El pasado viernes, pocos días después de la aparición de Guido Montoya Carlotto (el nieto recuperado 114), las Abuelas de Plaza de Mayo anunciaron la restitución de la nieta número 115: Ana Libertad Baratti De La Cuadra. Al igual que en el caso de Guido, esta recuperación carga una gran fuerza simbólica, ya que se trata de la nieta de una de las fundadoras y la primera presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Licha De la Cuadra, quien falleció en 2008.
Alicia Zubasnabar de De la Cuadra, apodada cariñosamente «Licha», comenzó a asistir junto con su esposo y Hebe de Bonafini (actual presidenta de Madres de Plaza de Mayo) a las rondas de las Madres, buscando a sus familiares: un hijo, una hija embarazada, su nuera y su yerno. Simultáneamente, como si fuera un guiño del azar, otra madre-abuela, María Isabel Chorobik de Mariani, más conocida como «Chicha» Mariani, había comenzado a buscar a otras madres de desaparecidos que, al igual que ella, tuvieran también nietos desaparecidos.
Ya reunidas las doce fundadoras de Abuelas de Plaza de Mayo, Licha de la Cuadra fue nombrada como presidenta, cargo que ocupará hasta 1983, año del advenimiento de la democracia. Con el organismo ya convertido en una asociación civil, su lugar será ocupado por Chicha Mariani hasta 1989, donde por diferencias con otras integrantes decide abandonar la organización. A partir de ese año, y hasta el día de hoy, la presidencia es ejercida por la ya emblemática Estela De Carlotto.
“Licha buscó a las otras abuelas que ya conocía de la Plaza de Mayo, nos reunimos y decidimos empezar a trabajar juntas. Éramos 12 en ese momento. A mi me asombró verlas con tanta serenidad; yo era un guiñapo, un llanto continuo, las veía a ellas tan serenas y decía ‘tengo que ser como ellas’. Primero nos dimos a conocer como «Abuelas Argentinas con Nietitos Desaparecidos». Pero fuimos creciendo, la gente empezó a conocernos y a llamarnos las «Abuelas de Plaza de Mayo». Chicha Mariani
Ana Libertad, la nieta 115, es hija de Elena De La Cuadra y Hector Baratti, ambos residentes de La Plata. Elena estaba embarazada de dos meses cuando fue secuestrada en 1977 y estuvo en la Comisaría Quinta de La Plata (donde nació Ana Libertad) y el Pozo de Quilmes, continuando hasta el día de hoy en condición de desaparecida, según informó Estela De Carlotto en las tradicionales conferencias de prensa ante la aparición de un nuevo nieto. Por su parte, Hector Barrati fue asesinado y sus restos fueron identificados por los peritos de psicología forense.
Actualmente Ana Libertad, cuyo nombre de adopción aún no fue difundido, vive en Holanda. La restitución de su identidad involucró a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi), la Unidad Especializada en casos de Apropiación de Niños durante el Terrorismo de Estado de la Procuración, los abogados de las Abuelas y la Cancillería, por su condición de vivir en el exterior. Su muestra de ADN, la cual fue voluntaria, llegó a través de una valija diplomática.
“Sus padres le pusieron Ana Libertad. Hoy ella logró adquirir ese bien tan preciado que sus padres le desearon con su nombre: bienvenida Ana a tu libertad”, leyó Estela de Carlotto
Si bien pareciera una consecuencia de la conmoción que levantó el caso de Guido, esta recuperación es, como siempre, fruto del incansable trabajo de las Abuelas y otros organismos de Derechos Humanos. La investigación comenzó en el año 2010, con la aparición de un mail anónimo con poca información, donde se daba el nombre adoptivo de la nieta recuperada y sus presuntos apropiadores. Al enterarse de que había una causa abierta alrededor de su identidad, Ana Libertad aceptó hacerse el estudio de ADN voluntariamente. Se presentó el 25 de abril de este año en el consulado del país en el que vive para sacarse sangre, su muestra viajó en valija diplomática, y llegó el 8 de mayo a la Dirección de Derechos Humanos de Cancillería, según informó el diario Página 12.
«Su abuela murió sin poder abrazarla», dijo Estela, dolida porque Licha y Ana Libertad no llegaron a conocerse. Alicia Zubasnabar de De la Cuadra falleció el 1 de junio del 2008 a los 90 años, dedicando hasta el último día para la aparición de su nieta y los de las demás abuelas. Aunque ese abrazo soñado no pudo materializarse, hoy la justicia y la lucha abrazan a Ana y a todo un pueblo que sigue luchando por recuperar su identidad.
Si naciste entre 1975 y 1980, y tenés dudas sobre tu origen, comunicate con ABUELAS DE PLAZA DE MAYO (011) 4384-0983 – www.abuelas.org.ar