La familia Bragatti y la familia Sosa se ven obligadas a encontrarse en la recepción de un Hotel Boutique para partir hacia las Bodas de Oro de sus abuelos. Mientras van llegando los parientes, los vínculos familiares y las relaciones que cada uno mantiene en secreto comienzan a escurrirse por las finas paredes del lobby y visibilizan lo más cómico y grotesco de los parentescos en una intervención teatral que transforma a Laboratorio Marte (Arévalo 1473) en un hotel al que todos desearíamos ir los jueves de mayo a las 21 hs.
En esta obra, los espectadores también están invitados a las Bodas de Oro como parte de la familia Sosa. Constantemente, el público es interpelado por parte del Conserje del Hotel que los recibe con una cálida complicidad, invitándolos a ser parte de puesta en escena. Mientas la familia Bragatti va emergiendo en primer plano, dejándose ver de a poco, la obra se va proponiendo como una comedia melodramática que, en su seno constante, problematiza profundamente la estructura de los vínculos familiares.
Las escenas típicas de las familias argentinas, trabajadas desde el grotesco, hacen que todos los espectadores se vean involucrados e interpelados de algún modo: amores secretos, indiscreciones y traiciones, la lucha por ser los preferidos de los abuelos, la impaciencia ante los préstamos de dinero… Todo este entramado de situaciones que aparecen de la mano de un ensayo de show que pretende abrir las Bodas de Oro de los abuelos se va enredando en una trama cómica que explota en un vértice angustiante.
En el punto más álgido de la obra, la tensión se palpa. Las sonrisas callan. El sentido cómico se transmuta y aparece su contracara más melodramática. El aire se corta. El público respira, expectante. Ahí, en lo más íntimo del espacio de Laboratorio Marte ahora transformado en el lobby de un Hotel Boutique, sabemos que todos hemos pasado por alguno de esos entramados familiares. De algún modo u otro, nos toca.
La explosión del Conserje del hotel que, harto de la discusiones familiares, pone en escena su propia vida, sus propias miserias, sus propias ausencias, hace que todos los presentes, actores y público, revisen sus vínculos, recompongan lo roto y levanten sus pedazos de dignidad desparramados por el suelo.
Una vez más, los Bragatti se levantan triunfantes para ir dejar todo atrás y partir hacia las Bodas de Oro de sus abuelos: al fin y al cabo, lo único que importa es la familia.