En un año marcado por la incertidumbre y el enfriamiento económico que el gobierno encabezado por Mauricio Macri impuso al sector cultural en general y editorial en particular, muchos sellos independientes decidieron hacerle frente con grandes libros. Entre poesía, narrativa y no ficción, las editoriales que escapan de las multinacionales decidieron contrarrestar el ajuste con apuestas importantes y de gran nivel. A continuación, te dejamos los 5 libros más recomendados de este 2016 que elegidos por La Primera Piedra, aunque la lista podría extenderse mucho más.
1- Hay gente que no sabe lo que hace (Paisanita Editora)
En los cuentos de Hay gente que no sabe lo que hace (Paisanita Editora, 2016) de Alejandra Zina, las mujeres asumen el protagonismo de las historias a través de experiencias personales que, sin embargo, muestran el universo de lo femenino desde una perspectiva más que interesante. Con un estilo ágil y sin rodeos, la autora hace del ocultamiento un arma clave a la hora de narrar y, también, a la hora de denunciar las situaciones que socialmente se le imponen a ese género.
Las distintas protagonistas de los relatos de Hay gente que no sabe lo que hace logran hacer ver el mundo a través de los ojos de una mujer de determinada edad y contexto según el cuento. Justamente ahí radica una de las claves de la autora: no caer en estereotipos femeninos que se le cargan a las mujeres, no solo en la sociedad en general, sino muchas veces en la literatura en particular. Las distintas voces que aparecen en las historias que narra Zina cargan con un encanto y misterio que las vuelve únicas en su complejidad y es el lector el que debe esforzarse para ir de la mano con ellas.
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2- Los diarios de la edad del pavo (Eloísa Cartonera)
Los Diarios de la edad del pavo de Fabián Casas y publicados por Eloísa Cartonera son un aporte ineludible para aquellos que conocen la obra del célebre escritor de Boedo. A su vez, los tres diarios que abarcan desde 1992 a 1996 y reunidos en un solo tomo,muestran a un escritor iniciático que pelea contra la rutina y sus propias dudas al mismo tiempo que la tragedias nacionales y deportivas se van sucediendo en la década menemista.
Con el barro hasta las rodillas, nuestro protagonista se va encontrando con poemas de El Salmón (Libros de Tierra Firme, 1996) y de Oda (Libros de Tierra Firme, 2003), junto con relatos terminados que, con otro nombre, pasaron a engordar Los Lemmings y otros (Santiago Arcos Editor, 2006). También, producto de esa misma incertidumbre, aparecen referencias a algunos cuentos que, hasta el momento, quedaron a medias. En esa misma sintonía, estos diarios son la bitácora del nacimiento, crecimiento e independencia de Ocio (Libros de Tierra Firme, 2000). La transformación que va sufriendo esa historia es una clara muestra de cómo Casas va trabajando sus textos: una metodicidad al tuntún. Así, lo que empezó como un cuento breve, terminó siendo una novela que se valía por sí misma.
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3- Un método del mundo (Blatt & Ríos)
Los poemas de Un método del mundo (Blatt & Ríos, 2016) de Mariela Gouiric vienen con una fuerte apuesta: escribir sobre temas modernos sin caer en los lugares comunes y vicios de la contemporaneidad. Con un estilo potente, directo y que coquetea con lo narrativo, Gouiric hace de su poesía una herramienta dulce para hablar de los que muchas veces pierden; esas víctimas con onda que en vez de lamentarse crean, denuncian y buscan la felicidad.
“Somos víctimas con onda” sostiene Gouiric en uno de sus poemas y es, quizás, uno de los hilos conductores que enhebra a todo el libro. Jugando con distintos registros, frases y expresiones propias del mundo de la oralidad, la autora inventa una mezcla potente entre poeticidad y denuncia, sin recurrir a poemas panfletarios ni versos abstractos que se alejen de lo que realmente se quería decir.
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4- Ruidos molestos (Editorial Conejos)
Los cuentos que componen Ruidos molestos (Conejos, 2016) muestran cómo en la realidad duerme el germen necesario para encarar cualquier historia de ficción. Con un estilo simple y profundo, Cristian Godoy hace hablar a sus personajes con una gran habilidad, logrando la identificación del lector con cada una de las historias que, tranquilamente, pudieron haber pasado en la propia vida de quien está del otro lado del libro.
El arma que elige Godoy para atrapar al lector es la profundidad que puede alcanzar un estilo simple y directo, apostando muchas veces a la oralidad que cargan los personajes protagonistas de sus relatos. Ya sean niños o adultos, hombres o mujeres, el autor encara las historias como si fuera una cámara subjetiva del personaje principal de cada relato. El lector, ya atrapado por cada historia, ve por sus ojos.
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5 – La máquina de rezar (Editorial Marciana)
La máquina de rezar (Marciana, 2016) de Bob Chow es una novela que pone el foco sobre la velocidad del absurdo y el abanico de posibilidades que éste puede ofrecer. Con un constante coqueteo con distintos géneros y registros, Chos logra en este libro seducir al lector y meterlo de lleno en el ritmo vertiginoso de la historia de un protagonista errante, donde las drogas y el capitalismo moderno se entrecruzan con elementos dignos de la ciencia ficción.
La velocidad de los hechos que se suceden en La máquina de rezar, ambientados en los distintos escenarios que éstos proponen (París, Amsterdam, Bagdad, entre otras ciudades que van desfilando), se motorizan por un absurdo que Chow vuelve de lo más común y verosímil en las primeras páginas de su novela. En el mundo capitalista contemporáneo, se sabe, apretar un botón de una máquina que no terminamos de entender nos puede derivar en acontecimientos que no esperábamos. Más si se ponen elementos religiosos de por medio, algo que el autor hace con gran talento.