En el poemario San Francisco (China Editora, 2014) de Luciano Lamberti, las escenas cotidianas muestran su costado poético con una gran intensidad. Recuerdos de infancia, rumores de barrio y anécdotas de la vida diaria son la materia prima que alimentan los versos de Lamberti, en los cuales se puede ver la facilidad que tiene este autor para crear y relatar historias, colocándolo en un lugar central cuando se habla de literatura argentina contemporánea.
Sobre el autor
Luciano Lamberti nació en San Francisco, Córdoba, en 1978. Es Licenciado en Letras por la Universidad Nacional de Córdoba. Fue co-fundador de la editorial La Creciente. Tiene publicados los libros de relatos El asesino de chanchos (Tamarisco, 2010) y El loro que podía adivinar el futuro (Editorial Nudista, 2012), que fue considerado uno de los libros del año por la revista Ñ. También publicó la nouvelle Los campos magnéticos (Sofía Cartonera, 2012) y La Maestra rural (Literatura Ranndom House, 2016), entre otros.
La poeticidad de las historias cotidianas
Antes de hacerse conocido por los relatos que cautivaron a miles de lectores a lo largo del país, Luciano Lamberti había escrito los poemas que componen San Francisco (China Editora, 2014). En ellos, el autor juega con la poeticidad que viene envasada en cada acto que creemos mundano y cotidiano. Además, demuestra fielmente la capacidad y facilidad que tiene Lamberti para poder narrar y crear historias a partir del mundo que gira alrededor.
En ese sentido, lo poemas que forman parte de San Francisco tienen una fuerte impronta narrativa. Sin caer en un objetivismo cerrado, Lamberti deposita el peso poético en las circunstancias, objetos y personas que componen el andar cotidiano. Eso todavía cobra más valor si se tiene en cuenta que el escenario donde esto ocurre es un pequeño pueblo de Córdoba. En cierto sentido, la poesía de Lamberti puede leerse como pequeños apuntes para ser convertidos en los futuros cuentos o novelas que el autor fue publicando con el paso de los años.
Sin embargo, San Francisco no se agota ahí, ya que en la parte final del libro -como en el apartado «El advenimiento»- se puede encontrar el otro costado de su poesía: un juego personal, casi experimental, con el lenguaje poético y las posibilidades que el lenguaje tiene a la hora de transmitir un sentimiento.
Por ejemplo, lejos de ese Lamberti narrador conocido por el público lector, puede encontrarse ese costado poético desconocido: «Sos la nube que tapaba el sol para hacernos dormir./ Sos el incendio. En mis sueños quemabas./Una luz corriendo por el monte, los pumas y las liebres/corriendo detrás. Y la primera herida fresca/ arde en tu presencia».
En definitiva, se puede decir que San Francisco ofrece dos posibilidades: en primer lugar, es un aporte fundamental para introducirse más en el universo literario de Luciano Lamberti y descubrir ese oficio de narrador que parece manejar con una facilidad indiscutible; en segundo término, es una oportunidad para conocer al Lamberti poético que juega con el lenguaje más allá del salvajismo narrativo que encarna el resto de su obra.
Mirá otras Reseñas Caprichosas acá