Abzurdah: espejito, espejito… distorsionado

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Lo primero que se debe señalar es que Abzurdah –como tantas otras películas– está basada en un libro que cuenta una historia real. Este dato no le otorga al producto cinematográfico ningún mérito intrínseco, pero dado el tenor de la temática tratada vale la pena aclararlo desde el comienzo. La protagonista de esta historia es Cielo Latini, en la piel (y los huesos) de Eugenia Suárez, quien contra todos los vaticinios de esta cronista logra componer un personaje más que convincente. Hay que decir también que la actriz tomó un gran compromiso bajando considerablemente su peso, pero no es por ello que merece halagos sino por su actuación; cierto sector de la crítica se empeña en alabar estos desafíos pero, paradójicamente, con esa clase de alabanzas se alimenta lo que esta película intenta combatir.



Cielo es una joven procedente de una familia clase media acomodada, que ha recibido toda la atención sobreprotectora de sus padres y, a pesar de tener dos hermanos más pequeños, se ha criado como hija única justamente por esa brecha generacional. Aún así, rodeada de todos los lujos y el confort al que una chica de su edad podría aspirar, esta adolescente no carece de conflictos (como casi todas las personas que atraviesan la dolorosa pubertad). En una de las primeras escenas, Cielo se sienta a la mesa con sus padres y les hace un planteo digno de un adulto: «Quiero que me manden al psicólogo». «¿Para qué?», preguntan alarmados sus padres (dos actores que aprovechan cualquier papel para desplegar sus dotes interpretativas: Rafael Spregelburd como el padre cómplice que consiente a su primogénita, y Gloria Carrá como la madre dura que se ocupa de poner los límites). Cielo argumenta que necesita ir al psicólogo porque en el colegio no tiene amigas, pero la idea de un nuevo cambio de escuela aterra a estos padres “progre pero no tanto”.

Para trazar una elipsis que en la película no se registra y que por momentos se vuelve necesaria, diremos que a partir de un grupo de chat, Cielo (Abzurdah es su nickname) conoce a Alejo (Hogweed), interpretado por un correcto Esteban Lamothe. Este muchacho es diez años mayor que ella y con un ritmo de vida completamente diferente. Él vive en Avellaneda; Cielo en La Plata. Él trabaja y es independiente; Cielo aún va a la escuela y sigue dependiendo económicamente de sus padres. Él tiene la vida más o menos encaminada y sabe bien lo que quiere (o al menos lo que no quiere); Cielo no tiene idea de qué hacer con su vida. En síntesis, él ya ha madurado y a la pequeña digamos que todavía le falta un hervor. Pese a todas esas diferencias, Cielo se enamora perdidamente de Alejo, pero él no siente más que una leve atracción por esta jovencita que se verá desorientada sin su apoyo.

En esa dura transición, Cielo deberá enfrentarse al amor, al desengaño, a la necesidad imperiosa de autonomía respecto de sus padres y a las falsas apariencias de sus amistades. ¿Cómo soportar ese cóctel de emociones? Ni más ni menos que la adolescencia. Hay quienes se sobreponen a todo, pero también están quienes se ven doblegados por las situaciones y deciden buscar salidas alternativas con las pocas defensas que les quedan. A este último grupo pertenece la protagonista, quien decide dejar de comer y vomitar lo poco que ingiere para lidiar con sus problemas emocionales, con las fatales consecuencias que conlleva una decisión así. Por supuesto, lejos de condenarla debemos entender que se trata de una enfermedad, un trastorno psicológico que implica la distorsión de la imagen y de la personalidad del individuo. En estos casos, el enfermo busca compensar con estos actos las carencias que tiene en otros planos de su vida.

Más allá de los méritos o desméritos cinematográficos, es muy valioso que el cine argentino se atreva a pisar estos terrenos. En tiempos en que los mensajes de la publicidad y los medios masivos de comunicación construyen la imagen del arquetipo de “la mujer perfecta” como alguien de altura exorbitante, delgadísima, con piernas infinitas, de ojos claros, preferentemente rubia y de medidas que parecen imposibles de alcanzar si no es a través de los vómitos inducidos, es necesario que surjan otros mensajes disidentes, que vengan a poner estos estereotipos sobre el tapete y los cuestionen, porque no sólo se trata de meros arquetipos, sino que –tarde o temprano– estos modelos se convierten en mandatos sociales indiscutibles que deben ser acatados por toda la sociedad, y en particular por el público femenino. ¿Quiénes padecemos esto? Fundamentalmente las mujeres. Y de pronto nos encontramos tratando de resistir todo un día con los nutrientes que nos aporta la hoja de lechuga que celosamente guardamos en nuestro táper.

Después puede hacerse una serie de observaciones. El guión, por momentos, deja bastante que desear. Se abusa de las tomas en penumbras, que no siempre acompañan lo que se desea contar. Algunas escenas son demasiado extensas y otras son innecesarias. Las que exponen la auto-mutilación de la protagonista son directamente de mal gusto y no le agregan ninguna intensidad al relato; sólo causan repulsión. Las actuaciones están bien, y la protagonista no desentona con el gran elenco que la respalda en su debut cinematográfico (Spregelburd, Carrá, Lamothe e incluso la joven Sánchez, que participó de la fallida Tuya este año como la hija de Marrale y Pietra pero que tiene recursos). El relato es correctamente narrado, pero podría haberse valido de más elipsis para no redundar. Las acciones, por otra parte, son bastante predecibles y podría habérsele dado otra vuelta de tuerca al vínculo entre la pareja protagónica y, en especial, al personaje de Lamothe, que desaparece de la trama de un momento a otro, sin pena ni gloria. Aún así, es interesante apoyar estos proyectos nacionales que se atreven a hablar de temas que hoy siguen siendo un tabú en muchos ámbitos.

 

FICHA TÉCNICA
Título: Abzurdah
País: Argentina
Año: 2015
Género: Drama
Dirección: Daniela Goggi
Guión: Alberto Rojas Apel sobre el libro homónimo de Cielo Latini
Elenco: Eugenia Suárez, Esteban Lamothe, Rafael Spregelburd, Gloria Carrá, Malena Sánchez, Fernando Dente, Paula Kohan

 

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