El libro Todo es una mierda (La polla literaria, Chile, 2014) de Leandro Lozano muestra, una vez más, la posible mixtura entre la literatura y la estética rockera. Con un estilo crudo, Lozano expone en su breve prosa poética la búsqueda que envuelve a una generación que nació entre la desidia y la única satisfacción que conoce: consumir. Como si fuera un cd de rock, Todo es una mierda va manejando distintos tonos, estilos y hasta un cover final.
Sobre el autor
Leandro Lozano nació en Buenos Aires en 1983). Es periodista y escritor. Colabora en las páginas de rock Al borde del tiempo, Indiehoy y Culto al magazine. Ha publicado poesía en diversos blogs de España. Todo es una mierda (La polla literaria, 2014) es su primer poemario. Actualmente trabaja en un libro de relatos breves titulado Podría haber sido peor.
Un cd de rock en formato libro
La relación entre rock y poesía no es nueva, sobre todo si se tiene en cuenta la estética que reinó la poesía de los 90’s. Resabios de esa corriente -pero con el agregado de la desilusión de los 2000’s que a priori prometía avances y que muchas veces profundizó el síntoma de incertidumbre en el que nos encontramos- la breve prosa poética de Todo es una mierda (La Polla Literaria, Chile, 2014) de Leandro Lozano propone golpes rápidos, certeros y contundentes como si fuera un cd de rock.
En ese sentido, los distintos poemas de Lozano reproducen una mixtura de de sensaciones y escenas que desembocan en un resultado final en común: el tedio. Con los elementos de consumo como protagonista en muchos de sus versos, Lozano dibuja un panorama desalentador dentro de los días que corren, lejos de las promesas incumplidas del capitalismo y las nuevas tecnologías de la comunicación.
Así, Todo es una mierda refleja el sentimiento de sentirse un extraño dentro del propio lugar donde uno nació, creció y vivió, donde todo lo que ocurre en vez de alimentar a la costumbre termina engordando al desconcierto. En esa dirección, Lozano profundiza aún más y nos ofrece una conclusión -por llamarla de alguna manera- dentro de su libro: el lugar más extraño para habitar es uno mismo.
Parafraseando al autor, quizás no haga falta subirse a un avión para ver más pequeño nuestro desconcierto, si no alejándonos de la rutina del consumo y las emociones domesticadas que el orden actual de las cosas nos proponen. Los espejismos del consumo se desvanecen más rápido de lo que parecen y ahí es donde apostar a la poesía cobra más valor: una apuesta a perdurar más allá de los segundos de atención que estamos dispuestos a regalarle a cualquier acontecimiento.
Lozano logra eso y más con Todo es una mierda, un libro que empieza desafiando desde su título y termina de la misma manera con la inclusión de un cover, un elemento infaltable en casi todo los discos de rock que merecen ser recordados.
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