Cuando escuchamos a Nahuel Briones, se nos presenta como un músico (aunque él preferiría deshacerse de esta categoría) con una impronta muy singular, además de ser un productor y compositor que hace realidad sus propias ideas e inquietudes musicales. “Pera Reflexiva” es su primer CD, grabado en el lavadero de su casa después de muchas horas y de mucho trabajo y exploración personal. De ahí proviene el nombre de su banda: Nahuel Briones + Orquesta Pera Reflexiva. Es con esta banda, y otros muchos músicos invitados como Sergio Dawi, Pablo Dacal y Nico Canedo (por sólo nombrar algunos), que Nahuel produjo su segundo disco: “El Cruce de los Unders” que “se desprende de haber transitado una buena cantidad de experiencias nuevas y de aprender a entender un poco más a las personas”. “El Cruce de los Unders” es un proyecto aún en elaboración y se encuentra disponible en la plataforma Idea.me para poder terminar de producirse con financiamiento colectivo. Habiendo introducido así a Nahuel, queda conocerlo a través de sus propias canciones en la 2° edición del Festicultural Elepepé, como el mismo propone: “Podemos vivir todos juntos el mismo momento, ¿para qué vivirlo en diferido?”
─Para conocer un poco de vos… ¿siempre supiste que querías hacer música?
─De muy pequeño ya grababa cassettes con un micrófono de plástico golpeando una bicicleta fija con un palo y (pseudo)rapeando. La realidad es que no sé si hay un momento en el que decidí ser músico, pero definitivamente a los 14 años ya sabía que iba a hacer esto que soy, porque me fascinaba ensayar, tocar en vivo y porque desde muy chico que no pienso en otra cosa, es decir, si tengo insomnio es porque estoy pensando en una idea musical.
─¿Y tenés algún género por el que te inclinás más que por otro?
─Lo que me parece más curioso es que mucha gente necesita decir que hago pop, o que hago rock… no sé por qué tienen esa necesidad de racionalizar qué es. Muchas veces yo mismo no entiendo qué es, y es ahí cuando más me atrae mi música. Me gusta mucho componer una canción para un personaje, entonces no siempre estoy de acuerdo con lo que estoy cantando ni siempre el “estilo” es el que más me conmueve, es sólo una representación de un personaje que requiere de cierta música y de ciertas palabras. Asimismo, la ironía es una parte fundamental en mis canciones.
─Te suelen calificar como músico independiente, under, alternativo, emergente… pero corriéndonos de las “clasificaciones” de otros, ¿qué podés decir de Nahuel Briones como músico, qué es lo que más te motiva y apasiona, lo que te lleva a trabajar para esto y sentirte feliz haciéndolo?
─Lamentablemente, todas las clasificaciones de ese tipo se basan en un análisis superficial respecto del nivel de popularidad que tiene uno como “proyecto”, con lo cual todas esas definiciones se vuelven un poco antimusicales y bastante capitalistas. Lo cierto es que prefiero que no me etiqueten de ningún modo, hasta la palabra “músico” me parece que no me es representativa de nada. Ya casi no existen las disquerías, ahora la música se busca por nombre de autor o por título de canción, entonces ¿para qué seguir etiquetando todo?
─Dedicarse a la música implica mucho compromiso y algunas complejidades propias de sus ambientes, ¿qué es lo que te motiva para seguir esa “inquietud musical” que te persigue desde niño?
─La verdad es que ya no sé por qué hago esto. A esta altura, no puedo tomar noción de qué es lo que me motiva para seguir haciéndolo. He pasado por situaciones muy feas algunas veces, pero a la media hora ya estoy pensando en el siguiente show. Soy muy perfeccionista, me castigo mucho, porque a la vez hace un tiempo estoy en la búsqueda de descontracturar mi performance en vivo y todavía siento una lucha interna acerca de cuán prolijo necesito que esté algo y cuán desfachatado a la vez. Soy feliz cuando la música sale bien, cuando está muy ensayada, cuando hubo mucho trabajo antes de salir a tocar, recién ahí puedo realmente soltarme, pasarla bien y ser yo.
─Sos un gran fan de Los Redondos, entre otros del rock nacional, pero en tu música también encuentro muchos otros elementos tradicionales: desde percusiones más folklóricas, algo del vals, arreglos electrónicos… ¿en qué te inspirás, si es que hubiera algo particular que te inspira, cuando componés (tanto musical como en lo letrado)?
─Con el tiempo, todos los grandes ídolos de mi infancia pasaron a otro lugar de menor admiración y de mayor respeto, de disfrutar más de su música que de su misterio. No creo mucho en la inspiración, lamento decirte, porque si no me pongo a trabajar no me sale nada, y la influencia en las músicas y en las letras suelen ser muy disímiles. Creo que justo este momento me encuentra buscando algo nuevo, para mí, en las letras y en las músicas a la vez. Esta banda (Nahuel Briones + Orquesta Pera Reflexiva) me enseñó que se puede tocar cualquier tipo de música en un formato de grupo de rock y que los músicos son los que deben adaptarse a las canciones, no las canciones a la banda, desde entonces, por suerte, me parece igual de natural componer algo que suena foxtrot, o un vals, algo rockero, un western, un funk, un swing, pop electrónico o lo que sea, porque sé que la banda le va a dar una interpretación homogénea a lo largo de un show, o de un disco.
─¿ Y con respecto a tus letras…?
─Las letras se basan, en general, en experiencias verídicas pero deformadas y/o exageradas. Algunas cosas son completamente ficcionales y algunas situaciones son netamente reales. No me banco el speech de que todo es ficción, si conocés personalmente a un escritor, abrís la primera página de su libro y podés dar fe de que todos las situaciones le pasaron en serio y todos los personajes son personas con nombre y DNI, entonces no es ficción, no me jodan, ¿para qué mentir pudiendo decir “me pasó esto y lo quiero contar”? En tal caso podemos hacernos una pregunta más profunda: “¿Un libro de Historia Argentina es un texto de ficción?”
─¿Cuál es, para vos, el mayor desafío cuando te ponés a componer algo nuevo?
─Definitivamente que no se parezca en nada a lo anterior. A diferencia de lo que me pasaba hace unos años que componía más o menos todo el tiempo y después elegía las canciones que más me gustaban, desde hace un buen tiempo necesito dedicarle un momento específico a la composición de mucho material nuevo, sin la necesidad de terminar todas las músicas ni todas las letras ni todos los arreglos, ahí recién cuando tengo entre cincuenta y cien ideas nuevas maqueteadas, empiezo a elegir las mejores y esas las trabajo hasta el punto en el que me siento realmente a gusto con el resultado de cada una de sus partes, y especialmente hasta que sienta que la letra es realmente comunicativa.
─Hoy es muy difícil seguir el ritmo que te corre desde afuera…
─Y… El mundo actual nos dice que todo tiene que ir muy rápido y por eso nos la pasamos viendo gente muy talentosa llegando a resultados mediocres. El peso de la velocidad lo sentimos todos, pero uno tiene que recordar que está haciendo arte y que cada proceso requiere de tiempo. Vivimos en esta mágica época youtuber en donde todo es un mash-up, que es algo maravilloso, pero no todo puede ser un collage de material ya visto, por el “público” o por “nosotros” -y esas comillas no son inocentes- porque después de un tiempo eso se termina pareciendo mucho a la falta de ideas y al plagio, se supone que nuestro trabajo es el de crear, para linkear ya está Google.
─Grabaste “Pera Reflexiva” en el lavadero de tu casa, un laburo solitario y que necesita de muchas horas de dedicación y garra para que salga, y ahora “El Cruce de los Unders” es completamente otra cosa, toda una Orquesta, una propuesta diferente dentro de un proyecto de “puesta en escena” mucho más amplio… ¿Cómo vivís esta transición, este crecimiento y estos nuevos resultados que van saliendo de tanto laburo?
─Me cuesta verlo como algo tan distinto o como un quiebre porque en realidad siento que es la continuación de ese trabajo que edité en 2010, o mejor dicho, la parte final. En aquel momento hice todos los arreglos con máquinas, con la computadora, con baterías electrónicas, con samplers, loops y sobregrabaciones de instrumentos, y grabé muchos temas del disco yo solo, y ahora es el mismo proceso pero llevado a un nivel más grande, un gran paso más allá, es decir: habiéndose ensayado por mucho tiempo y grabado por humanos. O sea que fue más del doble de trabajo.
─¿Cuál es la diferencia más significativa que marcarías en el trabajo de producción Pera Reflexiva y en el de El Cruce de los Unders?
─Hay una diferencia enorme en la producción, en la calidad de audio, en la interpretación de los temas respecto del disco anterior, pero lo cierto es que igual «El Cruce de los Unders» necesitó de muchas horas de dedicación y toda la edición del material la hice nuevamente en mi lavadero, sólo que esta vez no se grabó ahí. Considero que «El Cruce de los Unders» es el resultado de un proceso más personal que musical, el cual obviamente se refleja en la música porque es allí donde deposito todo, pero que se desprende de haber transitado una buena cantidad de experiencias nuevas y de aprender a entender un poco más a las personas.
─Y sé que trabajaste con artistas muy diversos… ¿qué podés sacar de esas experiencias?
─Desde el 2010 hasta ahora di muchos shows y trabajé compartiendo escenario con mucha gente muy distinta de diversas ramas del arte: videastas, performers, escritores, ilustradores, poetas, actores, diseñadores, bailarines y tuve un fugaz paseo por el mundo de la poesía oral que creo que influyó positivamente en la forma en la que desarrollé las letras de este disco. Ahora bien, hay que tener cuidado, señoras y señores: en el mundo de la poesía oral además de personas maravillosas pululan algunas de las gentes más despreciables, manipuladoras y poco éticas que he conocido en mi vida.
─¿Cuál es esa “impronta propia” de “El cruce de los Unders” que lo diferencia (más allá de que siempre mantenga la continuidad de tu desarrollo y tu camino) de “Pera Reflexiva”?
─«El Cruce de los Unders» definitivamente tiene mejores canciones. Las melodías son más creativas, las letras estás mejor escritas. Por otro lado, siento que en «Pera Reflexiva» estaba buscando algo, que es justamente el no tener género, el no tener un estilo definido, pero que en «El Cruce de los Unders» lo supe llevar más a un extremo y a la vez crear un disco con un sonido homogéneo y composiciones más parejas. Además, sin dudas, son canciones que puede disfrutar más gente.
─ “El Cruce de los Unders” es un proyecto inmenso, con muchos músicos invitados, entre ellos Hernán Aramberri, Diego Arbit, etc.. ¿Quiénes más participan y ayudan a llevar a cabo este sueño gigante que están materializando con su trabajo?
─«El Cruce de los Unders» abreva en un disco que se iba a llamar «Revolución Snob», el cual yo tenía terminado en 2013 y que nunca se editó. Cuando estaba por masterizarlo conocí a Jorge Álvarez y él tuvo ganas de empezar a producir –gratis- a la banda en ensayos y vino durante un año a todos los ensayos -en ese momento estábamos ensayando muchas horas por semana para lo que iba a ser la presentación en vivo de ese disco inédito. Finalmente seleccionamos sólo un par de temas de «Revolución Snob», los grabamos de nuevo y el resto fue todo material nuevo que compuse en base a consignas de Jorge Álvarez:“…estaría bueno que hicieras un vals…”. Jorge Álvarez me cambió por completo la manera de pensar la canción y la puesta en escena. Agradezco la posibilidad de hacer trabajado con semejante monstruo de la producción.
─¿Qué artistas participaron del disco?
─En el disco participan como músicos invitados Sergio Dawi, Antonio Birabent, Fernando Kabusacki, Pablo Dacal, Marcelo Ezquiaga, Ensamble Chancho a Cuerda, Nico Canedo, Daiana Leonelli entre muchos muchos otros. Además contó con Hernán Aramberri y Damián Torrisi como productores del audio de las baterías y los bajos, Ernesto Romeo y Pablo Gil como productores de los sintetizadores, y junto con la talentosísima Carolina Basso hicimos la producción de las voces. Pero no puedo dejar de nombrar a la banda porque sin ellos este álbum sería mucho más plástico, menos creativo, más chato. Mike Barrenechea y Funes se encargaron de las guitarras, Miguel Palma grabó los bajos, en las baterías estuvieron Juan Perelló y Luciano Varela (actualmente lo reemplaza Pablo González en vivo), y en los teclados, y sumando una inagotable cantidad de ideas, Hernán Schnaider. Por último la mezcla la hizo Federico Nicolao y el mastering Brian Iele. Ambos laburaron maravillosamente bien.
─A través de Idea.me están tratando de conseguir el financiamiento colectivo para poder terminar de grabar el disco, contáme un poco sobre el proyecto, cuáles son las recompensas, etc.
─Te cuento un poco de dónde viene todo esto: Jorge Álvarez quería relanzar el mítico sello Mandioca con bandas y solistas jóvenes pero cuando le comentaba a algún sello la idea, desde el más grande hasta el más pequeño, todos le proponían que en lugar de hacer eso reversionara los hits de los 60s y 70s y a él le parecía mediocre y súper aburrido. Empecé a recibir muchos mensajes de gente preguntándome cuándo salía el disco y decidí hacerlo de este modo en el cual cualquier persona puede convertirse en productor ejecutivo del disco pre-comprándolo por internet. Después, con esa plata, podremos pagar la fabricación y todos contentos. En ningún caso la recompensa es únicamente el CD, hay entradas gratis para shows, la posibilidad de ser parte de un próximo video clip, venirse de gira con toda la banda, y hasta inclusive tener acceso a los demos y maquetas de algunos temas del disco. El viernes 4 de septiembre lo presentamos en la sala Caras y Caretas 2037, va a ser muy emocionante tener los discos esa noche.
─El Festicultural Elepepé es una apuesta que hacemos con los chicos de la revista, un intento para dar lugar a artistas emergentes, unders, independientes, o a los que creemos que merecen esta oportunidad de llegar a nuevo público y tener el espacio para expresar lo que hacen… ¿qué esperás de la próxima fecha en el Quetzal?
─A diferencia de lo que busco cuando toco con la banda entera, espero que esa noche se genere en El Quetzal un clima de intimidad que permita a cada persona del público sentirse parte de la escena, olvidarse por un rato de que todo puede quedar registrado y de que mañana se va a despertar con resaca, va a agarrar el celular y va a poder ver el show de nuevo desde la cama. Podemos vivir todos juntos el mismo momento, ¿para qué vivirlo en diferido?
Foto de portada: Lula Bauer
Para escuchar más de Nahuel Briones:
Bandcamp: https://perareflexiva.bandcamp.com/album/pera-reflexiva
YT: https://www.youtube.com/channel/UCyHrTWODdYq8DKMxvaAlXeQ
Idea.me: http://idea.me/proyectos/31389/el-cruce-de-los-unders