La crisis política y social en México continúa siendo alarmante. A más de dos meses de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa (localidad ubicada en el partido de Guerrero) por reclamar sus derechos, el Estado sigue sin poder esclarecer el hecho. El hallazgo de numerosas fosas comunes, la continua represión a la protesta estudiantil y el papel central del narcotráfico en clara alianza con el poder y sus fuerzas represivas, desnudan una situación de crisis en el país del norte del continente.
El pasado 26 de septiembre, un grupo de estudiantes normalistas de Ayotzinapa que ingresaba en un bus a Iguala fue tiroteado impunemente por la policía. El ataque alevoso a los alumnos suscitó la protesta de sus compañeros. Entrada ya la madrugada una nueva manifestación exigía sanciones para los uniformados que cometieron la agresión. Sin embargo, los mismos policías locales, acompañados por desconocidos, dispararon ráfagas de metralleta contra la nueva manifestación, dejando como saldo 43 estudiantes desaparecidos, 6 muertos y 25 heridos.
El levantamiento civil ante estos hechos no se hizo esperar y ya no solo el sector estudiantil y docente reclaman por justicia, sino que el levantamiento ya es general, desnudando la grave crisis institucional que vive actualmente México. Aún más, con el correr de los días se conocen datos cada vez más indignantes: el día de la manifestación, María de los Ángeles Pineda (ex funcionaria municipal y mujer del por entonces alcalde de Iguala, José Luis Abarca) iba a realizar un acto en las cercanías de la protesta estudiantil, por lo que el hecho la fastidió y por presuntas ordenes directas de la alcaldía, se llevó a cabo la brutal represión.
El 7 de noviembre, después de más de 40 días de lo sucedido, se supo que Patricio Reyes «El Pato», Jonatan Osorio «El Jona», Agustín García «El Chereje», tres «sicarios arrepentidos», confesaron que participaron del crimen de los 43 estudiantes desaparecidos. Según explicó el fiscal general mexicano, Jesús Murillo Karam, a la prensa, los tres detenidos afirmaron que los estudiantes fueron asesinados después de que policías corruptos se los entregaron. Sus cadáveres fueron después quemados, se depositaron los restos en bolsas y fueron arrojados en un río cercano.
Aquí se puede ver entera la conferencia de prensa de Jesús Murillo Karam informando los hechos:
Esa versión de los hechos no convenció a los familiares de los estudiantes desaparecidos y al resto de la población en general. Bajo el lema «vivos se lo llevaron, vivos los queremos», las protestas siguen y se encrudecen. Hasta el día de hoy han sido encontradas numerosas fosas comunes con cuerpos mutilados y en mal estado, sin coincidir con el ADN de los jóvenes buscados. Para esos análisis fueron requeridos los servicios del prestigioso Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), con experiencia en México. La única pista fuerte para resolver el paradero son restos rescatados de un basurero de la localidad de Cocula, donde habrían sido incinerados por Guerreros Unidos, según declararon los tres «sicarios arrepentidos». Dichos restos no pudieron ser analizados por la EAAF y fueron enviados a un laboratorio de Innsbruck, Austria. «Están en malas condiciones, por eso se mandan a Austria», explicó al diario La Nación, Luis Fondebrider, presidente del equipo.
Las primeras declaraciones por parte del Estado mexicano intentaron calificar al hecho actual como un «caso aislado», pero todo demuestra que eso no es así. Ariel Dulitzky, argentino especialista en desapariciones forzadas y presidente del Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias de la ONU viajó a México por el crimen de Ayotzinapa. Su grupo lleva asentados 359 casos de desapariciones forzadas pendientes de resolución, según informó al diario Página 12. Este dato escalofriante puede resultar aún peor: “Siempre decimos que el número que tenemos registrado es sólo la punta del iceberg y no representa el total de casos existentes en México ni en ningún otro país”, declaró Dulitzky.
Por su parte, el presidente Enrique Peña Nieto realizó en el día de ayer, 27 de noviembre, un mensaje televisivo mencionando que «los hechos de barbarie hace dos meses han conmovido a la nación», y aseguró que todos los culpables serán castigados conforme a derecho. El primer mandatario hizo un relato del operativo para localizar a los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, aseguró que hasta ahora se han detenido a 79 probables responsables, y recordó que se encuentran arrestados los autores intelectuales y materiales de los hechos violentos en Iguala del 26 de septiembre. Así, con su imagen puesta en jaque y las protestas sociales en aumento, Peña Nieto intenta demostrar firmeza ante una ciudadanía que cada vez desconfía más de su clase dirigente.
El reclamo en Argentina
Numerosos y distintos actos se realizaron en el país en solidaridad con el pueblo mexicano, exigiendo que se esclarezcan los hechos y la aparición con vida de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. Desde la FUBA (Federación Universitaria Buenos Aires) a distintos partidos políticos y movimientos sociales realizaron actos, marchas y debates al rededor del tema a lo largo de estos dos meses.
El 26 de noviembre, al cumplirse dos meses de la desaparición de los 43 estudiantes, se realizó una marcha en el Obelisco donde confluyeron fuerzas políticas y movimientos universitarios de distintos sectores para reclamar justicia y la aparición con vida de los normalistas. Bajo el lema «En la Patria Grande Nunca Más», se colocaron 43 bancos de escuela vacíos, con dibujos que retrataban los rostros de cada estudiante desaparecido en Ayotzinapa. Para el próximo 1 de diciembre se espera una movilización a la embajada mexicana bajo las consignas: Juicio y castigo a los responsables ; Basta de represión, libertad a los presos políticos; Fuera Peña Nieto.
