A pesar del acuerdo firmado a fines del año pasado entre el presidente Mauricio Macri y los responsables de las cámaras empresarias, los despidos continúan. A menos de un mes del comienzo del año 2017, ya se informaron reducciones de personal y cierres de plantas que no pueden afrontar las medidas de apertura comercial planteadas por el gobierno de Cambiemos.
Luego del conflicto desatado la semana pasada cuando el Grupo Clarín cerró su planta gráfica AGR dejando a más de 300 trabajadores en la calle sin previo aviso, esta semana se conoció el cierre de una fábrica de tecnología de la empresa Bangho, ubicada en el barrio de Vicente López. La decisión implicó más de 200 trabajadores despedidos.
La empresa alegó que la decisión «es consecuencia de la baja del arancel a la importación del 35% al 0% para productos informáticos dispuesta por el Ministerio de Producción de la Nación a partir del 31 de marzo próximo». Los 205 trabajadores despedidos de Bangho decidieron tomar la fábrica hasta no recibir respuesta del gobierno nacional. Denuncian también que solo les ofrecieron un 50% de la indemnización correspondiente.
El Ministerio de Trabajo dictó el miércoles la conciliación obligatoria para el conflicto, propuso un espacio de diálogo e suspendió los despidos en la fábrica por 15 días. La empresa ya afirmó que no será posible reincorporar a los trabajadores si se mantiene en pie la eliminación del arancel a la importación, ya que plantean que es imposible competir contra los productos importados.
La empresa ya afirmó que no será posible reincorporar a los trabajadores si se mantiene en pie la eliminación del arancel a la importación.
Bangho no es la primera empresa de tecnología que decide reducir su personal debido a las bajas arancelarias de importación. La Unión Obrera Metalúrgica denunció el cierre de la planta de la empresa BGH en Tierra del Fuego, que resultó en otros 162 despidos. La empresa planteó que se encuentra en una situación delicada pero negó haber despedido trabajadores, solo ofreció retiros voluntarios.
2016: un año marcado por los despidos
Los despidos tanto del sector público como del privado se mantuvieron en el centro de la escena durante todo el primer año de gestión de Mauricio Macri. El gobierno de Cambiemos fue quien dio el puntapié inicial a la ola de despidos, cuando a través de la justificación de los ñoquis y la falta de eficiencia removió de sus puestos a más de 70.000 trabajadores del Estado.
Siguiendo el ejemplo de la administración pública, los empresarios decidieron ajustar sus costos recortando sobre los puestos de trabajo. Se calcula que durante el año 2016 se produjeron más de 160.000 despidos en el sector privado, según números publicados por el Centro de Economía Política Argentina. Los sectores más golpeados fueron la construcción y la industria.
Siguiendo el ejemplo de la administración pública, los empresarios decidieron ajustar sus costos recortando sobre los puestos de trabajo. Se calcula que durante el año 2016 se produjeron más de 160.000 despidos en el sector privado.
Frente a la amenaza de los despidos, el Congreso aprobó la llamada «ley antidespidos» en el mes de Mayo. En esta ley
se contemplaba la prohibición de despidos por 180 días y la aplicación de una doble indemnización para reducir la pérdida 
de empleo. Mauricio Macri decidió vetar esta ley alegando que su aplicación «congelará los empleos» e «incrementará la pobreza».
En lugar de la ley, decidió firmar acuerdos con las cámaras empresarias para frenar los despidos. El último de estos acuerdos establecía que no habría despidos hasta Marzo de 2017. Pero como la realidad del mes de Enero nos muestra, ni los empresarios ni el gobierno están muy comprometidos con esta medida, ya que se agravan los despidos y los cierres de fábricas en todo el país.
Como la realidad del mes de Enero nos muestra, ni los empresarios ni el gobierno están muy comprometidos con esta medida, ya que se agravan los despidos y los cierres de fábricas en todo el país.
El gobierno es el mayor responsable de lograr que los acuerdos con los que se compromete se cumplan. El único camino hacia una verdadera reducción de la pobreza siempre será ponerse del lado de los trabajadores.
