La Casa de la Cultura de la Calle (CACUCA) se formó en el año 2004, por iniciativa del actor Gastón Pauls. Con el fin de generar un espacio de expresión y contención a través del arte, desde su creación se desarrollan talleres y actividades en las que participan más de 400 chicos en situación de exclusión social. En la siguiente entrevista invitamos a conocer un poco más de una organización que se convierte en una experiencia artístico-cultural que promueve la creatividad, el aprendizaje y el intercambio.
— ¿Cuál es el objetivo de Casa de la Cultura de la Calle?
— El objetivo principal de CACUCA es poder fomentar la apropiación de nuevas formas de expresión como herramientas generadoras de la posibilidad de realizar una construcción colectiva, como espacios de construcción y re-construcción de la propia individualidad y del tejido social. Dentro de este punto, buscamos desarrollar actividades que se adecuen a las demandas y necesidades de los chicos, acompañados de herramientas metodológicas para el trabajo con niños, niñas y adolescentes en situación de vulnerabilidad de derechos. Además de interactuar con las instituciones donde viven o asisten con el propósito de brindar información que contribuya y facilite el seguimiento de cada caso, y desarrollar diversas producciones artísticas, resultado del trabajo con los chicos.
— ¿Cómo definirían la importancia de la cultura y el arte en la sociedad? ¿Creen que su importancia es mayor en contextos de exclusión social?
— La cultura y el arte son una parte esencial de la sociedad, en nuestro caso son el motor del trabajo que realizamos junto a los chicos. Partimos desde lo artístico como herramienta de transformación social, y desde la cultura de cada comunidad donde trabajamos. Desde CACUCA estamos convencidos que el arte es un canal fundamental para que los chicos crezcan en mejores condiciones y con más posibilidades de tener un mejor desarrollo en todos los aspectos. Estimular la creatividad, la imaginación, la capacidad de expresión resulta tan importante como alimentarse, tener una vivienda e ir a la escuela.
— ¿Cuáles son sus proyectos de trabajo?
— Actualmente trabajamos en un programa de talleres artísticos semanales para chicos, chicas y adolescentes, jornadas y festivales de arte y juego, ciclos de capacitación e intercambio, campañas de concientización, muestras y producciones artísticas de las obras de los chicos. También, estamos haciendo mucho hincapié en el trabajo con voluntarios, para ello desarrollamos un programa especial de formación y acompañamiento, donde los resultados han sido muy buenos.
— ¿Cuál es su relación con los chicos con los que trabajan?
— Trabajamos en generar un vínculo de confianza, de cuidado, de acompañar y contener. Desde allí es donde luego podemos enfocar el trabajo artístico. Pero es fundamental entablar ese tipo de relación. Los chicos son muy cariñosos y ponen mucho entusiasmo en las actividades que proponemos.
— ¿Qué reflexión les gustaría poder incentivar con su trabajo?
— Trabajar con la niñez es una tarea indispensable, los chicos son el futuro pero antes son el presente y necesitan que nosotros como adultos estemos hoy para ellos. Nos interesa enfrentar la tarea de la exclusión desde lo artístico porque luego de diez años de trabajo hemos comprobado que realmente es increíble lo que se genera cuando creamos las condiciones de posibilidad para los chicos. Esta es una tarea en la que muchas organizaciones y personas vienen trabajando e invitamos a todos aquellos que quieran sumarse se acerquen poniéndose en contacto con nosotros mediante la web, el facebook o el mail. Los niños deben ser niños y de nosotros depende poder garantizar espacios de desarrollo y expresión que les permitan desarrollar todas sus capacidades.