Los poemas que integran Magulladón (Triana, 2012), de Jacob Steinberg, dan cuenta de la inestabilidad permanente en la que estamos envueltos. Con un estilo crudo y directo, Steinberg juega con la ironía y la reflexión en sus versos. Una pregunta parece guiar a todo el libro: ¿cómo hace el ser humano para ser el único animal que camina convencido hacia aquello que va a destruirlo?
Sobre el autor
Foto: Antonio Rodriguez
Jacob Steinberg nació en Stony Brook, Nueva York, en 1989. Escribió Magulladón (Triana, 2012) y Ante ti se arrodilla mi silencio (2013). Residió en Buenos Aires mientras cursaba la Maestría en Literaturas Española y Latinoamericana en la Universidad de Buenos Aires. Actualmente reside en Brooklyn, Estados Unidos.
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Una dieta desbalanceada de emociones
Los poemas que forman parte de Magulladón (Triana, 2012), de Jacob Steinberg, invitan al lector a un universo donde las proporciones no existen y todos nos movemos en un terreno totalmente desbalanceado de emociones. Excesos como el amor, las drogas y la tristeza conversan constantemente en una vida que no parece hecha para integrarlas todas juntas, pero que se divierte intentando hacer que algo funcione.
En ese sentido, Steinberg propone el tema de la hiperconectividad y las nuevas tecnologías, las cuales, por un lado, nos facilitan las cosas y, por el otro, crean nuevos estados emocionales que aprendemos mientras los atravesamos. ¿Cuántas horas podemos esperar frente a la computadora o el celular hasta que alguien se conecte y nos diga: «Hola»? Los poemas de Magulladón juegan con esa ambivalencia: las distancias que se acortan y se agrandan todo el tiempo.
La religión y la sexualidad también son tópicos que recorren los poemas del poeta norteamericano. Lejos de ser tratados solemnemente, Steinberg los incluye como ingredientes de una gran ensalada llamada desconcierto. En ese sentido, el judaísmo y la homosexualidad son integrados dentro del mundo literario de Magulladón con una naturalidad que es, sin lugar a dudas, mérito exclusivo del autor. Sin vergüenza pero sin caer en un regodeo innecesario, las anécdotas muestran su costado poético para seducir al lector.
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La falta de estabilidad que, quizás, sea una de las claves de los tiempos que corren, arman el edificio de la poesía de Steinberg. La música, los amigos, las fiestas, los amores posibles y truncos; todo desfila en una pasarela que, a priori, parece infinita y nos llena de incertidumbre. Magulladón propone una pelea contra lo incierto con algo igual de inestable: los sentimientos. De ese error estratégico, nace la poesía.
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