Hace más de dos semanas que un grupo de vecinos de Andalgalá, Catamarca está acampando frente a la Corte Suprema de Justicia, exigiendo la resolución de un amparo presentado seis años atrás en contra del proyecto minero de Agua Rica, que, de continuarse, generaría graves daños al medio ambiente y a la salud de los habitantes de la región. En este contexto, Mauricio Macri anunció la quita de retenciones a la megaminería, dando un claro impulso al sector.
Después de horas de viaje y más de mil kilómetros de distancia, un grupo de habitantes de la ciudad catamarqueña de Andalgalá llegó el 1 de febrero a Buenos Aires para acampar en Plaza Lavalle en reclamo de la resolución de un amparo ambiental presentado en el año 2010 para declarar la nulidad del emprendimiento minero de Agua Rica, ubicado en el nevado de Aconquija. El proyecto fue anunciado en 2009 y, de concretarse, alcanzaría su pleno funcionamiento en 2018. El amparo, que había sido presentado ante el Poder Judicial de Catamarca en donde estuvo frenado por tres años, fue elevado a la Corte Suprema de la Nación gracias a otro acampe realizado en 2014. Desde entonces, la causa sigue demorada, al igual que el derecho de Andalgalá a un ambiente sano.
El proyecto fue anunciado en 2009 y, de concretarse, alcanzaría su pleno funcionamiento en 2018. El amparo, que había sido presentado ante el Poder Judicial de Catamarca en donde estuvo frenado por tres años, fue elevado a la Corte Suprema de la Nación gracias a otro acampe realizado en 2014. Desde entonces, la causa sigue demorada, al igual que el derecho de Andalgalá a un ambiente sano.
Agua Rica llegó a la provincia de Catamarca para instalarse en la naciente de los ríos que proveen de agua a la región a sólo unos 17 kilómetros de la localidad de Andalgalá, de la mano de la empresa suizo-canadiense Yamana Gold, accionista también de Bajo la Alumbrera, el primer gran emprendimiento minero del país. Cuando hace siete años los habitantes de la región escucharon la noticia, muchos se movilizaron para realizar una protesta, bloqueando el paso a los camiones que llevaban suministros. La respuesta inmediata fue una represión que dejó un saldo de decenas de heridos y alrededor de 150 detenidos.
Ese fue el momento en el que nació la asamblea El Algarrobo, que organiza semanalmente protestas, marchas y campañas informativas sobre las consecuencias de la megaminería, y que realizó múltiples consultas a expertos para demostrar los efectos que Agua Rica tendría sobre Andalgalá. De acuerdo a una serie de investigaciones realizadas, el emprendimiento no sólo contaminaría el aire y el agua necesaria para el consumo y los cultivos, sino que además aumentaría las probabilidades de aludes e inundaciones.
El emprendimiento no sólo contaminaría el aire y el agua necesaria para el consumo y los cultivos, sino que además aumentaría las probabilidades de aludes e inundaciones.
Según un estudio realizado por el Centro de Derechos Humanos y de Ambiente, Agua Rica afectaría a más de cien glaciares de la región, y violaría la Ley de los Glaciares que garantiza su preservación a fines de mantener reservas de agua estratégicas para el consumo humano y que prohíbe expresamente la actividad minera en las áreas involucradas. Además, la instalación de la minera se realizó, como la mayoría de los emprendimientos de la región, sin la consulta pública obligatoria estipulada por La Ley General del Ambiente.
La elegida
En Andalgalá se extraen oro, cobre y minerales varios desde la década del noventa, cuando bajo el gobierno de Carlos Menem se aprobó la explotación a cielo abierto del yacimiento Bajo La Alumbrera, que convirtió a la localidad en la primera del país en emprender la megaminería bajo las promesas de puestos de empleo y obras de infraestructura, como hospitales, escuelas y rutas, que estuvieron lejos de concretarse.
Más de quince años después de la instalación de las empresas mineras, la ciudad sigue siendo una de las más pobres de Catamarca. Según declaraciones de los miembros de El Algarrobo, no sólo no se realizaron las inversiones aseguradas, sino que la mayoría de los puestos de trabajo quedaron en manos de extranjeros y habitantes de otras provincias. Antes de la llegada de Agua Rica, el propio intendente de turno, José Eduardo Perea, había admitido que en todos esos años nunca llegaron a emplearse más de cincuenta andalgalenses efectivos.
Más de quince años después de la instalación de las empresas mineras, la ciudad sigue siendo una de las más pobres de Catamarca. Según declaraciones de los miembros de El Algarrobo, no sólo no se realizaron las inversiones aseguradas, sino que la mayoría de los puestos de trabajo quedaron en manos de extranjeros y habitantes de otras provincias.
Agua no tan rica
El proceso de extracción a cielo abierto consiste en dinamitar las paredes de las montañas y diluir las rocas transformadas en polvo en preparados ácidos que purifican los minerales. Los residuos resultantes, de altos niveles de toxicidad, son transportados al denominado «dique de colas», una especie de basurero que, en el caso de Bajo La Alumbrera, posee filtraciones que vuelcan las soluciones contaminantes a las aguas subterráneas llegando a alcanzar uno de los ríos principales de la ciudad. Esta falla fue comprobada por el Estado y la propia empresa antes de comenzar las obras en 1997, pero a pesar de los resultados de las pruebas hidráulicas, se siguió adelante con el proyecto con reparaciones que no evitaron los cambios químicos en el agua.
Esta falla fue comprobada por el Estado y la propia empresa antes de comenzar las obras en 1997, pero a pesar de los resultados de las pruebas hidráulicas, se siguió adelante con el proyecto con reparaciones que no evitaron los cambios químicos en el agua.
Con el paso de los años, los habitantes de Andalgalá comenzaron a sufrir graves enfermedades a causa de los contaminantes. Estudios realizados por varios médicos demuestran que, desde la instalación de la minera, aumentaron considerablemente los casos de cáncer, particularmente en la población más joven. Al momento del anuncio del proyecto de Agua Rica se registraba una media de cinco casos en tres años, lo cual supera los parámetros contemplados por la Organización Mundial de la Salud.
Mientras tanto
Hace unos días, Mauricio Macri anunció la quita de retenciones para la exportación minera, lo que, de acuerdo al Gobierno, permitirá aumentar la competitividad, reactivará el sector y atraerá mayores inversiones. La medida fue comunicada en un acto en la provincia de San Juan, en donde el año pasado la empresa Barrick Gold derramó más de un millón de litros de solución cianúrica en un río, una fuga que le costó a la región una fuente de agua para el consumo, el cultivo y la ganadería.
La innegable contaminación y destrucción progresiva de las regiones elegidas por las mineras no hace así más que profundizarse con políticas que ceden a las presiones sectoriales y benefician a las grandes empresas extranjeras a costa del ambiente y de la salud de la población, haciendo oídos sordos a los avances y reclamos que han intentado sostenerse en defensa de los derechos humanos y de la naturaleza.