“Los medios de comunicación independientes en un futuro no muy lejano van a pasar a ser los medios más grandes de producción”, sentencia María José Giovo, una de las comunicadoras y periodistas de la red que ya engloba a 19 países. Facción surge en el 2013 como la plataforma de mediactivismo latinoamericano más grande de la región. La importancia de la democratización de la información, el rol de estas nuevas formas de comunicar y el futuro de los medios alternativos, en la siguiente entrevista.
— Para comenzar, ¿cómo surgió el proyecto?
— Facción es una plataforma de mediactivismo latinoamericano, que nace en el año 2013 en un encuentro de colectivos de comunicación, fotógrafos, artistas y gestores culturales, que se hizo en Río de Janeiro, Brasil, motivado por Fora do Eixo (una red de colectivos que trabajan en el ámbito de la cultura en aquel país), con la idea de crear justamente una plataforma alternativa de noticias, es decir, cortar un poco con la idea que uno tiene del medio grande de comunicación como proveedor de información, y pasar a ser uno el medio. Entendiendo también que la democratización de los medios es algo necesario y era una de las necesidades que iba cruzando a los diferentes países de la región. A partir de ese encuentro, ocho colectivos comenzaron a conformar la plataforma, los cuales empezaron a construir líneas conjuntas de narrativa y cobertura, pensando en cómo se podía enlazar el trabajo de gente de los distintos países de la región, todos con problemáticas distintas pero con ganas de tener otra visión de los hechos, diferente a la hegemónica. Además, fuimos conociendo otras experiencias de mediactivismo como por ejemplo Midia Ninja que es un colectivo que explotó en las protestas de Brasil del 2013, ellos empezaron a entender que con un celular y una cámara podían ser redactores, fotógrafos y transmitir en vivo todos esos sucesos con una narrativa popular y muy propia, que no tenía nada que ver con la de Globo por ejemplo, mostrando una realidad totalmente paralela de los hechos. Esto fue algo muy poderoso, porque nos permite desandar la idea del cuarto poder de los medios y que la prensa siempre tiene razón. Con todo este proceso por detrás, el año 2014 fue el de mayor consolidación, de asumir el rol que intentábamos establecer y la necesidad de sumar nuevos agentes que quieran meter las manos en la masa y poner el cuerpo al proyecto.
— ¿Y ese crecimiento se notó en la forma de trabajo entre ustedes?
— Sí, la verdad que eso estuvo buenísimo, porque fue una consolidación de todo el trabajo que se hizo. Se fueron sumando esfuerzos y nuevas miradas, y se decide crear nuestra página web (http://faccionlatina.org/), que se lanzó en febrero de este año, lo cual fue un desafío muy grande. Se establecieron pautas de trabajo muy fuerte, por ejemplo, en México con la desaparición de los normalistas, los colectivos de ese país trajeron su información a la plataforma con coberturas, fotografías y entrevistas; en Argentina, pasó lo mismo con todo lo que fue el caso Nisman. Empezamos a ver que la región, siempre es convulsionada, pero en el último año comenzaron a explotar cuestiones políticas, sociales y culturales, para las que Facción tenía que estar preparada para poder replicarlas.
— ¿Qué objetivos tienen ahora?
— Se están fortaleciendo los núcleos de cada país, de los 19 que forman parte de la plataforma y que cada uno de ellos pueda fortalecer a sus propios colectivos, para poder desde ahí trabajar la diaria con más pautas, con más producción propia. Y también que Facción tenga una línea editorial propia, una línea de información clara. Lo fundamental es ir apostando de a poco al contradiscurso. También entendiendo que no podemos pretender hacer una comunicación alternativa sino es popular, y sino se refleja también el conflicto de todos los sectores de la sociedad.
— ¿Cómo fue la recepción del proyecto en general?
— La verdad que la recepción fue muy buena, si bien es una plataforma que ya tiene dos años, la construcción sigue siendo muy fuerte. Cuando hablamos del proyecto, la mayoría de las personas lo ven como algo interesante y necesario, y la realidad es que no conozco -más que Telesur, ponele- otra plataforma que de manera tan grande nuclee a tantos países, con problemáticas diferentes y a la vez también similares, y la verdad que la respuesta de la gente siempre fue muy positiva. Algunos nos cuestionan el hecho de ser “independientes”, piensan en lazos con el gobierno, entre otras cosas, pero la verdad que han sido los menos, hay apoyo y hay ganas de seguir sumándose a la plataforma.
— ¿Cómo definirían al mediactivismo?
— El mediactivismo es una forma de romper con la comunicación tradicional, y por lo tanto, se transforma en una lucha política, claramente. La idea es que vos puedas pasar a ser tu propio medio, crear un contradiscurso y generar una lucha de resistencia por medio de la información. En ese sentido, los medios independientes han logrado marcar en los últimos años una tendencia fuerte en contrarrestar el poder de los medios más grandes, y no es que los medios independientes son una alternativa a los más grandes, sino que los medios independientes en un futuro no muy lejano van a pasar a ser los medios más grandes de producción. Es algo ambicioso de poder lograr pero no es casual que en el último tiempo hayan proliferado tantos colectivos de comunicación alternativa. Realmente el medio tradicional está en una crisis muy grande, por eso se ha puesto también en jaque la propia forma de construir las noticias, eso de usar los potenciales, los condicionales, el no chequear fuentes, el tener siempre una bajada de línea muy hipotética. Tenemos que entender que lo rico de los medios alternativos e independientes es que no responden a ninguna empresa grande, y que justamente al no tener ni jefe ni patrón ni nada la construcción de la noticia es mucho más plural, y el mediactivismo en ese sentido juega un rol fundamental.
Tenemos que entender que lo rico de los medios alternativos e independientes es que no responden a ninguna empresa grande, y que justamente al no tener ni jefe ni patrón ni nada la construcción de la noticia es mucho más plural, y el mediactivismo en ese sentido juega un rol fundamental.
— En este sentido, ¿por qué creen importante la democratización de la información y la comunicación?
— Nosotros entendemos la democratización de la información en el sentido de que está bueno mostrarle a la gente que hay toda una pantalla de información que no se nota y que «el gran medio» ahí no va a estar. Por eso, nosotros desde Facción, tratamos de salir siempre del eje y mostrar lo que está pasando fuera, esto de mostrar lo que pasa en los barrios populares, los movimientos sociales, las luchas, porque son temas que quizás los vas a encontrar en los grandes medios pero siempre teñidos de una mirada política muy sesgada. Entonces la democratización de los medios juega un rol fundamental. De ahí también la importancia de poder profundizar el trabajo y no quedarse en el discurso de “el medio hegemónico es malo”, sino de ver qué haces vos como medio independiente para mostrar que hay otra realidad, es decir, meter las patas en el barro y salir a cubrir lo que otros medios no hacen.
— Imagino que hay temas específicos que marcan su propia agenda pero ¿cómo la coordinan entre todos los colectivos que forman parte de Facción?
— Cada colectivo trae su propia agenda pero siempre se trata de consensuar entre todos, y eso es lo importante de que la plataforma sea horizontal, pero es el principal desafío también. La agenda siempre es compartida y colectiva, estamos constantemente en comunicación con los compañeros de otros países y, en general, las temáticas que abordamos en la plataforma son género, comunicación, medio ambiente, economía solidaria y cultura. Justamente lo que nos diferencia de los medios hegemónicos es esta agenda paralela que, por ejemplo, en El Observador de Uruguay o los medios más grandes que conocemos no la vas a encontrar. Todos los que estamos en la plataforma estamos guiados por la misma necesidad de trabajar otro tipo de construcción, y tomamos ciertos recaudos a la hora de comunicar para no caer en muchos errores que los grandes medios de comunicación sí hacen, porque básicamente están regidos por otros intereses que nosotros no.
— ¿Cómo entienden al rol del comunicador?
— El rol del comunicador está totalmente relacionado con entender que hay que crear otro paradigma de comunicación. La forma de construir la noticia en los medios grandes ya es obsoleta, no hay nuevos recursos de escritura, no hay nuevas herramientas, las agendas siempre se basan en lo mismo. Ahora por ejemplo en el año electoral en Argentina, ya sabemos a dónde se pega y qué es lo que pasa. Por eso, lo bueno que tiene Facción, y los medios independientes en sí, es que revalorizan mucho el rol del comunicador y el del periodista. Rol que en este último tiempo está muy bastardeado. El periodista que empezó a ejercer la profesión por convicción no existe más, o cada vez son menos, y hoy simplemente son gente contratada al servicio de una empresa grande de comunicación. En ese sentido, la discusión va más allá de «la grieta» de la que se habla en Argentina, sino de que el amor a la profesión se perdió y eso es sumamente grave. Por ello, las esperanzas puestas en plataformas de comunicación alternativa. Por ejemplo, en Brasil surgió Jornalistas Livres, un grupo de periodistas que se cansó de la narrativa lineal de los medios grandes y cuando estallaron manifestaciones en marzo de este año con brasileños pidiendo la renuncia de Dilma (Rousseff) y la intervención militar no pudieron aceptar que sólo se muestre eso, porque también hay un montón de brasileños que quieren respetar el proceso democrático del país, entonces decidieron cubrir las dos caras de la moneda. Y evidentemente hay una necesidad de una nueva construcción de la noticia porque son proyectos que crecen muy rápido. Hay gente que quiere otro tipo de noticias, que quiere entender que hay comunicadores más serios y más comprometidos con su trabajo y no sólo replicadores de un discurso hegemónico, entonces, de ahí las esperanzas en los medios alternativos.
Hay gente que quiere otro tipo de noticias, que quiere entender que hay comunicadores más serios y más comprometidos con su trabajo y no sólo replicadores de un discurso hegemónico, entonces, de ahí las esperanzas en los medios alternativos.
— En la misma línea, ¿tienen referentes como comunicadores?
— Si bien puede llegar a ser una respuesta más personal, y además variaría en cada país de la región, los referentes que tenemos son todos los que tratan o confían en que esta construcción plural que estamos haciendo es el camino. Tanto los colectivos chicos como los que cuentan con mayor peso dentro de la plataforma, porque cada uno intenta, con los recursos que tiene y de la manera que puede, de contar la realidad de su barrio, de su ciudad, de su país. Sin duda, ellos son los grandes referentes.
— En base a esto que decías que los medios independientes van a ir adquiriendo más importancia, ¿cómo crees específicamente que se desarrollará ese tipo de comunicación?
— El cambio de paradigma de comunicación es algo que ya está pasando en los últimos años, no por nada se están gestionando cada vez más proyectos independientes, creo también que el rol de las redes sociales en el último tiempo ha sido demasiado grande. También la necesidad de las personas de tener la información cada vez de forma más inmediata, en tiempo real, hace potenciar el rol del mediactivismo, potencia proyectos como estos, se fomenta la idea de crear nuevos espacios de comunicación. Igual es tiempo al tiempo, porque hasta el momento esto sólo es convicción a un proyecto entendiendo que el mayor desafío es el tema de la sustentabilidad, ahí está el principal desafío de los medios independientes.
— Y ¿cómo creen que se puede lograr esa sustentabilidad de los medios independientes?
— Tenemos que ser firmes y poder reclamar que nosotros marcamos una agenda diferente y necesitamos ser tenidos en cuenta. En muchos países esto se está haciendo, pero en Argentina se debe un debate fuerte con el Estado, porque hay toda una porción de comunicadores y gestores que no se está teniendo en cuenta, y se debe plantear qué es lo que se va a hacer con esto. Se necesitan políticas de Estado fuertes y fortalecer la relación con este, hay que hacerse un lugar en eso, no puede ser que siempre la línea esté marcada por los que ya sabemos. Ya hace rato hay una necesidad de cambio, vamos para ese lado, hay que ver si nos toman en serio o no, pero la construcción tiene que pasar por allí.
— ¿Por qué América Latina, por qué esta región del mundo para iniciar la plataforma?
— Fue por una cuestión de lenguaje, crisis y contexto, tenemos mucho en común y estamos muy conectados. La necesidad de barrer fronteras, entender que todos tenemos historias y tradiciones culturales mucho más parecidas de lo que creemos y también porque en el último tiempo en América Latina hubo un antes y un después con los medios independientes, entonces nos empezamos a sentir reflejados en la necesidad de cambio. Facción se va a empezar a ampliar cada vez más, ya hay medios de España, por ejemplo, si tenemos la fuerza necesaria para crecer nos vamos a empezar a desplazar por otros lados. Esto es solo el comienzo, es una construcción complicada, cada país tiene su proceso totalmente diferente, tiempos de trabajo diferentes, pero eso es lo rico también, entender las diferencias del otro, y en esa diferencia ver que se puede sacar en conjunto.
— Para terminar, ¿qué reflexión buscan incentivar con su trabajo?
— El cambio y la ilusión, la gente está muy desilusionada con el rol de los medios de comunicación, está hasta harta. Entonces, esto es generar la semilla del cambio, es posible, hay todo un camino para descubrir, que es sacrificado, que cuesta, pero no por nada hay tanta gente y tantos colectivos que decidieron desde hace mucho tiempo poder vivir de la cultura y de los medios de comunicación alternativos, con la visión de que se puede crear una agenda conjunta sin tener que someterse a líneas editoriales que no te reflejan. Poder ser también un mapa de reflejo de lo que pasa en América Latina, donde hay muchas luchas conjuntas en las que tenemos que empezar a hermanarnos para poder confrontar.