En el libro álbum Música amable al fin (mágicas naranjas, 2012) de Irene Gruss con ilustraciones de Cecilia Alfonso Esteves, se pueden ver las posibilidades que un género como la poesía brinda. Con un delicado y nutrido diálogo entre el poema de Gruss y la estética visual propuesta por Alfonso Esteves, este libro apuesta de lleno a estimular los sentidos del lector e introducirlo en el juego poético.
Sobre la autora
Irene Gruss nació en Buenos Aires en 1950. Formó parte del grupo de poetas que fundó, a comienzos de los años 70, el taller «Mario Jorge De Lellis», desde el que actuó un movimiento que significó, a la vez, la continuación y el replanteo del coloquialismo que animó la poesía de los ’60. Publicó El mundo incompleto (1987), La calma (1991), Sobre el asma (1995), En el brillo de uno en el vidrio de uno (2000), entre otros.
Sobre la ilustradora
Cecilia Afonso Esteves nació en Argentina en 1977. Egresó de la Escuela Nacional de Bellas Artes “Prilidiano Pueyrredón”, con el título de Profesora Nacional de Grabado. Cursó talleres y seminarios de fotografía, paisajismo, joyería, ilustración, tipografía y animación. Actualmente se dedica a la ilustración de libros, a la realización de animaciones (stopmotion) y al diseño de juguetes para niños.
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Una poesía para todos los sentidos
La flexibilidad de la poesía puede ser un arma de doble filo, pudiendo dar como resultado experimentos que carecen de algún valor poético y se quedan solo con la etiqueta de «disruptivo». Por suerte, hay casos en los que esa misma elasticidad propia del género permite obras únicas y estimulantes. Música amable al fin (mágicas naranjas, 2012) de Irene Gruss e ilustrado por Cecilia Alfonso Esteves es, sin dudas, uno de esos casos excepcionales.
En este libro álbum, la poesía parece tener la misión de estimular todos los sentidos del lector, donde la vista juega un rol crucial gracias al diálogo propuesto por las ilustraciones de Alfonso Esteves. Además, el poema de Gruss tiene la eficacia de transportar a un mundo sonoro más que particular con una precisión máxima.
El resultado que se logra en Música amable al fin es una apuesta poética de gran nivel al alcance de todos. En ese sentido, este tipo de libros objetos que propone mágicas naranjas logran un objetivo doble: atraer a los niños al mundo de la poesía adulta y atraer a los adultos al mundo de la sensibilidad infantil, proponiendo que el resultado de ese intercambio constante sea la riqueza que se lleva el lector.
La belleza poética de Gruss y el ingenio artístico de Alfonso Esteves encontraron en Música amable al fin un lugar donde encontrarse y dar a luz una nueva propuesta poética fruto de su reunión. El mensaje parece claro: no hay que temerle a la poesía desde chico, más bien todo lo contrario. A fin de cuentas, es la edad donde todos los sentidos aprenden jugando y, en esa misma dirección, Música amable al fin tiene mucho para enseñarle a todos.
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