Este domingo se realizó la primera vuelta de las elecciones para jefe de gobierno, vicejefe, legisladores y comuneros de la Ciudad de Buenos Aires. En simultáneo se realizaron elecciones en Córdoba, La Pampa y La Rioja: en todas las regiones en las que ayer se votó, ganó el oficialismo que gobernaba en cada territorio. Aún así, el PRO en la Ciudad de Buenos Aires no alcanzó la proporción necesaria de votos para declararse ganador sin tener que competir en una polémica segunda vuelta con el ECO, liderado en la Ciudad por Martín Lousteau, quien quedó a 20 puntos de Larreta. En esta nota nos enfocaremos sobre las elecciones en torno la figura “estrella” de los candidatos a jefe de gobierno porteño.
Boleta única electrónica
Más allá de los resultados de estas elecciones, que bastante obvios resultaron ser por todos los sondeos y especulaciones previas, la novedad de esta elección fue la nueva tecnología que implementó la Ciudad para votar: la boleta electrónica. Ésta, en teoría, se diferencia del voto electrónico dado que el último contabiliza los votos desde la misma computadora que registra los datos. Con la boleta electrónica se conserva el uso del papel y la acción de depositar el voto en la urna.
Mucho se dijo sobre los beneficios de la BUE, como por ejemplo la agilidad para el sondeo, la ausencia de filas en las escuelas debido a la facilidad del sistema, la imposibilidad de que alteren boletas y la eliminación del gasto de impresión de las boletas tradicionales que implicaba una desventaja para los partidos chicos que cuentan con menos financiación.
ADIOS AL CUARTO OSCURO
Mucho se discutió por las redes sociales la cuestión de la falta de privacidad a la hora de votar debido a la reducción del cuarto oscuro. Los votantes utilizamos la máquina frente a la mesa de autoridades y al resto de los votantes que esperan en la fila. Por más que todos ellos no estén mirando la pantalla, estamos acostumbrados a que el cuarto oscuro nos brinde la privacidad que se refleja en la seguridad de que el voto sea realmente secreto. Con las autoridades de mesa que de buena fe trataron de ayudar durante el sufragio dando indicaciones mientras se imprimían las boletas, sumado al acto en presencia de otros ciudadanos, muchos electores se manifestaron invadidos y observados. Es importante tener esto en cuenta dado que sería bueno que se piense en volver al cuarto oscuro o por lo menos en poner algún biombo, cortina o similar que le de cierta privacidad al ciudadano elector.
Existen antecedentes en Europa con respecto a la utilización del voto electrónico. Aunque la crítica recurrente a los que rescatan esta historia viene por el lado de la diferencia literal entre Boleta única electrónica y Voto electrónico, podríamos volver a plantear la discusión previa sobre la intencionalidad de los nombres.
Holanda fue el primer país que modernizó su sistema de votación, pero en 2006 ante una serie de eventos que generaron complicaciones, técnicos expertos investigaron y detectaron fallas en el sistema. En 2008 Holanda anunció que volvería a votar con papel. Por su parte, los alemanes en 2009, declararon la utilización del voto electrónico como inconstitucional debido a que la fiscalización de los datos solo dejaba aptos para este fin a personas que poseían conocimientos técnicos muy avanzados y por lo tanto quedaban excluidos de este proceso los ciudadanos sin instruir. En Irlanda y debido a muchas quejas por parte de los electores y de los candidatos, en 2004 se evaluaron, con un grupo expertos, la seguridad y la confidencialidad del voto. Los resultados del estudio no tuvieron vuelta atrás y se dictaminó que dichos aspectos centrales no estaban para nada garantizados. En 2009 el gobierno abandonó el voto electrónico. En el Reino Unido ante una gran cantidad de pruebas con diferentes sistemas, Comisión electoral no aceptó el porcentaje de seguridad que brindaba el sistema y abandonó la idea. El gobierno finlandés, en 2010, decidió dejar de utilizar el el sistema hasta que existiera una tecnología más confiable debido a una serie de problemas que se registraron en una votación mediante el sistema electrónico.
Todos estos datos no tienen el fin de criticar el nuevo sistema por el simple hecho de hacerlo. Desde este espacio es importante destacar la necesidad de debate y el cese de la imposición de cualquier medida por parte de los oficialismos de turno.
De cara al Balotaje:
Si algo bueno surgió de las votaciones con la incorporación de nuevas tecnologías, fue la rapidez con la que se conoció el escrutinio. Cerca de las 21 horas los datos ya eran contundentes. A pesar de que la veda electoral debe regir precisamente hasta ese horario, se conocían tendencias desde las 18:10 horas. Finalmente, los resultados de boca de urna y los finales no distaron demasiado y arrojaron que la que la primera fuerza, el PRO (oficialista), no alcanzó el 50% de los votos sino el 45,50%, y deberá ir a segunda vuelta con el ECO, quien obtuvo el 25,49%. Diversos planteos aparecen ante este escenario, sobre todo en torno a la distribución de los votos de los partidos que quedaron en tercer, cuarto y quinto lugar. A las 18:30 horas algunos medios ya abrían la pregunta sobre si Martin Lousteau se presentaría al balotaje ante la diferencia de 20 puntos entre él y Larreta, cuestionamiento que fue totalmente negado por el ECO. Hubiera sido bastante ridículo que esto sucediera debido a que el slogan de campaña del partido Energía Ciudadana Organizada fue, justamente, “con balotaje ganamos todos”. Otra vez más, hemos asistido a la manipulación de la información con fines estrictamente políticos por parte de los grandes medios de comunicación.
Como decía anteriormente, el debate se abre en torno a saber qué pasará con los votos de la tercera fuerza, el Frente para la Victoria (21,92%) que los analistas afirmar con convicción que no van a ser para el PRO, los votos de Autodeterminación y Libertad (3,95%) y los votos del Frente de Izquierda y de los trabajadores (3,11%). Sobre este último, Myriam Bregman, su candidata a jefa de gobierno, dijo que llamaría a votar en blanco. Pero sabemos que el votante es quien decide, y difícilmente los que eligieron al FIT prefieran que su voto en blanco derive en un voto a Larreta. También es presumible la misma lógica con respecto a los electores de las otras dos fuerzas que no entraron al balotaje.
Los oportunistas y especuladores de siempre:
En el bunker del PRO, Mauricio Macri, presidenciable para este 2015, promulgó un discurso en el que podría decirse que posicionó al PRO como la fuerza del cambio nacional, dado que la Ciudad de Buenos Aires votó por un sí en un 45% a su gestión. Podría calificarse este exitismo como un porteñismo absurdo, que aún cree que lo que vota la Ciudad es un reflejo del país. Sería necesario que alguien le recuerde al actual Jefe de Gobierno porteño que Argentina no termina en la General Paz y que el electorado porteño es “muy raro”, solo basta con revisar la diversidad de partidos que han sido oficialistas previamente, entre los que no se encuentra una lógica clara ni una unidad. La Matanza aún sigue siendo el electorado más fuerte del país y allí el voto amarillo no tiene la misma fuerza que en CABA. Aunque lógicamente, Macri no fue el único en especular, lo curioso de su discurso es que plantea el “cambio” cuando ya pasaron dos gestiones del PRO (ocho años) en la ciudad y las diferencias de esta Buenos Aires con la de antes pasan principalmente por algunas estaciones nuevas de subte (ya comenzadas por los gobiernos de Ibarra y Telerman), bicisendas, contenedores, pasos bajo nivel, plazas rediseñadas, metrobuses y semáforos (esta lista no es un invento, ni tiene la intención de destacar nada y ocultar todo, de hecho su campaña destacó lo mismo: recuerden el polémico #subtrenmetrocleta). Todo decorado y ágilmente preparado para la gente que tiene la suerte de tener un auto o la necesidad de ir a trabajar en la Ciudad. Pero poco cambio hubo para aquellos que dependen de las responsabilidades del Estado para obtener mejor calidad de vida. Esta ciudad cambió muy poco con respecto a la salud y la educación pública, que se mantienen vivas gracias a la calidad y calor humano de sus profesionales. Y una netbook no soluciona el problema de fondo.
Para todos y cada uno de los candidatos, sería mejor que antes de hablar sin una base sustentable y coherente, trabajen, debatan, recorran la ciudad por donde realmente hay problemas graves que, en general, no se encuentran en las avenidas. Mucho pedir, tal vez. Pero promediando para abajo no se progresa. Tal vez sea preferible ser el pez que va contra la corriente pero con convicciones. Es difícil creer que va a existir un verdadero debate en el que se acepten propuestas de los que son vistos como contrincantes, cuando asistimos constantemente a la eliminación del “otro político” en discursos como el de Rodriguez Larreta, cuando le preguntan si va a debatir con Lousteau y responde que “con el que tiene que debatir y al que tiene que escuchar es a los vecinos de la ciudad”. Más allá de esto, si tal debate enriquecedor no existó hasta ahora por parte de ningún político, menos va a existir en estas dos semanas que quedan hasta el 19 de Julio, cuando sucederá la segunda vuelta que dará finalmente al ganador que se convertirá en el nuevo jefe de la Ciudad de Buenos Aires. Lo que sí va a haber es un intento desesperado por captar los votos del resto. Prepárense para todo, porteños. Políticos recargados a la caza.