Tras el anuncio de la apertura de la primera cátedra médica universitaria que tratará el aborto en el país, voces del poder religioso, judicial y mediático salieron a cuestionar la decisión unánime del Consejo Directivo de la Universidad Nacional de Rosario. «El aborto como problema de salud» comenzará a dictarse como materia optativa en el mes de agosto para incluir el aborto en la agenda de los futuros profesionales de la salud, a pesar de continuar siendo ignorado por el Estado. (Foto: Gustavo Yuste)
A pesar de ser un tema tabú para las políticas públicas de salud, el aborto es la principal causa de muerte materna en nuestro país. Según un informe de la Organización Mundial de la Salud se estima que se practican 500.000 abortos por año en nuestro país, aunque al realizarse en la clandestinidad es muy difícil contar con estadísticas oficiales.
A pesar de ser un tema tabú para las políticas públicas de salud, el aborto es la principal causa de muerte materna en nuestro país.
Las mujeres de mayores ingresos acuden a clínicas privadas que lucran con la clandestinidad del aborto, y las de menores recursos se amparan en los hospitales públicos. Según los últimos datos publicados por la Dirección de Estadísticas e Información en Salud del Ministerio de Salud de la Nación, el 84% de las muertes por abortos clandestinos se dieron en hospitales públicos.
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Según la Red de Profesionales de la Salud por el Derecho a Decidir, uno de los mayores problemas es la falta de capacitación de los médicos, por lo que la decisión de abrir una cátedra médica universitaria que trate las problemáticas del aborto fue bien recibida por un sector del ámbito médico.
La apertura de la cátedra «El aborto como problema de salud» fue aprobada de forma unánime por el Consejo Directivo de la Universidad Nacional de Rosario y comenzará a dictarse como materia optativa a partir del segundo cuatrimestre de este año. El decano de la Facultad de Medicina afirmó que es su obligación «poner al alcance de los jóvenes todo el bagaje de conocimiento científico para poder aplicar la medicina desde una perspectiva legal y ética».
La apertura de la cátedra «El aborto como problema de salud» fue aprobada de forma unánime por el Consejo Directivo de la Universidad Nacional de Rosario y comenzará a dictarse como materia optativa a partir del segundo cuatrimestre de este año.
A pocos días de conocerse la noticia de la apertura de esta nueva cátedra, el diario La Nación publicó un editorial sin firma donde califica al programa como «poco serio» y exige al Consejo Nacional Interuniversitario «tomar cartas en el asunto». Se pregunta por la «perspectiva ética por transmitir a los futuros médicos rosarinos» y si lo que se busca con esta nueva cátedra es «enseñar a matar en los claustros», utilizando su poder mediático para sostener una concepción del aborto que no permite avanzar hacia políticas públicas que apoyen los derechos de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo.
El Arzobispado de Rosario también publicó una carta oponiéndose al dictado de esta materia en la universidad, donde planteaban que «se debe afirmar que toda la vida humana está protegida por la ley de Dios y las leyes civiles». El rabino Fernando Szlajen expresó su rechazo en una entrevista publicada en Infobae donde afirmó que «es una instigación, no una cátedra, un discurso panfletario, de tendencia política, y la universidad no debiera ser eso».
En estos últimos días también se llevó a cabo un debate organizado por la Academia Nacional de Medicina y la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas alrededor de la apertura de la cátedra. Según informa Página 12, no se le dio espacio entre los disertantes al decano de la facultad, Ricardo Nidd, pero sí a Alberto Rodríguez Varela, abogado del genocida Jorge Rafael Videla en la causa de robo de bebés y al ex-jefe de Ginecología, Rafael Pineda, quien se enorgulleció de no haber seguido el protocolo de aborto no punible (aquel que ampara a mujeres violadas que desean detener su embarazo no deseado) en su centro de salud en Santa Fe.
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Luego de haber escuchado a los disertantes y en el medio de insultos y tensión, el decano de la facultad afirmó que la apertura de la cátedra es «una decisión inapelable». Esta decisión a nivel universitario marca un precedente tanto en la capacitación de los profesionales de la salud como en la fuerte presión de los poderes mediático, judicial y religioso a la hora de avanzar hacia la regulación de la detención del embarazo como derecho de la mujer. El Estado debe hacerse responsable de las muertes que se producen cada año por causa de abortos clandestinos y comenzar a plantear soluciones enmarcadas en políticas de salud reproductiva con una perspectiva de género inclusiva.