Ray Bradbury fue uno de los escritores más importantes de ciencia ficción y símbolo de la literatura política en Estados Unidos. Crítico de la cultura tecnocrática, sus libros reflejan las angustias y ansiedades de una sociedad en pleno cambio y profetiza los peligros de un mundo automatizado. Fue considerado un visionario que evocó muchas de las fantasías del hombre del siglo XX, cultivando un imaginario común sobre la exploración espacial y los avances tecnológicos. A continuación, recorremos su obra en 80 citas.
Sobre el autor
Ray Brabury nació en Illinois, Estados Unidos el 22 de agosto de 1920. Desde principios de los años 40, sus relatos comenzaron a aparecer en revistas como Weird Tales, Astounding Science Fiction y Captain Future. Desde 1940 a 1947 escribió en la revista cinematográfica Script, y también escribió guiones de televisión, incluyendo los de reconocidas series como Suspense, El Show de Alfred Hitchcock y The Twilight Zone. Varias de sus propias obras han sido llevadas a radio, televisión y cine. Publicó numerosos relatos breves, pero su irrupción en la escena literaria de la ciencia ficción sucedió con Crónicas marcianas (1950), El Hombre Ilustrado (1951) y luego con la reconocida novela distópica, Fahrenheit 451 (1953). Incursionó también en otros géneros, como el relato realista y el policial. Murió a los 91 años, el 6 de junio de 2012.
1) “Cada tanto me pregunto por qué soy tan feliz. La respuesta es que todos los días de mi vida trabajé solo para mí mismo y por la alegría que surge del acto de escribir y crear. La imagen de mi espejo no es optimista, sino el resultado de un comportamiento óptimo”.
«Introducción». Muy cerca de la caverna muy lejos de las estrellas
2) “La cualidad de la muerte, como la de la vida, es de una infinita variedad, y si uno ya ha muerto una vez, ¿qué queda por encontrar cuando uno muere para siempre, como él ahora?”.
«Calidoscopio». El hombre ilustrado
3) “¿Sentían lo mismo todos los agonizantes, como si no hubiesen vivido nunca? ¿Les parecía la vida algo que pasa y termina aun antes de tomar aliento? ¿Les parecía a todos la vida algo tan inverosímil y abrupto, o únicamente a él, aquí, en este momento, con sólo unas horas por delante para pensar y deliberar?”.
«Calidoscopio». El hombre ilustrado
4) “La historia y la ciencia ficción son inseparables. ¿Tonterías? No, la verdad de la humanidad. Pues lo único que en lo que los seres humanos han pensado alguna vez es el futuro”.
«Predecir el pasado, recordar el futuro». Muy cerca de la caverna muy lejos de las estrellas
5) “Ocultarse en cuevas, descubrir el fuego, construir ciudades – todos esos fueron esfuerzos de ciencia ficción. Podemos ver la representación de futuros posibles garabateados en las paredes de las cuevas del sur de Francia, donde los primeros cuentos de ciencia ficción ilustraban cómo encontrar, matar y comerse bestias salvajes”.
«Predecir el pasado, recordar el futuro». Muy cerca de la caverna muy lejos de las estrellas
6) “Aquello tenía la apagada familiaridad de esos sueños de la vigilia en que todos los movimientos son recordados antes que ocurran, todos los diálogos son conocidos antes que asomen los labios”.
«¡Muchachos! ¡Cultiven hongos gigantes en el sótano!». Las maquinarias de la alegría
7) “Ni un rumor de cable, como una carrera de ratas, ni un murmullo de velas, ni un susurro de pies descalzos en el puente. El barco estaba sin duda embrujado. Era como si la luna al salir hubiera dicho una sola palabra de plata: Paz”.
«Y el marino vuelve a casa». Las maquinarias de la alegría
8) “Tenemos que volver a poner un cerebro en el interior de nuestros fuegos artificiales tecnológicos”. «Marte: muy cerca de la caverna, muy lejos de las estrellas». Muy cerca de la caverna muy lejos de las estrellas
9) ¿Cómo podría decirles quién soy si ni siquiera yo lo sé? No puedo, espero más. Soy niebla y luz de luna y memoria. Estoy triste y estoy viejo. A veces caigo como lluvia en el pozo. Cuando mi lluvia cae rápidamente unas telarañas se forman en la superficie del agua. Espero en un silencio frío y un día no esperaré más.
«El que espera». Las maquinarias de la alegría
10) “No puede haber descanso, sino que siempre hay que avanzar. Porque descansar significa detenerse, y detenerse bien podría significar una recaída en el polvo”.
«Marte: muy cerca de la caverna, muy lejos de las estrellas». Muy cerca de la caverna muy lejos de las estrellas
11) “Nosotros, este año, con el Milenio que da comienzo, somos una multitud de lemmings azuzados por voces inalámbricas que nos incitan a arrojarnos a los mares de Internet en los que se agita ferozmente las mareas de la mediocridad, que se hacen pasar por ingenio y voluntad, pero que carecen por completo de significado”.
«Marte: muy cerca de la caverna, muy lejos de las estrellas». Muy cerca de la caverna muy lejos de las estrellas
12) Era una niña frágil y parecía que hubiese andado muchos años perdida en la lluvia, y que la lluvia le hubiese desteñido el color azul de los ojos, el rojo de los labios y el oro del pelo. Era como la vieja fotografía de un álbum, polvorienta, borrosa, y hablaba poco y con una voz fantasma.
«Todo el verano en un día». Remedio para melancólicos
13) “Y las gentes de los autos eran tan distintas como pueden serlo cuando vienen de los cuatro puntos cardinales pero son arrastradas en determinado momento por algo determinado, todas hablando al principio, pero callando al fin ante lo que veían en el desierto.
«Un milagro para la invención». Las maquinarias de la alegría
14) “Es una pena que nuestras nuevas generaciones hayan nacido en los años incorrectos. Se perdieron las grandes revelaciones. Llegaron cuando ya se había descorrido el telón de lo milagroso, y por eso no pudieron perder el aliento con ardorosa fascinación ante los nuevos territorios recién descubiertos en la Tierra”.
«La Tierra asomando el horizonte, y sus rostros». Muy cerca de la caverna muy lejos de las estrellas
15) “A veces, una idea es de tal envergadura que por su propio peso y por lo imponente que resulta, arrastra velozmente hacia sí otras ideas y las hace colisionar contra ella”.
«Caer hacia arriba, o caminar marcha atrás hacia el futuro». Muy cerca de la caverna muy lejos de las estrellas
16) «Como si una cámara cinematográfica hubiese proyectado en el interior de su cabeza un único y claro recuerdo, descubrió que la mente se le había detenido de un modo ridículo, en una escena arrancada de la infancia».
«Las doradas manzanas del sol». Las doradas manzanas del sol
17) La locura es algo relativo. Depende de quién encierre a quién.
«El prado». Las doradas manzanas del sol
18) “¿Quién, de niño, no ha corrido hacia el espejo para hallar la propia cara, boca, ojos, pensando: tengo que verme a mí mismo en pleno desborde? ¡Rápido, antes de que esta pena se disipe!”
«La prosperidad de la desesperanza: los Estados Unidos a través del espejo». Muy cerca de la caverna muy lejos de las estrellas
19) “Se me ocurre – dijo la primera mujer – que nuestras almas están en nuestras manos. Pues hacemos como ellas todas las cosas. A veces pienso que no las usamos bastante. Al menos es cierto que no usamos nuestras cabezas”.
«Bordado». Las doradas manzanas del sol
20) “Nos hemos enamorado de los espejos. Deja ver una cámara, y hasta el mayor cabeza de chorlito de los ciudadanos se metamorfosea en Travolta o Madonna”.
«La prosperidad de la desesperanza: los Estados Unidos a través del espejo». Muy cerca de la caverna muy lejos de las estrellas
21) “Así son el silencio, y la serenidad, y la paz, más un poco de terror y la pavorosa suerte de la conversación con uno mismo lo que me atrae una vez más al tren”.
«Quien sea amigo de los trenes es mi amigo». Muy cerca de la caverna muy lejos de las estrellas
22) “Nosotros los jueces y jurados que procesamos, condenamos o liberamos al culpable, sopesando temas de los que no estamos calificados para hablar. ¿Cómo ponerle un tapón a esta diarrea de bocas a motor?”. «La prosperidad de la desesperanza: los Estados Unidos a través del espejo». Muy cerca de la caverna muy lejos de las estrellas
23) “Me gustaría saber cómo es un sitio cuando yo no estoy allí. Me gustaría estar seguro»
«Una noche o una mañana cualquiera». El hombre ilustrado
24) “Nos hemos condenado. Ahora tenemos que salvaros. Nadie más puede hacerlo. Apaguen las luces de ese estudio. Escríbanles a la gente de las noticias en su televisión local. Díganles que se vayan al infierno. Dense una ducha. Vayan a sentarse al césped con sus amigos”.
«La prosperidad de la desesperanza: los Estados Unidos a través del espejo». Muy cerca de la caverna muy lejos de las estrellas
25) “El teléfono me parecía un instrumento impersonal. Si a él se le ocurría, dejaba la personalidad de uno fuese por sus cables. Si no lo quería así, lo mismo le sacaba a uno la personalidad hasta que pro el otro extremo salía una voz de pescado frío, toda acero, cobre, plásticos, sin calor, sin realidad”.
«El asesino». Las doradas manzanas del sol
26) “Porque, yendo en tren, uno construye los caminos, hace crecer las granjas, cultiva los campos, talla con hacha las cercas de madera, apila las piedras en muros, hace retroceder la noche, enciende lámparas en cabañas solitarias, y de pronto amontona ciudades enteras, pequeñas, grandes, y da un paso atrás y se siente tocado y reconoce orgullo en todo ello”.
«Quien sea amigo de los trenes es mi amigo». Muy cerca de la caverna muy lejos de las estrellas
27) “Es usted muy tonto, Martin. Muy tonto. A estas alturas tendría que conocer a los terrestres. Recurren a cualquier cosa (blasfemias, mentiras, trampas, robos, asesinatos) para alcanzar lo que quieren. Cualquier cosa es buena si da resultado. Un verdadero pragmatista”.
«El hombre». El hombre ilustrado
28) “En suma, llevamos puesto nuestro corazón siguiendo la moda de la sordidez”.
«La prosperidad de la desesperanza: los Estados Unidos a través del espejo». Muy cerca de la caverna muy lejos de las estrellas
29) “A mamá no le importaba mucho el cielo de día, pero de noche hubiese querido apagar todas las estrellas. A veces yo casi podía ver que mamá buscaba un interruptor eléctrico en el interior de su mente, pero nunca lo encontraba”.
«El hombre del cohete». El hombre ilustrado
30) “[…] no somos ni medio locos ni medio cuerdos, sino más bien como algo que está en cierto alocado lugar en el medio: una fabulosa y maltrecha mescolanza de personas, lugares, tiempos y viajes que de alguna manera, de un modo revuelto, permanece en las vías, llega adonde quiere, y regresa para otra vuelta”.
«Quien sea amigo de los trenes es mi amigo». Muy cerca de la caverna muy lejos de las estrellas
31) “Patrullen su casa para desconectar los enchufes de la televisión, la radio, el fax, la computadora que transmite el correo electrónico y su estancada Internet. Vayan a sentarse a porche con un vaso de vodka con limón, una libreta y un lápiz, y piensen de verdad”.
«¡Estoy loco y furioso y no pienso seguir más con esto! (el nuevo milenio, eso es)». Muy cerca de la caverna muy lejos de las estrellas
32) “¿Investigación en Internet? ¡No! Entren en una biblioteca de libros, abran los libros, huelan los libros, doblen con sus caninos las esquinas de las páginas de condenadas cosas maravillosas”.
«¡Estoy loco y furioso y no pienso seguir más con esto! (el nuevo milenio, eso es)». Muy cerca de la caverna muy lejos de las estrellas
33) Los dos sentados en la oscuridad, y una o dos botellas en el piso detrás de las sillas, y ningún ruido, ni un solo ruido entre ellos. Sólo el silencio.
«Los ratones». Remedio para melancólicos
34) Tocó y no era una música que ellos conociesen, pero era una música que habían escuchado una y mil veces en sus largas vidas, con o sin palabras, con o sin melodía.
El día que llovió para siempre.
35) “La gente es más a menudo – buscó un símil y lo encontró en su trabajo – una antorcha que arde hasta apagarse. ¿Cuántas veces la gente toma y te devuelve tu propia expresión, tus más escondidos y temblorosos pensamientos?
Fahrenheit 451
36) “Somos demasiados, pensó. Somos billones, y eso es demasiado. Nadie conoce a nadie. Gente extraña se te mete a la casa. Gente extraña te arranca el corazón. Gente extraña te saca a sangre”.
Fahrenheit 451
37) “Sintió de pronto que la sonrisa se le borraba, se fundía, se doblaba sobre sí misma como una cáscara blanda , como la cera de un cirio fantástico que ha ardido demasiado tiempo, y ahora se apaga, y ahora se derrumba. Oscuridad. No era feliz. No era feliz. Se lo dijo a sí mismo. Lo reconoció. Había llevado su felicidad como una máscara, y la muchacha había huido con la máscara y él no podía ir a golpearle la puertea y pedírsela”.
Fahrenheit 451
38) “Y de pronto Mildred le pareció tan extraña que era como si no la conociese. Él, Montag, estaba en una casa ajena, como en estos otros viejos chistes acerca de un señor que vuelve borracho a su casa, y se equivoca de puerta, y se equivoca de habitación, y se acuesta con una desconocida, y se levanta temprano a trabajar y ninguno se da cuenta.
Fahrenheit 451
39) “Tiene que haber algo en los libros, cosas que no podemos imaginar, para que una mujer se deje quemar viva”.
Fahrenheit 451
40) “¿Has visto alguna vez una casa incendiada? Humea durante días. Bueno, este incendio durará en mí hasta el día de mi muerte”.
Fahrenheit 451
41) “Anoche pensé en todo el kerosene que usé en los últimos diez años. Y pensé en los libros. Y por primera vez comprendí que detrás de cada libro hay un hombre. Un hombre que tuvo que pensarlo. Un hombre que tuvo empleó mucho tiempo en llevarlo al papel”.
Fahrenheit 451
42) “Y recordó que había pensado entonces que si ella moría, él, Montag, no derramaría una lágrima. Pues sería como la muerte de una mujer desconocida, de una cara de la calle, de una imagen, del periódico, y de pronto todo le pareció tan falso que se echó a llorar, no ante la idea de la muerte, sino ante la idea de no llorar la muerte”.
Fahrenheit 451
43) “Todos debemos parecernos. No nacemos libres e iguales, como dice a Constitución, nos hacemos iguales”.
Fahrenheit 451
44) “Un libro, en manos de un vecino, es un arma cargada…¿Se sabe acaso quién puede ser el blanco de un hombre leído?”
Fahrenheit 451
45) “Debes comprender que nuestra civilización, tan vasta, no permite minorías. Pregunta tú mismo. ¿Qué queremos en este país por encima de todo? Ser felices, ¿no es verdad? ¿No lo has oído centenares de veces? Quiero ser feliz, dicen todos. Bueno, ¿no lo son? ¿No los entretenemos, no les proporcionamos diversiones? Para eso vivimos, ¿no es así?, para el placer, para la excitación».
Fahrenheit 451
46) “¿La muchacha? Era una bomba de tiempo […] No quería saber cómo se hacen las cosas, sino por qué. Esto puede resultar embarazoso. Uno empieza con los porqués y termina siendo realmente un desgraciado. La pobre chica está mejor muerta”.
Fahrenheit 451
47) “Si no quieres que un hombre sea políticamente desgraciado, no lo preocupes mostrándole dos aspectos de una misma cuestión. Muéstrale uno. Que se olvide que existe la guerra. Es preferible que un gobierno sea ineficiente, autoritario y aficionado a los impuestos, a que la gente se preocupe por esas cosas. Paz, Montag”.
Fahrenheit 451
48) “Llénalos de noticias incomprensibles. Sentirán que la información los ahoga, pero se creerán inteligentes. Les parecerá que están pensando, tendrán una sensación de sentimiento sin moverse”. Fahrenheit 451
49) “Tenemos lo necesario para ser felices, y no lo somos. Busqué a mi alrededor. Sólo conozco una cosa que ha ya desaparecido: los libros que quemé durante diez o doce años”.
Fahrenheit 451
50) “Los libros eran solo un receptáculo donde guardábamos algo que temíamos olvidar. No hay nada de mágico en ellos, de ningún modo. La magia reside solamente en aquello que los libros dicen; en cómo cosen los harapos del universo para darnos una nueva investidura”.
Fahrenheit 451
51) “Los buenos escritores tocan a menudo la vida. Los mediocres la rozan rápidamente. Los malos la violan y la abandonan a las moscas”.
Fahrenheit 451
52) “¿Comprende por qué ahora los libros son temidos y odiados? Revelan poros en la cara de la vida. La gente cómoda sólo quiere ver rostros de cera, sin poros, sin vello, inexpresivos”.
Fahrenheit 451
53) “El televisor es real, es algo inmediato, tiene dimensiones. Le dice a uno lo que debe pensar y de un modo contundente. Ha de tener razón. Parece tener razón. Lo arrastra a uno con tanta avidez a sus propias conclusiones que no hay tiempo de protestar o decir ¡Qué tontería!”
Fahrenheit 451
54) “¿Pero quién ha escapado a esas garras que se apoderan de uno en el mismo instante en que se enciende la televisión? Le dan a uno la forma que quieren. Es un ambiente tan real como el mundo”.
Fahrenheit 451
55) “Las cosas que usted busca, Montag, están en el mundo; pero el noventa y nueve por ciento de los hombres sólo puede verlas en los libros”.
Fahrenheit 451
56) “Llena tus ojos de asombro – dijo- vive como si fueras a caer muerto en diez segundos. Ve el mundo. Es más fantástico que cualquier sueño hecho o pagado en las fabricas”.
Fahrenheit 451
57) “Puede que los libros nos saquen un poco de esta oscuridad. Quizá eviten que cometamos los mismos condenados y disparatados errores”.
Fahrenheit 451
58) “Fahrenheit 451: temperatura a la que el papel de los libros se enciende y arde…”
Fahrenheit 451
59) “¿Qué es la vida de todos modos? ¿Quién decide por qué, para qué o dónde? Sólo sabemos que estamos aquí, vivos, otra vez, y no hacemos preguntas”.
Crónicas marcianas
60) “Por mucho que nos acerquemos a Marte, jamás lo alcanzaremos. Y nos pondremos furiosos, ¿y sabe usted qué haremos entonces? Lo destrozaremos, le arrancaremos la piel y los transformaremos a nuestra imagen y semejanza”.
Crónicas marcianas
61) “Nosotros, los habitantes de la Tierra tenemos un talento especial para arruinar las cosas grandes y hermosas”.
Crónicas marcianas
62) “Estoy solo contra todos los granujas codiciosos y opresores que habitan la Tierra. Vendrán a arrojar aquí sus cochinas bombas atómicas, en busca de bases para nuevas guerras. ¿No les basta haber arruinado un planeta y tienen que arruinar otro más?»
Crónicas marcianas
63) “Los hombres de Marte comprendieron que si querían sobrevivir tenían que dejar de preguntarse: ¿Para qué vivir? La respuesta era la vida misma. La vida era la propagación de más vida, y vivir la mejor vida posible”.
Crónicas marcianas
64) “¿Por qué quiere volver junto a ellos? ¿Para vivir con el rebaño? ¿Para comprarse un giróscopo, como cualquiera de sus vecinos? ¿Para oír música con una libreta de notas y no con las entrañas?
Crónicas marcianas
65) “¿Qué es esta mayoría y quiénes la forman? ¿Qué piensa? ¿Cómo comprendió este camino? ¿Cambiará alguna vez? ¿Y por qué demonios he caído en esta putrefacta mayoría? No me siento a gusto. ¿Será claustrofoba, temor a las muchedumbres o sentido común? ¿Es posible que un hombre tenga razón, aunque el resto del mundo opine que ellos tienen razón?»
Crónicas marcianas
66) “Los hombres de la Tierra llegaron a Marte. Llegaron porque tenían miedo o porque no lo tenían, porque eran felices o desdichados, porque se sentían como los Peregrinos, o porque no se sentían como los Peregrinos. Cada uno de ellos tenía una razón diferente”.
Crónicas marcianas
67) “…casi todos se sentían enfermos aún antes que el cohete dejara la Tierra. Y a esta enfermedad la llamaban soledad, porque cuando uno ve que su casa se reduce hasta tener el tamaño de un puño, de una nuez, de una cabeza de alfiler, y luego desaparece detrás de una estela de fuego, uno siente que nunca ha nacido, que no hay ciudades, que uno no está en ninguna parte, y sólo hay espacio alrededor, sin nada familiar, sólo otros hombres extraños”.
Crónicas marcianas
68) “Mirar atrás hubiera sido descorazonarse para siempre”.
Crónicas marcianas
69) “Caía la lluvia. La gran tapa negra del cielo se dividió en seis trozos de azul pulverizado, como un agrietado y maravilloso esmalte, y se precipitó a tierra. Diez billones de diamantes titubearon un momento y la descarga eléctrica se adelantó a fotografiarlos. Luego oscuridad y agua”.
Crónicas marcianas
70) “Y de los cohetes salieron de prisa hombres armados de martillos, con las bocas orladas de clavos como animales feroces de dientes de acero, y dispuestos a dar a aquel mundo extraño una forma familiar, dispuestos a derribar todo lo insólito, escupieron los clavos en las manos activas, levantaron a martillazos las casas de madera, clavaron rápidamente los techos que suprimirían el imponente cielo estrellado e instalaron unas persianas verdes que ocultarían la noche”.
Crónicas marcianas
71) “¿Sabe usted cómo es Marte? Es como un juguete que me regalaron en Navidad, hace setenta años. No sé si usted lo conoce, lo llamaban calidoscopio: trocitos de vidrio o de tela de muchos colores”.
Crónicas marcianas
72) “¿Qué olor tenía el tiempo? El olor del polvo, relojes, la gente. ¿Y qué sonido tenía el tiempo? Un sonido de agua en una cueva y unas voces que lloraban y una voz muy triste, y unas gotas sucias que caen sobre tapas de cajas vacías, y un sonido de lluvia”.
Crónicas marcianas
73) “Los antiguos nombres marcianos eran nombres de agua, de aire y de colinas. Nombres de nieves que descendían por los canales de piedra hacia los mares vacíos. Nombres de hechiceros sepultados en ataúdes herméticos y torres y obeliscos. Y los cohetes golpearon como martillos esos nombres, rompieron los mármoles, destruyeron los mojones de arcilla que nombraban a los pueblos antiguos, y levantaron entre los escombres grandes pilones con los nuevos nombres”.
Crónicas marcianas
74) “Y cuando todo estuvo perfectamente catalogado, cuando se eliminó la enfermedad y la incertidumbre, y se inauguraron las ciudades y se suprimió la soledad, los sofisticados llegaron de la Tierra […]. Comenzaron a organizar la vida de las gentes, sus bibliotecas, sus escuelas; comenzaron a empujar a las mismas personas que habían venido a Marte escapando delas escuelas, los reglamentos y los empujones”. Crónicas marcianas
75) “Siempre había una minoría que tenía miedo de algo, y una gran mayoría que tenía miedo de la oscuridad, miedo de futuro, miedo del presente, miedo de ellos mismos y de las sombras de ellos mismos”. Crónicas marcianas
76) “Es curioso, padre; pero sí, creo que volverán, todos. Ya sé que hemos venido huyendo de muchas cosas: la política, la bomba atómica, la guerra, los grupos de presión, los prejuicios, las leyes; ya lo sé. Pero nuestro hogar está aún allá abajo.
Crónicas marcianas
77) “De pie, en los porches, trataban de creer en la existencia de la Tierra, tanto como en otro tiempo habían tratado de creer en la existencia de Marte. El problema se había invertido. En la práctica, era como si la Tierra estuviese muerta; la habían abandonado hacía ya tres o cuatro años. El espacio era un anestésico; cien millones de kilómetros de espacio lo insensibilizan a uno»
Crónicas marcianas
78) “El Hombre Ilustrado era una acumulación de cohetes, y fuentes, y personas, dibujados y coloreados con tanta minuciosidad que uno creía oír las voces y los murmullos apagados de las multitudes que habitaban su cuerpo”.
El hombre ilustrado
79) “Siente ese sol, George, tienes que cambiar de vida. Has edificado la tuya, como tantos otros, alrededor de algunas comodidades mecánicas. Si algo le ocurriera a tu cocina mañana, te morirías de hambre”.
El hombre ilustrado
80) “Mis melodías y números están aquí. Han llenado mis años, los años en que rehusé morirme. Y para eso mismo escribo, escribo, escribo, al mediodía o a las tres de la mañana. Para no estar muerto”.
El hombre ilustrado