En los últimos días se impuso el debate sobre los dichos de Víctor Hugo Morales sobre las condiciones actuales de vivir en una villa y las ventajas que ello representaría. Un tema tan tabú y complejo como ese evidentemente despertó el interés de los grandes medios que, lejos de querer enriquecer la discusión, solo buscaron banalizar el tema y achatarlo, quitarle profundidad, con el objetivo de arremeter contra la figura del periodista uruguayo. Ahora bien, ¿qué dijo Víctor Hugo?, o más aún ¿qué dijeron que dijo?
La gran mayoría, al enterarnos lo que supuestamente había argumentado Victor Hugo Morales en su programa de radio en Continental, nos sorprendimos. No sólo por lo que decía, sino también por la falta de inteligencia política y periodística que podía llegar a tener al sostener algo así. ¿Se vive bien en las villas? Él, que vive en un departamento de lujo en Puerto Madero, ¿viviría en una villa? La indignación medioclasista nos alteraba a todos. Para colmo todos los programas y canales de noticias hablaban del tema. Pero algo nos enseñaron estos últimos años sobre el periodismo: nunca confiar en primera instancia, siempre buscar la mayor cantidad de fuentes. ¿Qué dijo realmente Víctor Hugo Morales? Acá va el fragmento de la polémica:
“En los diarios, hoy (NdE: por el Martes 09 de Septiembre) el título era la cantidad de gente que vive en las villas. Lo que tratan de darte a entender es que hay más gente pobre. No, me puse a charlar con una de las personas que trabaja en uno de los edificios cercanos y le pregunté:
-¿Dónde vive usted?
-En Guernica-me dijo
-¿Cuántas horas tiene de viaje?
-Y, tengo dos. Salgo a las 3:15 de la mañana y llego a las 5:20. Ómnibus y tren
-¿Por qué ómnibus y tren?
-Y, bueno, porque con la segunda parte del tren ahorro. El tren cuesta ida y vuelta 4$ y el micro cuesta 9,70$¿Pero qué sucede con la vida de esa persona? ¿Vos te imaginás dos horas viajando para ir, dos horas para venir? Que muchas veces se te convierten con cualquier episodio en una hora más. Si vos tenés la chance de vivir más cerca en lugares bastantes dignos como los que hay en las villas, porque la gente cree que son un verdadero desastre, nunca caminaron. Nosotros hemos transmitido mil veces, y yo he trabajado bastante, sobre todo con el padre Pepe en la Villa 21. Es decir, la he caminado, la conozco bien.
En fin, frente a este panorama, si vos tenés tu trabajo a 20 minutos aquí en Buenos Aires, lo que estás ahorrando de tiempo, de economía y además es más fascinante de todas maneras darte el gusto, por ejemplo de escaparte al cine Gaumont. Si vos vivís a dos horas de Buenos Aires no tenés un cine a donde escaparte con ese tiempo que te lleva ir y venir. Es tremendo lo que significa para una persona la diferencia de ese tiempo.”
Vayamos por partes. El planteo de Víctor Hugo se encuentra dentro de una lógica en la que se considera el tiempo y la calidad de vida que uno pierde al dedicar 4 horas de viaje (ida y vuelta) más las que se trabaje en Capital. Es en ese marco que plantea las “ventajas” de vivir en una villa cuando no hay otra opción. Otro argumento importante es la clara intención de correr la estigmatización sobre la vida en las villas y sus habitantes, donde en el imaginario mediático y social todos son narcotraficantes, delincuentes y viven sin ningún atisbo de dignidad. Hay que celebrar ese intento de dar una vuelta más a un tema en el que hay tantos velos que no dejan verlo con claridad y no quedarse en la chatura de criticar a boca de jarro por plantear algo al discurso dominante. ¿Qué se ganaría afirmando constantemente que las villas son un desastre, sobre todo sin nunca haber pisado una? Obviamente, las generalizaciones positivas o negativas achatan cualquier debate, no todo es color de rosa en las villas (y afuera de ellas tampoco). Pero el caso de Víctor Hugo, quizás no eligiendo las mejores palabras o tiempos políticos, quiere patear ese tablero estático.
Quizás una las aristas más filosas del debate es la ilegalidad de usurpar terrenos públicos o privados. Aún más cuando mucha otra gente recurre a malabares económicos para buscar su techo propio. Pero frenando la pelota un minuto, ¿son las mismas condiciones? ¿Corren ambos casos con la misma ventaja? Cada uno tendrá su propia postura. Un debate entre los derechos de propiedad privada y la necesidad de un hogar debe darse con total seriedad. Sería bueno que los gobiernos nacionales y provinciales empiecen a planteárselo. O mejor aún, que la ciudadanía se lo reclame.
Ahora bien, dicho eso, ¿qué dijeron que dijo Victor Hugo? Vamos con una pequeña serie de ejemplos:
“¿Quién se animaría a decir que los habitantes de una villa miseria la están pasando bomba?” Informe de Todo Noticias (TN)
“Hizo una elegía de la vida en la villa… Dijo que poco menos era una cosa maravillosa” Informe de Todo Noticias (TN)
“Uno de los cara visibles (sic) del relato kirchnerista, Victor Hugo Morales, dijo que mucha gente le gusta vivir en las villas, que se vive muy bien” Marcelo Bonelli, Arriba Argentinos, Canal 13
“¿El mensaje cual es? ¿Vengan a venir todos a tomar predios a Capital Federal?” Desayuno Americano, América.
“El relato del gobierno (increíblemente sic) salió a decir que en las villas se vive muy bien” Marcelo Bonelli, A dos voces, TN
Está claro el aprovechamiento mediático y la mala intención periodística. Insisto, las declaraciones de Víctor Hugo Morales son altamente cuestionables, pero con profundidad. Lo que se hizo fue tratar el tema irresponsablemente y no posibilitar un intercambio de opiniones, al menos, enriquecedor. Solo se reforzó el estigma para con las villas y, sobretodo, se sacó ventaja de la situación para golpear a la figura del periodista uruguayo, lo cual, sin dudas, no aporta nada y muestra el bajo nivel del periodismo actualmente (¿o desde hace más tiempo y recién nos damos cuenta?). Basta con ver la adjudicación de frases, opiniones y hasta textuales que, como se mostró al principio, nunca fueron enunciadas por Victor Hugo. El mismo periodista salió al cruce, aclarando:
“Ustedes multipliquen el retorno (y la ida) por los días que trabajen durante el año y van a llegar a 60 días, póngale 50 días de viaje perpetuo. Una persona que viaja 50 días en un micro o en un tren para ir a su trabajo. A mí me da la impresión de que esta no es vida. Y cuando yo pienso que haría, yo también elegiría la villa. No, entre la vida que tengo y la villa. Por supuesto que no. (…) Con lo que la gente piensa de las villas, este es otro tema. La gente cree que es un horror, que la gente se tira con revólveres de una ventana a la otra, que no se puede caminar, que no hay vida posible. Y no es así”
Para ir terminando, fueron muchos los medios que llamaron a habitantes y referentes de diferentes villas de la Capital Federal. Son los mismos medios que los invisibilizan o estigmatizan cotidianamente. Los mismo que nunca dieron cuenta de la Carpa Villera instalada en el Obelisco ni a la problemática a la que esta respondía. Eso, en otras palabras y en cualquier barrio y/o villa, se llama de una sola forma: cinismo.
Como cierre, es interesante detenerse en la reflexión que realizaron desde la revista “La Garganta Poderosa” sobre este tema. Ahí, en mi humilde opinión, se puede encontrar la tan ansiada profundidad:
“Durante las últimas horas, nos llamaron de muchos medios, de muchos, de muchos que siempre esperamos, de muchos que nunca responden, de muchos que pasaron por alto el asesinato de Kevin, de muchos que ni pisaron la Carpa Villera, de muchos que jamás cubrieron una marcha por la urbanización… Ahora sí, por fin, nos llamaron. ¿Para qué? Para que saliéramos a criticar a Víctor Hugo, o para que saliéramos a defenderlo, o para que saliéramos a lo que fuera, con tal de agitar ese avispero mediático del que morfan muchos de ellos y ninguno de nosotros.
(…)¿Que hay quienes se irían ya mismo? Los hay. ¿Que hay quienes jamás se irían? Los hay. ¿Que hay quienes viven en una villa por elección? Los hay. ¿Que hay quienes mueren en una villa sin haber elegido jamás? Los hay. ¿Que hay quienes generalizan y tienen razón? No, de ésos no los hay… Y entonces resulta curioso cómo puede haber tanta gente explicando los motivos por los que nosotros decidimos vivir acá o allá, como si fuéramos una masa uniforme. Y más curioso aún, que los mismos indignados por la frase de Víctor Hugo en sintonía con las estadísticas del gobierno presenten como “la respuesta villera” a Margarita Barrientos, que no fue elegida por sus vecinos y que está, casualmente, apadrinada por el macrismo.
Aun entonces sin estar de acuerdo con su afirmación, tal cual la emitió, sinceramente repudiamos el ataque sobreactuado a Víctor Hugo, por parte de periodistas y medios que parecen haber descubierto el estado de precariedad de nuestros barrios, el hacinamiento, la desigualdad y el caos habitacional, en el preciso instante que Morales los minimizó (…)
Sobre las declaraciones en cuestión, sólo nos interesa aclarar que ninguna variable suelta de las que conforman la realidad villera basta para explicar décadas y décadas de exclusión, ligeramente. Porque sí, es más lindo vivir cerca que vivir lejos del trabajo, pero a cambio de eso, no es lindo que tus nenes corran en una plaza donde los gendarmes sin identificación tienen armas largas en las manos, donde no entran las ambulancias, donde las conexiones eléctricas amenazan la vida, donde las inundaciones matan y donde las cloacas tapadas muchas veces se combinan con las goteras imparables, transformando nuestras casas en inodoros gigantes, donde todo pareciera confluir para que te sientas como la mierda(…)“