«La opción que eligió la editorial siempre fue por un pensamiento que apunte a lo ‘débil’, lo femenino, lo homosexual. No nos interesa lo tan racional o tradicionalista, casi machista», sostiene Alejandro Jorge, escritor y editor de Triana. Además, destaca la importancia del surgimiento de nuevas editoriales independientes: «Siempre es bueno que nazca gente nueva, porque sino se empieza a cerrar sobre sí mismo», afirma Jorge. Con un catálogo que apuesta a la producción contemporánea en Argentina y Estados Unidos, Triana intenta discutir el sentido común desde un arma potente e inesperada: la poesía.
Sobre la editorial
Triana nació en el año 2010, con la idea de dar lugar a poetas contemporáneos. Con el correr del catálogo, los autores estadounidenses empezaron a pisar fuerte, generando uno de los rasgos distintivos de la editorial. Otro factor que resalta en el sello es la estética de sus libros, los cuales se diferencian de las corrientes actuales para generar objetos mucho más particulares. Sin embargo, la apuesta no se agota en la forma, ya que el fondo dentro de cada publicación de Triana trae consigo una suerte de crítica al sentido común dominante.
Actualmente ya llevan once libros publicados y trabajan en el lanzamiento de cuatro títulos nuevos.
-¿Como empezó Triana?
-Surgió por intereses de autopublicación, como gran parte de las editoriales pequeñas. A eso se suma lo que creés que es tu mundo literario, o lo que querés que eso sea. Triana lo empezamos con Laureano Della Schiava, somos amigos de toda la vida.
-¿Los dos escribían?
-Sí, los dos escribíamos. Yo ya tenía un libro armado, que después terminó siendo Especificaciones (Triana, 2010). Hicimos una primera tirada con mi libro y dos más; luego, una segunda con el libro de Laureano, Francisco (Triana, 2012) y ya para la tercera tirada, quedé yo solo como director de la editorial, por usar alguna palabra.
-¿Quiénes más te acompañan?
-Alrededor mío hay muchas personas que me ayudan. El principal es Jacob Steinberg, que es una pata que tenemos en Estados Unidos. Lo conocí gracias a Marina Alessio, que también publicó con nostros. Jacob nos alcanzó traducciones de Sam Pink, nos ayuda con el contacto con poetas de allá, nos facilita mucho ese trabajo. Actualmente Triana soy yo como director y editor, Jacob como editor asistente y Luisina Gentile en la coordinación. También estamos trabajando con Ana Yvelyse, es un grupo de trabajo en el que vamos aportando poetas de acá, de Estados Unidos o de otros lados.
-¿Por qué el nombre «Triana»?
-Porque es un barrio popular de Sevilla que conocimos en un viaje con Laureano y nos gustó mucho, no más que eso.
Lo que siempre tratamos de hacer es publicar autores contemporáneos. Nos guiamos más por el placer y por la afinidad, por eso mismo se dio naturalmente la publicación de poetas de Estados Unidos
-¿Cómo van pensando el catálogo?
-Siempre nos interesó la poesía estadounidense, Valeria Meiller nos aportó muchas ideas también. Originalmente no había una idea muy rígida, sí lo que siempre tratamos de hacer es publicar autores contemporáneos. Nos guiamos más por el placer y por la afinidad, por eso mismo se dio naturalmente la publicación de poetas de Estados Unidos. A su vez, con la marcha de la propia editorial, se va configurando una identidad que no estaba preestablecida. Se trazó una dirección y la seguimos, siempre bajo la idea de la poesía contemporánea.
(Leer nota relacionada: Reseñas Caprichosas – “Voy a clonarme, luego matar al clon y comérmelo” de Sam Pink: Una poesía más dura que la realidad)
-Dentro del catálogo de Triana se puede ver, además, que hay textos en prosa o el caso de un diario en Alguna vez pensé esto (Triana, 2015) de Mariano Blatt donde, sin embargo, el contenido poético es muy fuerte. ¿Opinás lo mismo?
-Sí, siempre son poetas los que publicamos. La columna de la editorial está formada por poetas, después si quieren escribir un cuento u otra cosa no hay problema. Tampoco es que está cerrada a que sea poesía, de todos modos.
-En ese sentido, ¿cuál sería para vos el rasgo distintivo de Triana con respecto a otras editoriales?
-Creo que de a poco se van a ir sumando otras editoriales que hagan lo mismo, pero creo que Triana sirve como una ventana hacia lo que está pasando en Estados Unidos, que era algo que no estaba llegando. Además la opción que eligió la editorial siempre fue por un pensamiento que apunte a lo «débil», lo femenino, lo homosexual. No nos interesa lo tan racional o tradicionalista, casi machista. No nos gusta pensar qué es inteligente y qué no, qué es serio y qué no, qué es pop o no. Nosotros vamos por el camino de reivindicar todo eso que se cree débil o vacío.
(Leer nota relacionada: ¿Qué es la poesía? #8 Mariano Blatt: “La poesía para mí es un hecho textual”)
-Claro, una apuesta a la diversidad, ¿no?
-Sí, por más que suene un poco posmoderno. Tampoco tiene nada de malo ser posmoderno (risas).
Triana sirve como una ventana hacia lo que está pasando en Estados Unidos, que era algo que no estaba llegando. Además la opción que eligió la editoria siempre fue por un pensamiento que apunte a lo «débil», lo femenino, lo homosexual, no nos interesa lo tan racional o tradicionalista, casi machista
-La estética de los libros de Triana es bastante particular. ¿Cómo la fueron pensando?
-La estética siempre estuvo manejada por Nicolás Barraza, que es el que hizo todos los libros. Marina Alessio nos facilitó el contacto y yo ya había visto algunos trabajos que él había hecho. Yo le sugerí alguna cosa, pero él siempre se manejó con total libertad, porque siempre trajo cosas increíbles.
-¿Cómo ves el panorama actual de las editoriales independientes?
-Siempre es bueno que nazca gente nueva, porque sino se empieza a cerrar sobre sí mismo. Como te decía antes, puede pasar que haya tres personas que te digan qué es lo que está bien o qué es lo que está mal, qué se tiene que publicar. Después, se puede pensar lo malo que tanta diversidad puede traer, como perderse en la marea de opiniones y publicaciones, lo cual sigue siendo bueno. Es una especie de desprendimiento de lo que fue la poesía de los 90’s.
-¿En qué sentido?
-Ahí se empezó a publicar con más desparpajo, sin importar si una cosa era una fotocopia o no, la idea era publicar. Eso se incentiva todavía más con una generación de gente que ya tiene incorporada Internet. Por más que tener el libro en papel todavía parece dar una entidad mayor, hay muchos lectores que están atravesados por lo online. La diversidad es parte de la escritura hoy en día; ya no es necesario, quizás, la idea de sello editorial que da entidad. Eso es bueno.
Por más que tener el libro en papel todavía parece dar una entidad mayor, hay muchos lectores que están atravesados por lo online. La diversidad es parte de la escritura hoy en día, ya no es necesario, quizás, la idea de sello editorial que da entidad. Eso es bueno.
-¿Y cómo es la relación de Triana con otras editoriales independientes?
-Nunca nadie me cerró ninguna puerta. Tampoco es que las fui a golpear mucho. Siento que es toda gente común, en el sentido de que hay una sintonía de pensamiento bastante parecida. Después, están los que estamos un poco más afuera del circuito de ferias, lecturas, de exhibición y otros más adentro. Hay gente copada, por suerte, y una hermandad literaria, sin olvidarnos de que vivimos en una sociedad capitalista.
-¿Qué ventajas y desventajas hay en ser una editorial independiente?
-Yo creo que todos apostamos a crecer, a desarrollarse, sin por eso pensar en convertirse en un gran grupo o una escala inimaginable. La ventaja de ser independiente es que te movés, como con cualquier cosa pequeña, con mayor facilidad en cualquier intersticio. La desventaja es que todo te cuesta el doble.
-¿Por ejemplo qué cosas?
-Desde publicar hasta distribuir. Más que nada, cuando sos una editorial que ya está en librerías y se necesita distribuir, poner en movimiento toda una maquinaria que, en el caso de hacer un fanzine, por ejemplo, no necesitás tanto. Cuanto más independiente sos, mayor movimiento tenés en ese sentido. Después, empezar a formar parte de cualquier tipo de sistema te pone unas restricciones hasta legales que te van trazando caminos que sí o sí hay que recorrer, y eso te desgasta. Yo disfruto que la editorial sea esto, no me la puedo imaginar como algo demasiado grande, pero sí espero que pueda pasar en algún momento.
La ventaja de ser independiente es que te movés, como con cualquier cosa pequeña, con mayor facilidad en cualquier intersticio. La desventaja es que todo te cuesta el doble.
-Dentro del mundo editorial y literario está la frase hecha que sostiene que la «poesía no se vende», ¿estás de acuerdo?
-Sí, no se vende, como mercado no existe, porque no mueve un gran perímetro de ganancia en una editorial. Creo que nadie tiene una editorial de poesía para ganar plata o vivir de eso. Había un poeta irlandés, creo, que sostenía que se puede ser poeta de joven o de viejo, porque en el medio tenías que trabajar para pagar tus cuentas o alimentar a tus hijos. La poesía no genera plata, a menos que seas alguien muy consagrado. Eso es lo que tiene de bueno también, sobre todo si lo ves desde un punto ideal, donde la gente lo hace por placer y no por dinero. O fama, que es muy parecido al dinero.
-Más allá del tema monetario, ¿por qué creés que no alcanza a generar un público mayor?
-No sé porqué, si pensás en un evento de los miles que hay en la Ciudad de Buenos Aires, a los músicos generalmente algo se le paga y a los poetas no. No sé, es así, nadie paga por poesía. No llega a tanta gente quizás. De todas formas, pensando en lo que decía antes, el mercado que existe es chico pero generoso, compra los libros. No se genera dinero por volumen, pero sí hay un consumo. A priori, la poesía parece como algo muy lejano, algo así como la diferencia que se suele pensar entre el teatro y el cine.
-¿Y a qué podría deberse que la poesía parezca como algo lejano?
-Puede ser por la imagen de lo que es la poesía que te van transmitiendo cuando sos chico . Se la suele enseñar como algo alejado y más difícil de acceder que una novela. Desde un inicio se piensa que la poesía genera otro desgaste.
Creo que nadie tiene una editorial de poesía para ganar plata o vivir de eso. Había un poeta irlandés, creo, que sostenía que se puede ser poeta de joven o de viejo porque en el medio tenías que trabajar para pagar tus cuentas o alimentar a tus hijos.
-¿Cómo conviven en vos ser escritor y editor?
-Conviven bien. Hay poca gente actualmente que sea editora y no escritora, sobre todo en el mundo de la poesía y en las editoriales chicas. Quizás puede pasar que las que se dediquen a géneros más duros, como ensayos académicos, no escriban. Después, creo que el resto nace a partir del placer de los escritores por crear y por autopublicarse. En mi caso, conviven naturalmente la edición y la escritura.
-Por último, ¿cuáles son los próximos proyectos en Triana?
-Vamos a sacar dos libros de autores estadounidenses. Uno que se llama El libro de Frank, de C.A. Conrad, con traducción de Jacob Steinberg; Couer de Lion de Ariana Reines, con traducción de Cecilia Pavón; y también Europa de Carlos Godoy. Ese es un ejemplo de lo que decía antes: ese es un libro de ensayos, pero Godoy es poeta y escritor. Después, estamos trabajando en un libro que se llama Pinkplanters de Javier Lesa. También hay varias traducciones en las que vamos a ir avanzando.
Contacto con Triana
Facebook: Triana Editorial
Web: http://trianaeditorial.tumblr.com/
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