que llegar. En la actualidad, tomar esa decisión a la hora de encarar un libro de poesía, no es poca cosa. Sin embargo, a lo largo de las páginas se puede ver una decisión y un objetivo planeado por el autor de antemano, donde difícilmente se pueda encontrar algo azaroso en los versos que integran Devociones. Dueño de la orquesta, Ojeda afina los instrumentos para que todo vaya en la misma dirección.
Por último, este libro de poemas editado por Zindo & Gafuri deja una especie de breve glosario con definiciones potentes, donde no se tiene miedo a ser determinante. Puede leerse, por ejemplo: «la sustancia:/ esa cosa/ que las palabras no tocan»; o o también: «Polvo y ceniza/ no son lo mismo/ Ceniza es la memoria del fuego/ polvo, la huella de un olvido». Esa intención por dar nombre y sentido es, quizás, una de las batallas más antiguas de la poesía. Si bien siempre va a parecer perdida de antemano, nunca va a haber suficientes intentos para alcanzar aquello que las palabras no tocan. En ese sentido, Devociones es claramente uno de ellos.