Los trazos que definen los rostros de quienes protagonizan nuestra ecléctica cultura nacional pasan sus manos de forma casi natural. De Cristina Kirchner a Leo Montero, de Flor de la V al Papa Francisco: Santiago Oliveto se propuso retratar a una personalidad argentina cada semana y soñó con que los dibujos se encontraran con sus sujetos de inspiración. Una pequeña historia de emprendimiento y pasión.
Santiago Oliveto tiene 23 años y se encontró con el arte a los 8. Se formó en un taller de arte que lo llevó a experimentar la pintura y el dibujo. Tuvo su primera exposición a los 10 años y a partir de allí encaminó un proyecto artístico que hoy es su marca (pero en el que no quiere encasillarse): sus retratos de personalidades de la cultura y los medios de nuestro país son muy populares en las redes sociales y han recibido grandes devoluciones de sus modelos retratados. En esta entrevista nos cuenta cómo aventurarse en un proyecto artístico y no morir en el intento.
-¿Cómo fueron tus comienzos en el mundo del arte?
-Desde que tengo uso de razón dibujo. No tengo ningún recuerdo de chico en el que no lo esté haciendo. A los 8 años le pedí a mis papás que me llevaran a aprender de una manera más profesional. En ese momento caí en manos de una excelente pintora, Beatriz Alonso, con quien viví etapas en las que me dediqué más al dibujo o a la pintura, hasta que a los 10 años participé con mis trabajos en mi primera muestra colectiva. A partir de ahí no paré: en el 2008 hice mi primera exposición individual con una recopilación de 10 años de trabajos y en el 2010 hice una segunda muestra donde incluí una pintura un poco más social y comprometida. Hoy en día me estoy dedicando más a lo que es el retrato, dejando un poco de lado la pintura, pero siempre forma parte de un ciclo y está bueno no perderle la mano a ninguna de las dos cosas.
-¿Cómo surgió la idea de esta serie de retratos a personalidades famosas de la Argentina?
-Siempre pensando en poder dedicarme a lo que me gusta, el año pasado se me ocurrió la idea de dibujar a diferentes personalidades y subir los retratos a las redes sociales una vez por semana, etiquetándolos tanto en Facebook como en Twitter e Instagram y ver qué pasaba. Ahora en dos meses cumplo un año haciendo esto y estoy bastante conforme con el resultado: de los casi 40 retratos que hice hasta ahora, más de la mitad fueron vistos por las personas y los recibieron con mucho agradecimiento.
-¿Cómo elegís a las personalidades que retratás?
-Al principio me guiaba por quienes me caían bien a mí o me parecían importantes. El primer retrato que hice fue el de la presidenta Cristina Kirchner y cerré la serie el año pasado con el Papa Francisco. Este año empecé con el retrato de Estela de Carlotto: busco ubicar en los extremos a las personalidades más relevantes, y en el medio quizás ir hacia lo más frívolo. Muchas veces es el mismo público el que sugiere a las personas, piden que siga haciendo más. Ya no me guío por lo que a mí me parece, retrato a la persona y a lo que representa, no su ideología. Lo que sí, intento que sea siempre pareja la cantidad entre hombres y mujeres.
-¿Qué es lo que más te piden que dibujes?
-Muchas veces me piden que dibuje personalidades que no conozco, muchas de otros países, porque a partir de los retratos de Natalia Oreiro o Facundo Arana, que son muy reconocidos en el exterior, me escriben desde Rusia o Israel para pedirme retratos y para mí es muy sorprendente. Intento hacer todos los que me piden, pero a su tiempo.
-¿Cómo vivís la repercusión que tienen tus trabajos con las personalidades mismas o en las redes sociales?
-Es algo muy loco porque muchas veces subo el dibujo y a los pocos segundos tengo una respuesta. Cuando empecé a subir los retratos en Junio no los veía nadie. El primero que tuvo repercusión fue el de Leo Montero, porque apenas lo subí Vero Lozano lo vio y lo retwitteó, y a partir de ahí la gente empezó a comentarlo mucho. Tuvo tanta repercusión que me llamaron para entrevistarme de un programa de radio, y se dio la casualidad que los conductores conocían al productor de AM, por lo que terminé yendo al programa a regalarles los retratos a Vero y Leo. Ahí es donde se me ocurrió la idea de hacer que los retratos se encuentren con la persona retratada. Hasta ahora hubo 4 encuentros: el de Cristina Kirchner, el de Vero Lozano y Leo Montero y el de Matías Martin y tengo pendientes 7 encuentros más para este año. La moraleja que me dejó es que siempre hay que seguir intentando, porque recién después de 4 meses empecé a ver los frutos de mi trabajo. Si hubiera abandonado a los pocos retratos, nunca hubiera llegado a esto.
-¿Hiciste el encuentro del retrato con Cristina Kirchner también? ¿Cómo fue esa experiencia?
-De ese encuentro no hay una foto porque fue todo a través de Casa Rosada. Me llamaron agradeciéndome de parte de ella y también me mandaron una carta: llegar y ver un sobre de Presidencia de la Nación fue muy sorprendente para mí. En ese momento me di cuenta de que uno crea una obra pero después esa obra sigue su propio camino. Yo entregué el cuadro en Casa Rosada y después fue el cuadro el que siguió solo… Lo mismo pasa con lo que está en Internet, es imposible seguirle el rastro. Yo encontré que los retratos son usados por club de fans, para promocionar distintas cosas e incluso personas que se los ponen de foto de portada en las redes sociales. Es imposible seguirles el rastro, y eso forma parte de la repercusión.
-¿Cuánto tiempo te lleva hacer un retrato?
-Como hago uno por semana, la idea es hacerlo en 3 días. El primer día planteo la idea, las líneas básicas de la cara, siempre en base a una foto. El segundo día ya lo trabajo un poco y el tercero lo dedico a los retoques y ya lo subo. Es una presión que yo mismo me pongo, pero me sirve para trabajar. Después siempre termino retocando alguno porque soy muy obsesivo, sobre todo antes de los encuentros, cuando intento que queden casi perfectos.
-De acá a futuro, ¿tenés algún plan de lo que te gustaría hacer?
-Sé que los retratos tienen una fecha de vencimiento, porque también yo mismo me quedo loco de ver tantas caras y pierdo un poco la objetividad. Espero encontrar un público a través de estos trabajos, gente que le guste lo que hago y que le interesaría venir a una muestra el día de mañana, para salir un poco del arte como hobby. Me gustaría más adelante trabajar más con la pintura, que ya fui mechando en algunas fechas importantes como el Día de la Mujer para mostrar también otras áreas de mi trabajo. Este año voy a empezar a dar un taller de dibujo, porque mucha gente me pregunta si hay algún espacio donde se pueda aprender. La idea es no centrarse sólo en el retrato sino en el dibujo en general. Es una forma de crear un emprendimiento propio que me permita vivir una vida sin horarios estresantes de lunes a viernes, una vida que realmente me guste vivir.
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