Con una combinación rozando la química, “Proyecto Posadas” mezcla el humor, la política y la actualidad para generar una obra de por más atractiva. La historia de la que parte, por cierto, le agrega un plus bastante valioso: la mítica figura de J.Posadas (Homero Cristali) y su extraña teoría. Como si esto fuera poco, “Proyecto Posadas”, elige como sala un lugar misterioso de Buenos Aires para presentarse.
Hasta ahora todo tiene un tinte enigmático y concuerda totalmente con lo que “Proyecto Posadas” encarna en escena. Esta obra escrita por Andrés Binetti y dirigida por Michelle Wejcman, retoma la historia de J. Posadas con una sutileza capaz de contar y esconder al mismo tiempo, en una estrategia hábil para no dejar afuera a nadie: ni a los posadistas de ley ni a quienes no conocen a este personaje de la política nacional. Ahora bien, ¿quién fue J. Posadas?
Antes de ser reconocido como un dirigente trotskista a nivel nacional y mundial, J. Posadas fue un jugador de fútbol en el club Estudiantes de la Plata y zapatero. En 1930 creó Sindicato del Calzado de Córdoba y años después fundó el Grupo Cuarta Internacional (GCI) con el historiador Alberto J. Plá y el periodista Adolfo Gilly, lo que lo llevaría a ser el representante argentino en la IV Internacional. J. Posadas, seudónimo que utiliza como nombre de guerra ante la división de ese mismo espacio, va a llevar al extremo esa máxima de Marx que afirmaba que el socialismo no se podía construir en un solo país, señalando la existencia de vida interplanetaria con ideología comunista, entendiéndola como una sociedad evolucionada en relación a la humana. Así, mezclaba al marxismo con un acto de fe.
“Proyecto Posadas” se nutre de la riqueza de ese mito y va a construir sobre él una historia dividida en dos actos. En el primero, un grupo de militantes posadistas aguarda clandestinamente la espera del líder el mismísimo Posadas, para festejarle su cumpleaños -en una vieja peluquería de barrio que hace las veces de comité central encubierto. La política, el humor, la violencia que caracterizó la época setentista y el amor, se van entrecruzando en ese salón reducido, generando una empatía con los distintos personajes desde el primer minuto. Los protagonistas van haciendo un desfile de humores a un ritmo maratónico, haciendo del espectador un posadista más dentro de ese ambiente festivo que poco a poco se va colmando de nervios con el cambio de rumbo que va teniendo esa noche.
Una vez resuelta esa historia, “Proyecto Posadas” toma el riesgo de agregarle actualidad a la historia en el segundo acto. La líder de la unidad básica se convierte en una anciana que todavía atiende la misma peluquería, dejando la militancia de lado pero no los recuerdos y los ideales. Los demás personajes, en cambio, van a tener su contracara moderna, despolitizada y hueca en alumnos que necesitan hacer un trabajo audiovisual para la facultad. Un espejo deformante que deja como resultado la misma sensación: la empatía al instante. Lo que se dice y lo que se piensa (es decir lo que no se dice) son claves, dejando al espectador meterse en las mentes de esas personas desesperadas con la vida que llevan. La pregunta sería: ¿cómo estamos pensando la política ahora? ¿Sería posible un movimiento que pueda mezclar la militancia con la fe hoy en día? La respuesta no es muy esperanzadora, pero eso no le impide ser contada con un humor inteligente.
Dicho todo esto, un teatro habitual o un escenario que represente a una peluquería antigua no llegarían a causar la sensación que consigue “Proyecto Posadas” con su hábil elección de locación: la barbería porteña “La Época”, ubicada en Guayaquil 877 en el corazón de Caballito. Este lugar, creado por Miguel Ángel Barnes, recrea a la perfección las antiguas barberías, con la particularidad de funcionar como tal durante el horario diurno. Es decir, un museo viviente. “La Época” fue reconocido en este sentido por la National Geographic como el “único museo vivo del continente», además de contar con otros reconocimientos como Sitio de Interés Público Nacional, Sitio de Interés Cultural por el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, entre otros. Así, “Proyecto Posadas” logra un golpe de efecto clave: transportarte en el tiempo narrativa y territorialmente.
Con un tono intimista, ya sea por el espacio reducido y la poca capacidad para espectadores, la obra es una experiencia única. La calidad narrativa, actoral y escénica logran introducirte en un mundo paralelo, donde si ves luces extrañas en el cielo vas a saber que no son marcianos ni luces de colores; son posadistas en platos voladores demostrando que aunque todavía sea un misterio la vida en otros planetas, la vida en el teatro under está más que probada.
Todos los viernes a las 21hs. Peluquería y barbería “La Época”, Guayaquil 877, CABA.
Reservas: 1531751592 o a proyectoposadasteatro@gmail.com
Ficha Técnica:
Elenco: Amalia: Malala González; Natalia: María Eugenia Álvarez; Arturito: Luciano Rojas; Gutierrez: Fabián Caero: Victoria 1° acto: Geraldine Lapiduz: Victoria 2° acto: Laura Igelko.
Guión: Andrés Binetti; Dirección: Michelle Wejcman
Vestuario: Ana Algranati y Celina Barbieri; Diseño gráfico: Florencia Cuello; Tráiler: Rodrigo González y Lucia Di Pasqua; Fotografía: María Belén Cobas; Prensa: Marisol Cambre; Asistente de Dirección: Yésica Wejcman