Ante las denuncias contra Miguel del Pópolo, cantante de La Ola que quería ser chau y Los Migues, La Primera Piedra lanza una editorial repudiando lo sucedido y solidarizándose con las víctimas. El machismo y la violencia de género es algo que hay que combatir diariamente y por lo que esta revista, en parte, nació. Los géneros son construcciones sociales y nunca van a ser justificativo para ejercer violencia de ningún tipo. Somos todos iguales, siempre.
Como si fuera un viejo cassette, al que muchos movimientos culturales del llamado «under» rinden tributo, las cosas pueden verse desde el lado del optimismo o desde el lado del pesimismo, rozando la tristeza. Las denuncias contra José Miguel del Popolo, más conocido como Migue de La Ola que quería ser chau o de Los Migues, por violación sexual y violencia de género, no escapan a eso.
Desde el pesimismo se puede decir que otra vez, a pesar de todos los pasos dados o que creemos dar, el sistema machista, violento y cosificador en el que nacimos y estamos envueltos sigue generando casos de violencia de género repudiables y que nos afectan como sociedad, como movimiento cultural independiente o como simples seres humanos que lo único que quieren es amar y respetarse sin otras distinciones.
Que este caso aberrante de violencia y machismo se produzca dentro del «under» y del ámbito de lo independiente nos duele todavía más, pero es una clara muestra de lo difícil que es romper años de herencia patriarcal donde las mujeres son vistas como objetos o simples acompañantes de los hombres. La batalla es diaria, ardua y el pesimismo nos puede llevar a pensar que no hay nada que se puede hacer, pero eso no es así.
Porque ahí aparece el optimismo y dentro de lo desgarrador de las denuncias que se volvieron públicas, se puede ver cómo desde gran parte de la sociedad ya no apuntamos contra las víctimas. Ya no justificamos al violento sexual y nos unimos para repudiarlo, para así seguir marcando la cancha en estos temas y afirmar que nunca más algo así puede suceder. Los géneros no importan a la hora de denunciar el dolor.
Las redes sociales son herramientas que dependen del uso que se le den. No son ni buenas ni malas per sé. Ante la visibilidad de hechos como este, es necesario mostrar una rápida unión y solidaridad para con las víctimas, así como exponer con claridad qué es lo que se está hablando: la violencia sexista nos rodea constantemente y sólo depende de nosotros seguir luchando para derrocarla. Ante cada nuevo caso hay que salir a realizar la denuncia correspondiente, pero sin una intención de cosechar una efímera fama virtual.
Hay que denunciar y combatir con las nuevas tecnologías lo que siglos de herencia cultural nos legaron. La violencia y la cosificación de la mujer, las violaciones sexuales y la estigmatización de lo femenino son dolorosas huellas de un pasado que tenemos que borrar cuanto antes. La valentía de las víctimas para exponerse y ayudar a otras mujeres que hayan sufrido estos casos, sabiendo que seguramente van a cosechar comentarios misóginos y violentos amparados en el anonimato de Internet, es para valorar.
Desde La Primera Piedra, una revista autosugestionada e independiente que le dio lugar a Migue tanto en entrevistas como para tocar en el Festicultural Elepepé que organizamos para financiarnos, no podemos más que salir a repudiar, denunciar y condenar lo que hizo. El hecho de que miembros de La Ola que quería ser chau hayan abandonado el grupo tras conocerse estos hechos va en la misma dirección. Nunca nada va a justificar ni avalar la violencia sexual y el maltrato misógino. El sexo y el amor no distingue de géneros socialmente construidos y muchos menos esos mismos géneros son una justificación para violentar a otra persona.
Desde la tristeza, en La Primera Piedra elegimos el optimismo para seguir luchando y aportando a una sociedad más igualitaria y saber que ya estamos en camino es el mejor motor para seguir avanzando a amarnos libremente sin violencia.
Basta de violencia de género: Todos iguales, siempre.
Gustavo Yuste
Equipo de la La Primera Piedra