El pasado cuatro de diciembre se dió a conocer la restitución del nieto número 116, hijo de Hugo Alberto Castro y Ana Rubel de Castro, quien fuera dado a luz en la ESMA. La increíble historia de una vida en búsqueda de la verdad tras tantos años de oscuridad que nos acerca un paso más a cumplir el incansable objetivo de Abuelas de Plaza de Mayo.
Dentro del campo de exterminio ilegal que funcionó en la ex-Esma (Escuela de Mecánica de la Armada) había un lugar al que llamaban “La pequeña Sardá,” el cual cumpía la función de una precaria sala de maternidad. Ese espacio, conocido también como “las piezas de las embarazadas” en las cuales se apartaban a las secuestradas cerca de la fecha de dar a luz, nació el nieto 116 que actualmente recupera su identidad. Su parto tampoco fue sencillo, ya que debió nacer por cesárea y prematuramente a los siete meses de edad.
“Ana Rubel de Castro llegó a la ESMA embarazada de dos meses, fue torturada y a los siete meses le practicaron una cesárea. El bebé fue puesto en una incubadora, ella me pedía que le dijera cómo era el bebé, si estaba bien”, declaró la testigo y sobreviviente Sara Osatinsky en todas las audiencias a las que fue convocada para dar su testimonio, informa el diario Página 12.
Sus padres Hugo Alberto Castro y Ana Rubel de Castro, conocidos cariñosamente como “el cabezón y la chaqueña”, militaban en el Frente Argentino de Liberación y fueron secuestrados en enero de 1977 y trasladados al ex centro clandestino de detención que funcionó en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), último lugar donde fueron vistos con vida. Ambos continúan desaparecidos hasta el día de hoy.
El hecho de que haya nacido en la ex-Esma es un símbolo de lo que fue la última dictadura militar y su sangrienta maquinaria. En este sentido el secretario de Derechos Humanos, Martín Fresneda declaró: “Él nació en la Esma. Es un caso emblemático de búsqueda que quienes nacieron allí. Se lo venía buscando hace tiempo”. Fresneda, a su vez, también es hijo de desaparecidos y todavía busca a un hermano o hermana, ya que desconoce el sexo.
Hugo Alberto Castro y Ana Rubel de Castro
La historia del nieto 116, cuya identidad aún no se ha dado a conocer, posee ciertos rasgos característicos. Uno es que fue criado por civiles y no por militares, como la mayoría de los casos descubiertos anteriormente Además, lamentablemente, sus cuatro abuelos biológicos fallecieron durante la interminable búsqueda de verdad y justicia. Quizás el aspecto más curioso de esta historia sea la celeridad de los hechos: hace cuatro meses, en agosto, el joven se enteró “por un comentario que le hicieron” que no era el hijo biológico del médico y su esposa con los que creció, como toda la vida le habían dicho. Unas horas después, estaba en la casa de Abuelas de Plaza de Mayo, en la calle Virrey Cevallos, y recibía un turno para sacarse sangre. Cuando se hizo los análisis, tenía la corazonada de que iban a ser positivos, según informa el sitio Infojus Noticias.
El joven ya dialogó con sus tíos biológicos por teléfono y conoció personalmente a Alicia Milia, una compañera de cautiverio de su madre que lo vio nacer en los sótanos de la ex-Esma, y quien fuera clave en el esclarecimiento de su historia de vida y en los juicios a la última junta militar. En el transcurso de esta semana, Abuelas de Plaza de Mayo dará la habitual conferencia de prensa y sumarán algunos detalles sobre su búsqueda. Estela de Carlotto, la titular del organismo de derechos humanos, recibió la noticia en Guadalajara, México, y la anunció internacionalmente. Cabe recordar que Carlotto se encuentra en el país del norte del continente participando de distintas jornadas en apoyo a los familiares de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa. “Lo que está pasando acá en México es el dolor de todo el planeta. He recordado mi misma historia. Yo pongo a disposición de ellos toda nuestra experiencia y decirles que no aflojen, que no desmayen, desde hoy en adelante me llevo en el corazón a estas personas que he conocido hoy”, declaró la presidenta de Abuelas.
