El pasado viernes 19 de mayo, Elsa Sosa de Fagetti, de 62 años, fue asesinada en su casa en el barrio Residencial Vélez Sarfield, provincia de Córdoba. Elsa era testigo en varias causas de delitos de lesa humanidad y querellante en en el caso de su marido, Aldo Fagetti, el primer desaparecido de San Rafael, Mendoza, el 25 de febrero de 1976. Si bien la Policía de Córdoba y la Policía Federal caratularon en un inicio el asesinato en el marco de un robo, los primeros detalles que surgen del crimen generan sospechas sobre el verdadero motivo de su muerte.
Elsa Sosa de Fagetti fue encontrada por su hija y su yerno en su casa de Córdoba, en la calle Pastor Taboada, el viernes por la noche. De acuerdo a los primeros informes policiales, presentaba un golpe en la cabeza y un cable enrollado alrededor de su cuello. Aunque en un principio la policía provincial y federal caratularon la causa como un robo, no había nada desordenado al interior de la vivienda, lo que pone en duda el motivo. Elsa, de 62 años, era querellante en uno de los juicios más importantes en número de casos y genocidas acusados. Su marido, Aldo Fagetti, militante de la Juventud Peronista y Montoneros y empleado de Rentas en San Rafael, Mendoza, fue secuestrado por un grupo de policías y miltares el 25 de febrero de 1976.
Elsa, de 62 años, era querellante en uno de los juicios más importantes en número de casos y genocidas acusados. Su marido, Aldo Fagetti, militante de la Juventud Peronista y Montoneros y empleado de Rentas en San Rafael, Mendoza, fue secuestrado por un grupo de policías y miltares el 25 de febrero de 1976.
El caso de Fagetti es emblemático, ya que es uno de los tantos hechos ocurridos durante el Terrorismo de Estado, antes del golpe y durante la presidencia de María Estela Martínez de Perón. Es el segundo juicio de la ciudad de San Rafael y el quinto en la provincia de Mendoza, donde funcionó un centro clandestino de detención y tortura en la sede de Tribunales, antes los ojos de fiscales, jueces y empleados judiciales. Los represores llamaban a esta estructura de tres calabozos “Casa Departamental”. Para Pablo Garciarena, fiscal del juicio que tiene 72 víctimas y 27 imputados entre los que figura un ex intendente, “la coordinación entre la policía mendocina y los militares fue determinante para aceitar el mecanismo de la represión en una región donde todos se conocían con todos, pero que sin el apoyo de la justicia eso no hubiera sido posible”.
La historia de Fagetti fue una de las primeras en ser tratadas en un proceso que ya había cumplido la mitad del juicio. Tal como relata InfoJus Noticias, Aldo era referente barrial y hacía trabajos educativos en las villas. Al momento de su desaparición, tenía 26 años. Fue sacado a patadas del galpón donde él y su familia trabajaban fabricando empanadas y pastelitos. Según lo que quedó acreditado por testigos, fue asesinado el 10 de marzo en Infantería con un tiro en el pecho. Antes, le habían hecho firmar su liberación. En 2007, luego de años de militancia y búsqueda de justicia, Sosa logró que el juez federal Héctor Acosta, pidiera la extradición de la ex presidenta María Estela Martínez de Perón. También estaban acusados los entonces ministros Carlos Ruckauf y Antonio Cafiero.
La historia de Fagetti fue una de las primeras en ser tratadas en un proceso que ya había cumplido la mitad del juicio. Aldo era referente barrial y hacía trabajos educativos en las villas. Al momento de su desaparición, tenía 26 años. Fue sacado a patadas del galpón donde él y su familia trabajaban fabricando empanadas y pastelitos.
La Megacausa de San Rafael en la que Elsa era querellante abrió la posibilidad a investigar la represión y las desapariciones y torturas incluso antes del golpe de Estado gracias al funcionamiento conjunto de los militares la policía provincial. Según afirmó el hijo de Elsa y Aldo, Javier Fagetti en una entrevista para Infojus Noticias «desde 1975, empezó a operar la inteligencia del Ejército desde el destacamento 144, el más grande de Cuyo. Aumentó el doble de su capacidad en San Rafael con 50 personas, que es mucho para el pueblo. Estaba comandado por Luis Stuhldreher, que recibió cursos con represores de la talla de Vergés y el Tigre Acosta. Se arman las listas y se organizan los primeros allanamientos. Había muchos civiles de inteligencia».
Gracias a la lucha Elsa, el caso de Aldo está en juicio. «Viví con terror y fuimos estigmatizados pero siempre sentí que el alma no me la iban a robar. Estos tribunales me dan paz, me dan seguridad. Esto es historia. Antes escuchaba los juicios y los veía a todos los represores en libertad. Ahora es distinto. Me pasé la vida callada. Siento que recupero la libertad», había declarado para InfoJus Noticias cuando comenzaron las acciones judiciales.
