Entrevista a Matías Reck y Anshi Morán, editores de Milena Caserola, uno de los sellos con más historia de la camada actual de editoriales. «Milena Caserola no es un espacio hermético donde se baja una línea directa, se da lugar a que surja la discusión, se construye desde ahí en cierta forma» afirma Morán. Reck, por su parte, pone en discusión el término «editoriales independientes» y señala que «se podría pensar quizás en editoriales ‘autogestivas’, pero también habría que analizarlo bien». El rol del editor, el surgimiento de conflictos y el compromiso político de editar un libro, a continuación.
Sobre la editorial
Milena Caserola lleva más de 12 años dentro del circuito editorial y cultural. Con un catálogo diverso donde conviven distintos géneros y corrientes estilísticas, Milena Caserola se caracteriza por su fuerte compromiso político hacia una cultura cada vez menos centralizada y jerarquizada. En constante contacto con otros colectivos, como la Feria del Libro Independiente y Autogestiva (FLIA), el sello marcó un camino para muchos proyectos más recientes.
-¿Cómo surgió Milena Caserola?
Matías Reck (MR):- Surge a partir de las ganas de llevar al papel algunos escritos de unos amigos que estaban dando vueltas por ahí. El nombre o esa especie de encuentro de palabras nace de un grupo de amigos con los que jugábamos con ambas palabras en actividades literarias pero no editoriales, como puede ser juntarse a escabiar, viajar, ir a marchas, vivir el día a día. «Caserola» es por esas cacerolas que venían sonando en el 2001 y «Milena» porque es un lindo nombre que se encarna en una vecina de esa época. Entre todos esos juegos surgió la idea de editar un libro.
-¿Qué libro era?
MR:-Idea de la prosa de Giorgio Agamben, que estaba agotado en su circuito de comercialización e hicimos una edición «copyleft» para presentarla en una serie de charlas que Agamben venía a dar a la Argentina. Nos gustó como salió el libro pero tuvimos algunos problemas con la ley. De ahí surgieron varios proyectos, uno fue la editorial La Cebra, que trabaja mas con copyrights y derechos al publicar textos teóricos de filosofía.
Cada colección o a veces cada libro depende de quienes van aportando: diseñadores, editores, periodistas, etc. Todes forman parte del mismo trabajo de alguna forma, van aportando con sus ideas y se van involucrando dentro del proyecto.
-¿Quienes forman parte de Milena Caserola?
MR:- Al principio fui un poco yo pero después se fue acercando mucha gente que fue publicando o pensando colecciones dentro de la editorial, haciendo su aporte.
M:- En ese sentido, de cada colección o a veces cada libro depende de quienes van aportando: diseñadores, editores, periodistas, etc. Todes forman parte del mismo trabajo de alguna forma, van aportando con sus ideas y se van involucrando dentro del proyecto.
-¿Cómo empezaron a elegir los títulos a publicar?
MR:-Empezamos a nutrir nuestro catálogo de autores que participaban y rondaban la F.L.I.A (Feria del Libro Independiente y Autogestiva) junto a docentes e investigadores más ligadxs al mundo académico. De ahí surgió un catálogo ecléctico en el que conviven ensayos, libros de poesía, infantiles, libros de arte, libros objetos, novelas, etc.
-En esa misma dirección, el catálogo de Milena Caserola es bastante amplio y aborda varios frentes. ¿Fue una idea originaria o fue surgiendo en el camino?
MR:-Yo creo que estuvo abierto al infinito desde un principio. Eran más las ganas de editar en un sentido más random y que respondía a los gustos. Los gustos son muy grandes y eso te lleva a ir descubriendo nuevas cosas. De todas formas vivimos un momento donde los géneros se están desdibujando y entonces nos gusta decir que editamos libros. Después cierta catalogación forzada nos lleva a decir cuál es de poesía, cuál de ensayo. Casualmente hace poco armamos una colección de ensayos poéticos, donde descomprimimos ese estancamiento de los géneros. Tenemos un catálogo muy abierto que dialoga entre sí y se conecta azarosamente. A veces conviven mal pero se convive, como en toda familia.
Vivimos un momento donde los géneros se están desdibujando y entonces nos gusta decir que editamos libros. Después cierta catalogación forzada nos lleva a decir cuál es de poesía, cuál de ensayo.
-¿En qué sentido conviven mal?
MR:- No es inocente editar un libro. Un libro dice cosas que pueden generar tensiones, debates que hacen a los problemas que conlleva publicar.
Anshi Morán (AM):- Milena Caserola no es un espacio hermético donde se baja una línea directa, se da lugar a que surja la discusión, se construye desde ahí en cierta forma. Hay límites abiertos que se tejen para que se dé ese debate.
-En esa misma dirección, existen muchas colecciones que se van armando gracias a los aportes que se acercan a Milena Caserola.
MR:- Sí, hay colecciones que se editaron de forma conjunta con otras editoriales o con distintxs autorxs. A partir del encuentro personal, la mayoría de las veces sin contrato mediante, vamos construyendo colecciones de libros que dialogan entre sí y con la totalidad del catálogo.
-¿Cuál pensarían qué es el rango distintivo de Milena Caserola dentro del mundo de las editoriales independientes?
MR:- Es difícil pensarlo, creo que Milena Caserola se aleja un poco de la corriente, por así llamarla, que tiende al «profesionalismo» en las editoriales que hay ahora. En ese sentido Milena Caserola hizo y hace su camino bastante cercano al amateurismo. Otra cosa que nos puede distinguir en cierta forma es la apertura para publicar, donde no nos ponemos en el rol de «esto es publicable o no», trabajamos junto al autor, le sacamos el misterio a lo que hay detrás de un libro: cómo se maqueta, como se diseña, como se trabaja con la imprenta, cómo se distribuye, etc. De todas formas, habría que repensar el término «editoriales independientes», que creo que ya no existe más.
-¿En qué sentido no existiría más?
MR:- Creo que es un momento de repensar el término. ¿Independiente en base a qué? ¿Al Estado, al mercado? No es posible ser “independientes” en un sentido económico porque estamos sumergidos en un sistema, en una sociedad y una cultura particular. Se podría pensar históricamente: en los 90’s se hacían libros independientes para luchar contra la centralización, en los 2000’s para poder publicar, ¿pero hoy en día para qué? Es una pregunta que nos venimos haciendo hace un tiempo varias personas, entre ellas junto a Marilina Winik, con quien escribimos un ensayo al que llamamos “Fin de las editoriales independientes”. Se podría pensar quizás en editoriales “autogestivas”, pero también habría que analizarlo bien.
Creo que es un momento de repensar el término. ¿Independiente en base a qué? ¿Al Estado, al mercado? No es posible ser “independientes” en un sentido económico porque estamos sumergidos en un sistema, en una sociedad y una cultura particular. Se podría pensar históricamente: en los 90’s se hacían libros independientes para luchar contra la centralización, en los 2000’s para poder publicar, ¿pero hoy en día para qué?
-Con la trayectoria que tiene Milena Caserola dentro del mundo editorial, ¿creen que marcaron un camino a seguir o que son referentes?
AM:- En cierta manera sí y en cierta manera no. Es decir, por nuestra forma de ser siempre estuvo el compartir, sociabilizar las cosas, hacerlas colectivamente. Nos importa que los libros circulen. En ese sentido sí podemos ser referentes porque enseñamos y compartimos lo que sabíamos a mucha gente que después hizo su propio camino editorial.
MR:- Claro, nos pasó un poco como la leyenda de Edipo, donde ama y odia al padre al mismo tiempo. Hoy se piensa más en el lector comprador que en un lector en sí, el libro como objeto de consumo. Nosotros como editorial y como parte de la historia de la FLIA a veces sentimos que lo que buscábamos fracasó. Por ejemplo lo que nosotros proponíamos de “izquierdos reservados” en contraposición a los derechos reservados: no terminó pasando que los derechos de autor dejaran de existir, pero continúa habiendo militantes de la fotocopia y el copyleft.
-De todas formas ser una de las editoriales que visitó la Feria de Frankfurt marca un camino a seguir, ¿no?
MR:- En cierta medida, pero fuimos con la idea de discutir las políticas de derecho de autor, de traducción, en la que las editoriales más “pequeñas” o de países “periféricos” se ven perjudicadas. Muchas otras editoriales fueron y no cuentan, no sociabilizan los conocimientos que sacaron de allí. Hay como cierta sectorización dentro del mundo editorial que hace, como dije antes, que ponga en duda el término de “independiente”.
Nos pasó un poco como la leyenda de Edipo, donde ama y odia al padre al mismo tiempo. Hoy se piensa más en el lector comprador que en un lector en sí, el libro como objeto de consumo. Nosotros como editorial y como parte de la historia de la FLIA a veces sentimos que lo que buscábamos fracasó.
-Dentro del ambiente literario se suele pensar que la poesía no se vende, ¿ustedes qué opinan al respecto?
AM:- Milena Caserola publicó desde siempre poesía. Nunca nos interesó mucho si se vende o no cualquier género. Como decía Matías antes somos muy abiertos a la hora de publicar, no nos espantan los autores que no publicaron antes. Sí es cierto, en términos reales, que vende menos la poesía. Nos pasó en la Feria de Guadalajara, la mayoría de lo que más se vendía eran libros técnicos o de no ficción directamente.
-¿Y por qué creés que pasa eso?
AM:- Hay un prejuicio muy fuerte sobre lo que es la poesía, se la considera complicada o de difícil acceso; no creo que sea así, tenemos que animarnos más a leer poesía. Yo creo que de todas formas en Milena Caserola lo poético está en todo lo que hacemos, ya sea publicar libros de poesía o no, en los eventos que hacemos, en las experiencias que compartimos. Hay mucha gente con ganas de escribir poesía y también con ganas de leerla, mientras eso esté latente hay que ir allá y hacer lo que hacemos siempre: proponer autores, textos, discutir, repensar las cosas, ampliar los límites.
-Milena Caserola suele prestarle bastante atención a obras fenómenos que se nutren bastante de redes sociales e Internet, algo que no es muy común dentro del mundo literario.
AM:- Paradójicamente como editorial no tenemos mucha presencia en Internet o en redes sociales. Hay un blog que no se actualiza mucho, no tenemos página de Internet, algo que cualquier “empresa” consideraría fundamental. La gente nos conecta mucho por facebook, o por amigxs de amigxs. Internet en la editorial es sobre todo un medio de comunicación. Sí es verdad que publicamos a varixs escritores que utilizaron Internet para difundir su obra, novelas que se escribieron en blogs o poemas que se graban en video. Sin embargo, no creo que sea algo característico de la editorial dado que también publicamos libros de filosofía en que autores discuten entre sí muy por fuera del mundo web o las redes sociales.
Hay un prejuicio muy fuerte sobre lo que es la poesía, se la considera complicada o de difícil acceso; no creo que sea así, tenemos que animarnos más a leer poesía. Yo creo que de todas formas en Milena Caserola lo poético está en todo lo que hacemos, ya sea publicar libros de poesía o no, en los eventos que hacemos, en las experiencias que compartimos
-Y en tu caso, Anshi, ¿cómo convive el rol de editora y con el de escritora?
AM:- Siempre fui lectora y escribir para mí es parte de eso, como un impulso. No me interesa ponerme en ese lugar de “escritora” relacionada a un “Yo”, como identidad única. Ambas identidades conviven fluidamente, junto con la de ser estudiante, amiga, trabajadora, etc. Comencé a trabajar con Matias hace tres años, publicar libros es un trabajo que me gusta porque con esa excusa siempre se está creando algo nuevo junto a otrxs.
-Están por sacar muchos títulos y encarar nuevos proyectos, ¿no?
MR:- Llegó el segundo semestre para milena con muuuuchas novedades, el segundo libro de Cristian Ton, Música de Cámara, una atrapante novela casi cumbiera. Por parte de nuestro querido Walter Lezcano, autor de Calle, entre innumerables libros de narrativa y poesía, ahora se despacha con sus 10 años de ensayos periodísticos, notas, entrevistas para entender «La Cultura Contemporánea» bajo el título, Nací en una generación. freelenceo, monotributo y cultura . Un clásico e inédito que publicaremos y presentaremos en la Feria del libro de Montevideo, Felisberto Hernández Ilustrado.
(Leer nota relacionada: ¿Qué es la poesía? #11 Walter Lezcano: “La poesía tiene algo difuso, nebuloso, un poco caótico”)
-¿Y qué más?
MR:- Después de publicar el libro #Ni Una Menos y siguiendo el camino de pensar y hacer los feminismos, se presenta Mujer Basura, un recorrido teórica práctico por la performance, los feminismos, la revolución de los cuerpos. Sale una nueva e intensa novela de Cristina Civale, Una historia familiar, el tercer libro de Martín Glozman, un hermoso relato autobiográfico, ficcional, desde el yo más íntimo, desde del amor, No hay cien años. Una trama a lo Gilda Manso, Luminaria, fuerte, dura, sincera. Algo excitante como nos tiene acostumbrados Facu Soto, Mutantes. Siguiendo la colección Extremcontemporáneo, con traducción de Sol Gil se publica Daewoo, un libro para la época que nos toca vivir: desempleo, cierre de fábricas, pobreza, crisis, desolación, el autor Francos Bon, un francés metido en el conflicto social, ya conocido en Argentina por su libro Mecánica (ed. Mar Dulce, 2014). Desde la provincia de Buenos Aires, llegan historias alocadas de escuela que invitan a intervenir, sacar o poner boca abajo al cuadro de Sarmiento, es el libro El profesor hijo de yuta de Fernando Vilches. Y la frutilla de año postre, La Biografía de Cris Miró, Hembra, vivir y morir en un país de machos, del periodista Carlos Sanzol, los noventas, el surgir en los escenarios de las travestis, la historia breve breve pero intensa de Cris.
(Leer nota relacionada: ¿Qué es la poesía? #12 Facu Soto: “La clave de la poesía es poder verla o encontrarla”)
Contacto con Milena Caserola
Facebook: Milena Caserola
Twitter: @MilenaCaserola
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