A pesar de la creciente ola de despidos en el sector público y privado, durante los primeros 3 meses de gobierno de Cambiemos hubo nombramientos de familiares y amigos de los políticos de turno que pasaron de largo las tapas de los grandes diarios. Muchos, además, ni siquiera tienen los títulos que el puesto requiere o la experiencia necesaria, como es el caso de Jorge Macri.
«El nombramiento en el Estado de una enorme cantidad de familiares y amigos de funcionarios convierte al régimen republicano en la caricatura de una monarquía». Así comenzaba la editorial del diario La Nación titulada «Nepotismo, otra señal de decadencia institucional», publicada el 25 de Julio del 2015. «A menos que ciertos funcionarios posean un gen de la idoneidad para la función pública y también sus familiares, estamos ante un obvio aprovechamiento del Estado que, a cambio, recibe cada vez más funcionarios y empleados -por lo general poco o nada idóneos- que allí encuentran el pretexto para cobrar un sueldo», continuaba la nota.
Un mes después de su publicación, el tema del nombramiento de familiares de políticos en cargos público llegó a boca de la opinión pública con la designación de Delfina Rossi, hija del entonces Ministro de Defensa de la Nación Agustín Rossi, como parte de la presidencia del Banco Nación. Esta designación generó una enorme polémica que incluyó una junta de firmas para evitar su nombramiento y una apelación a la Justicia que luego fue desestimada. Delfina Rossi se mantuvo en su puesto hasta la asunción de Macri como presidente, momento en el que presentó su renuncia.
El tema del nombramiento de familiares de políticos en cargos público llegó a boca de la opinión pública con la designación de Delfina Rossi, hija del entonces Ministro de Defensa de la Nación Agustín Rossi, como parte de la presidencia del Banco Nación. Esta designación generó una enorme polémica que incluyó una junta de firmas para evitar su nombramiento y una apelación a la Justicia que luego fue desestimada.
En los primeros 3 meses de gestión del gobierno de Mauricio Macri se comenzó a gestar un nuevo relato alrededor del empleo público, uno que pretende destituir a los ñoquis y a todos aquellos que no estén capacitados para ejercer sus funciones con el pretexto de que ingresaron por sus simpatías con el anterior gobierno o para «camuflar el desempleo», como afirmó el presidente en la Apertura de las Sesiones del Congreso. Pero no todos fueron despidos en el Estado, ya que algunos apellidos conocidos aparecieron en la lista de nuevos empleados.
Entre ellos quien más llama la atención es el actual intendente del partido de Vicente López y primo del presidente, Jorge Macri. A un mes de la asunción de Mauricio como presidente, Jorge Macri fue designado por María Eugenia Vidal como presidente del Grupo Provincia, dependiente del Banco Provincia. El intendente no posee estudios universitarios, pero nadie parece dudar de su idoneidad para gestionar un organismo público y manejar una intendencia al mismo tiempo. Según datos relevados por Chequeado.com, Jorge Macri es el segundo intendente con mayores ingresos del conurbano.
En los primeros 3 meses de gestión del gobierno de Mauricio Macri se comenzó a gestar un nuevo relato, uno que pretende destituir a los ñoquis y a todos aquellos que no estén capacitados para ejercer sus funciones. Pero no todos fueron despidos en el Estado, ya que algunos apellidos conocidos aparecieron en la lista de nuevos empleados.
Otro caso es el del Ministro de Comunicaciones Oscar Aguad, que nombró a su yerno Rodrigo de Loreno al frente del ARSAT. Ese dato parece no ser tan importante para los medios de comunicación como era que el anterior presidente del organismo, el ingeniero Matías Bianchi Villelli, era cercano a La Cámpora. Oscar Aguad también fusionó el AFSCA y el AFTIC (organismos creados por la Ley de Medios) para crear el Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM) y designar como presidente a Miguel de Godoy, quien había sido Secretario de Medios del gobierno porteño durante la gestión de Mauricio Macri. Miguel de Godoy es abiertamente defensor de Cambiemos, pero ese dato tampoco parece tan relevante como era que Martín Sabbatella fuera militante de Nuevo Encuentro, partido afín al kirchnerismo. En la cobertura mediática de su desplazamiento del ARSAT se lo nombraba como «el ultra K Martín Sabbatella» mientras que a Miguel de Godoy nunca se lo mencionó como «ultra PRO». Sus convicciones políticas parecen no contradecir su capacidad de tener un importante cargo público.
Miguel de Godoy es abiertamente defensor de Cambiemos, pero ese dato tampoco parece tan relevante como era que Martín Sabbatella fuera militante de Nuevo Encuentro, partido afín al kirchnerismo. En la cobertura mediática de su desplazamiento del ARSAT se lo nombraba como «el ultra K Martín Sabbatella» mientras que a Miguel de Godoy nunca se lo mencionó como «ultra PRO». Sus convicciones políticas parecen no contradecir su capacidad de tener un importante cargo público
También en el ámbito de los medios de comunicación, el ministro de Modernización Andrés Ibarra nombró a su esposa Carla Piccolomini como Directora de Relaciones Institucionales de Radio y Televisión Argentina (RTA), organismo a cargo de los medios públicos. A pesar de que el ministro es el encargado de la «limpieza» en el sector de empleo público, su esposa entró al RTA sin concurso público. También la esposa del Ministro de Trabajo Jorge Triaca, María Cecilia Loccisano, fue designada como coordinadora de la Unidad de Financiamiento Internacional del Ministerio de Salud. Esta designación fue resuelta a través del decreto 168/2015 a sólo 8 días de la asunción del presidente Mauricio Macri. La esposa del presidente del Banco Central, Josefina Rouillet, también fue designada como gerenta general del Fondo Nacional de las Artes.
Estos son sólo algunos ejemplos de casos en los que los familiares de los políticos de turno son designados en dudosas condiciones. No hay dudas de que durante el gobierno kirchnerista esta era una práctica común y en muchos casos cuestionable. Pero debemos ponernos a pensar por qué los hechos protagonizados por este gobierno no son enmarcados de la misma forma que los del gobierno anterior. Si el gobierno de Mauricio Macri pretende echar a todos aquellos que consiguieron su puesto por simpatías políticas, ¿no debería ser noticia que los familiares de sus funcionarios ingresen a sus cargos sin concurso público?
Es imposible saber hoy si todos estos nuevos nombramientos son justos o no. Si ellos eran los más capacitados para su puesto, los que tenían mejor currículum y mayor experiencia. Quizás lo sean y hagan una gestión maravillosa. Pero estos mismos casos que eran cuestionados como nepotismo en el gobierno kirchnerista y de los que se hacían amplísimas coberturas mediáticas, hoy apenas son mencionados en los grandes medios de comunicación. Aquella decadencia institucional de la que se hablaba no dejó de ser un problema, sólo que ahora debemos estar más atentos para encontrarla.